En un contexto de reservas cada vez más deprimidas, permisos de importación (SIRAs) que salen a cuentagotas, con fechas de pago más largas en algunos casos y un nivel de crédito comercial para financiar las compras al exterior que ya ronda los USD 10.000 millones, el Banco Central (BCRA) oficializó hace exactamente dos semanas una norma que intenta facilitarle aún más el crédito a empresas argentinas que necesitan importar para exportar.
Se trata de la comunicación A7770, que permite a grandes empresas exportadoras utilizar parte de un crédito de prefinanciación de exportaciones para pagar una importación. Hasta ahora, las compras al exterior se pagaban, ante la falta de dólares y los plazos largos de las SIRAs, con líneas bancarias que financian importaciones, créditos de los proveedores o de las casas matrices. Pero a partir de esta normativa, la compañía puede pagarle a su proveedor con dólares que reciba de exportaciones directamente en el exterior, sin que esos fondos pasen por la Argentina. “Le estás dando una seguridad -al acreedor- de que no va a tener que esperar a que ingresen los dólares al país y la empresa los pueda sacar”, dijo un experto en comercio exterior de un banco de primera línea.
Debe tratarse de créditos a un año de plazo, pero quedó establecido en la comunicación que los importadores podrán suscribir una Letra del BCRA o hacer un depósito en cuenta, ambas remuneradas por el dólar oficial, con el objetivo de resguardar los pesos que obtenga la empresa de su operación hasta el vencimiento del crédito. Según el BCRA, “tiene la certeza de que los pesos que no usa hoy van a tener el mismo poder cancelatorio cuando deba cancelar ese financiamiento”.
Uno de los sectores que reúne todas las condiciones para hacer uso de la norma es el automotriz. De hecho, en el marco de las negociaciones con el sector por el estiramiento de los plazos de las SIRAs (se les extendió a 195 días la fecha de pago de las importaciones de vehículos y a 75 para piezas que se compran a empresas vinculadas de las terminales), el Gobierno les planteó a las compañías que estaba esta alternativa de las prefinanciaciones para lograr importar más. En el sector, por ahora se resisten a avanzar por esta vía, según confiaron fuentes del sector financiero y dos de las terminales consultadas por Infobae. La norma también apunta a empresas de consumo masivo, que son grandes importadoras pero también exportan mucho.
“Hicimos nuestras llamadas con los clientes y hasta la semana pasada, ninguno estaba con el interés. En las automotrices nos habían dicho que se estaban arreglando con los créditos comerciales intercompañías, pero ahora que los plazos se estiraron en el caso de este sector, tal vez puedan analizar sacar un crédito con un banco”, dijo la fuente de comercio exterior de la entidad financiera consultada. Si bien reconoció que “no son créditos baratos -rondan el 12/13% anual en dólares- porque la Argentina es un riesgo, esta norma minimiza ese riesgo”. De todas maneras, y más allá de que existan instrumentos de cobertura, se trata de deuda en dólares a un año con el riesgo de una devaluación con el cambio de gobierno.
En el sector financiero explicaron que la normativa habilita cuatro opciones de conseguir financiamiento y pagarle al acreedor con dólares en el exterior que se obtengan de exportaciones. No en todos los casos existe un banco como prestamista, aunque siempre actúan como revisores de la operación. Las alternativas son:
1) Que sea el mismo proveedor el que financia. En este caso, ese proveedor podría acordar con la empresa esperar un año hasta que la empresa le pague con fondos provenientes de exportaciones, directamente en su cuenta en el exterior; 2) que el préstamo sea de un banco del exterior. En este caso, esa entidad le daría los dólares al proveedor y luego la empresa queda endeudada con ese banco, que también cobraría al año con dólares derivados de una exportación; 3) un préstamo financiero intercompany, es decir, que la casa matriz le preste dólares a la firma argentina; o 4) préstamos financieros otorgados por bancos del exterior o bancos locales con línea de sus corresponsales que se liquidan en el mercado local para luego pagar las importaciones.
La normativa está bajo análisis dentro del Departamento de Comercio Exterior de la UIA, que está recibiendo muchas consultas sobre el tema pero que aún no tiene un análisis detallado de su potencial aplicación. A su vez, en la Cámara de Importadores (CIRA) también preparan un documento al respecto, pero advierten que “la norma es de complejo cumplimiento y destinada a grandes empresas”.
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