La actividad empresaria nacional se concentra principalmente en las grandes urbes, pero en los últimos trece años se ha hecho evidente una tendencia de desconcentración. Si bien casi todas las provincias han sumado nuevas firmas a su matriz productiva, no todas lo han hecho al mismo ritmo y algunas perdieron terreno en relación al resto.
Para hacer una comparación justa entre las diferentes jurisdicciones, lo analistas destacan que debe tomar como referencia la relación de “empresas cada mil habitantes”. Así, se puede evaluar el peso del sector empresario en cada caso, sin tener alteraciones por el tamaño demográfico de cada provincia.
Tomando como punto de partida el 2010, año del penúltimo censo del Indec, se encuentra que en ese momento Argentina tenía un promedio de 12,7 empresas por cada 1.000 habitantes.
El número de compañías surge de las estadísticas publicadas por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), entidad que publica mensualmente el número de firmas activas con al menos un empleado registrado. Es decir que en este caso no se están teniendo en cuenta las empresas unipersonales.
En 2010, la jurisdicción con mayor cantidad de empresas cada 1.000 habitantes era la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con una relación de 45,8 firmas. Le seguían bastante por detrás La Pampa (16,8), Santa Fe (15,4), Córdoba (15,1) y Tierra del Fuego (12,8 por cada mil personas).
En el otro extremo de la tabla se encontraba Formosa. Comparando las bases de datos del Indec con las de la SRT, se obtiene que esa provincia tenía entonces sólo 3,3 empresas cada 1.000 habitantes. No era demasiado mejor la situación de Santiago del Estero (3,7) y La Rioja (4,8 establecimientos).
En los últimos 13 años se pasó de una relación de 12,7 empresas por cada 1.000 habitantes a 11,8 establecimientos
En 2023 se encuentran valores bastante diferentes en algunos casos. A nivel general, el país bajó a 11,8 empresas cada mil habitantes.
Si bien se abrieron 36.307 nuevas firmas en ese período (7,1% de aumento), la población creció al doble de ritmo (14,8%). ¿Dónde estuvo la diferencia? La respuesta está en las grandes urbes.
Durante ese período en CABA se perdieron 7 empresas cada 1.000 personas (bajó de 45,8 a 38,8). También se contrajo en la Provincia de Buenos Aires, aunque la baja fue mucho menor (0,4 empresas por millar de personas). Se sumaron a los resultados negativos las provincias de Córdoba (2), Mendoza (1) y Santa Fe (1,2). Es decir que las cinco jurisdicciones con mayor población vieron una contracción de su sector privado productivo en bienes y servicios por cada millar de personas.
Del resto del país, solo tienen una comparación negativa San Juan, que perdió 0,4 empresas cada 1.000 personas (bajó de 8,4 a 8) y Tucumán (0,7). El resto de las provincias crecieron en valores relativos al total de habitantes.
La que mejor resultado tuvo comparativamente fue Santa Cruz, que en 2010 tenía 9,2 compañías registradas cada 1.000 personas y hoy llega a las 11,7 (2,5 más). También se destacaron Catamarca (1,9 más), La Rioja (1,7), Corrientes (1,5) y Chaco (1,5 firmas).
Las “fábricas de empresas”
Si bien el número de empresas cada mil habitantes permite sacar conclusiones respecto a la concentración de la actividad económica, resulta interesante también cuánto se expandió el universo empresario de cada jurisdicción en los últimos años, independientemente de su tamaño demográfico.
En cantidad de firmas, la jurisdicción que más empresas creó en el período analizado (2010 a 2023) fue Buenos Aires, con 12.308 compañías (pasó de 154.664 a 166.972). Le siguen en el ranking bastante por debajo Corrientes (2.997), Neuquén (2.550), Entre Ríos (2.413) y Misiones (2.260), según las estadísticas publicadas por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo.
Del total de jurisdicciones, la única que se achicó en el volumen de compañías en los últimos 13 años fue CABA, que decreció de 132.407 a 121.231 (11.176 menos). Aún así sigue siendo la segunda con mayor número de empresas, solo por detrás de Provincia de Buenos Aires.
Ahora bien, si se analizan los resultados en términos porcentuales, se llega a conclusiones muy diferentes. Santiago del Estero encabeza esa lista, con un crecimiento del 65% en el volumen total de empresas, pasando de 3.265 unidades productivas en 2010 a 5.401 en la actualidad
Apenas por detrás aparece en el ranking la provincia de Catamarca, que se expandió un 60%, luego de crear 1.551 compañías (pasó de 1.911 a 3.062). Tuvieron también un buen desempeño La Rioja (56%), Tierra del Fuego (56%), Santa Cruz (54%) y Corrientes (52%).
Sin embargo, es válido aclarar que entre las seis provincias mencionadas con mayor expansión de su sector empresario en términos porcentuales representan sólo 6% del Producto Interno Bruto (PIB). Es decir que de cada $100 que se producen en ese país, $6 se logran entre todas esas jurisdicciones.
El efecto de los incentivos y tecnología
Según el análisis de los especialistas, hay varios factores que inciden en la tendencia de descentralización de la actividad empresarial.
Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, dijo que es difícil reconocer un disparador principal en ese fenómeno, pero consideró que la pandemia funcionó como un punto de quiebre.
“En la post pandemia, con el progreso tecnológico, se volvió más factible tener empresas fuera de las grandes capitales. Hoy se pueden desarrollar muchas actividades sin necesidad de estar en las grandes urbes”, destacó el economista.
Además, aseguró Tiscornia, inciden algunos factores particulares propios de cada provincia. “En el norte, por ejemplo, el desarrollo de las explotaciones de litio puede estar influyendo en Salta y Jujuy. Lo mismo pasa en el sur con la energía -Vaca Muerta en Neuquén”.litio pueden estar influyendo en Salta y Jujuy. Lo mismo pasa en el sur con la energía -Vaca Muerta en Neuquén”.
También compartió su opinión José Vargas, director de la consultora Evaluecon. “En algunos casos hay una marcada desconcentración de las grandes urbes hacia el interior del país. En parte esto tiene que ver con medidas puntuales de incentivo tomadas por las provincias para la instalación de nuevas industrias, como la aplicación de desgravaciones impositivas”, comentó.
Las firmas se van reubicando (o van apareciendo) donde pueden ser más productivos y tener mayor valor agregado (Vargas)
“Las firmas se van reubicando (o van apareciendo) donde pueden ser más productivos y tener mayor valor agregado. Buscan por supuesto disminuir los costos, una de las variables más importantes a la hora de tomar decisiones en cualquier tipo de inversión”, agregó el economista.
“A eso se suman los incentivos de la Nación, también con objetivo de descomprimir ciertos sectores de las urbes para apostar otras actividades en particular. La promoción industrial es un claro ejemplo de ello”, dijo Vargas.
Por su parte, Daniel Garro, economista y director de la consultora Value International Group, destacó como dato a tener en cuenta que en las provincias en las que la relación da positiva (empresas cada mil habitantes), las bases de comparación tienden a ser muy bajas, por lo que la apertura de pocas compañías representan un incremento porcentual muy alto.
“Lo otro que hay que analizar es qué tipo de empresas se han creado. En Santiago del Estero, por ejemplo, hay un porcentaje alto de creación de empresas (65%), al igual que en Catamarca y Formosa, pero muchas de las nuevas compañías son proveedoras del Estado. Desde el punto de vista económico no aportan demasiado”, advirtió Garro.
Fuera de esto, el economista contó que las empresas que se han trasladado o instalado en provincias del interior, lo han hecho porque han conseguido reducciones impositivas que en las grandes urbes no tienen. “Además, en esas provincias los salarios son más bajos. No es lo mismo lo que se paga a un obrero en Catamarca, que en Buenos Aires”, ejemplificó Daniel Garro.
Por último, Garro observó que las poblaciones han tenido en las grandes ciudades crecimientos relativamente bajos, a diferencia de otros lugares. En Neuquén, por ejemplo, hay 38% más de gente, impulsado por la actividad de las petroleras. En ese caso sí el porcentaje de creación de empresas (40%) representa un impacto económico más importante.
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