Las acciones argentinas tuvieron un día de fiesta ayer, que en realidad es una continuidad de lo que viene ocurriendo a lo largo de todo 2023. El índice Merval -que agrupa a los papeles líderes- trepó ayer otro 5,5% y en lo que va del año acumula un incremento de nada menos que el 88%.
Esta evolución refleja el gran negocio que fue apostar por la Bolsa porteña en este primer semestre del año. En el mismo período, el dólar libre subió 40%, al pasar de $ 346 a $ 485, prácticamente siguiendo la evolución de la inflación acumulada.
Lo que en la jornada de ayer gatilló la fuerte suba del mercado fue la oficialización de las conversaciones para que Banco Macro se quede con las operaciones de Itaú en la Argentina. La acción de la entidad subió 12,4% en Buenos Aires, mientras que el ADR en Nueva York trepó el 14%.
El efecto contagio se sintió sobre todo el sector bancario en particular, que venía relativamente rezagado dentro del rally del mercado local. Grupo Financiero Galicia subió en sintonía, 12,4%, mientras que Supervielle ganó todavía más, 14,5%. Las subas fueron generalizadas pero claramente en esta oportunidad el sector financiero fue el que brilló.
¿Qué hay detrás de esta espectacular suba de las acciones bancarias? En primer lugar se trata de un repunte de activos que venían muy rezagados, afectados en particular por las bajas paridades de los bonos argentinos, que tienen en gran cantidad dentro de sus activos. Ayer los títulos públicos rebotaron fuerte, hasta 4% de suba en dólares, lo que también actuó como impulso.
El anuncio relacionado con Banco Macro, por otra parte, muestra la voluntad de una de las principales entidades locales a seguir invirtiendo aún en un contexto complejo. No se trata de un dato menor: las historias de las crisis muestran que los primeros en empezar a invertir son las compañías locales, que llegan incluso mucho antes que los extranjeros para aprovechar oportunidades. Si bien no trascendió el monto de la posible operación, se supone que será un precio atractivo para la entidad que preside Jorge Pablo Brito.
Otra de las causas detrás del rally en el mercado de acciones es la denominada “posición técnica” de los grandes fondos internacionales, que se encuentra en niveles mínimos. Esto refleja que la tenencia de parte de grandes jugadores del mercado internacional es casi inexistente, sobre todo luego de que la Argentina perdiera su condición de mercado emergente y que ni siquiera haya sido considerado como “fronterizo”. Por lo tanto, una compra por montos menores genera un fuerte rally del mercado local.
La situación es distinta en el caso de los bonos argentinos, ya que los grandes fondos del exterior conservan importantes cantidades, provenientes de las compras realizadas durante la gestión de Mauricio Macri y posterior canje.
La posible compra de las operaciones de Itaù en Argentina por parte de Banco Macro fue una señal que no pasó desapercibida por los inversores. Se trata de una entidad argentina realizando una apuesta fuerte aun en un momento de fuerte crisis, dando a entender que sus accionistas ven una historia distinta hacia adelante
Hacia adelante el actual rally presenta riesgos. En primer lugar porque la suba en lo que va del año ya es muy significativa y se trata en realidad de una continuidad de lo sucedido en 2022, que contrastó con las fuertes pérdidas sufridas por Wall Street.
Además, hace ya meses se viene mencionando el “trade electoral”, es decir la apuesta a un cambio de signo político tras las elecciones y propuestas económicas más amigables con los mercados.
Pero además porque se avecina un panorama política con elevado nivel de incertidumbre, sin ganadores claros y ahora con nuevas disputas en la propuesta del principal partido de oposición, Juntos por el Cambio.
Por otra parte, también se abre un panorama de mayor incertidumbre sobre cómo transitará la economía argentina estos largos meses que van desde la previa a las PASO hasta las elecciones. También sobrevuelan especulaciones sobre el futuro de Sergio Massa si finalmente no es el candidato presidencial del Frente de Todos. Tiene ahora una agenda marcada por las negociaciones con el FMI para conseguir nuevos desembolsos, pero después nadie está en condiciones de asegurar su continuidad hasta que finalice el actual gobierno, lo que también agregaría presión sobre el dólar y las variables financieras.
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