Faltando apenas una jornada hábil para el cierre del mes, el dólar oficial apunta a mantener su ritmo de aumento en mayo, en torno al 7,5%. De esta forma, el Gobierno continuó de manera casi inalterable el esquema de “crawling peg”, es decir a qué paso aumenta el tipo de cambio.
La suba de la inflación a cerca de 9% no modificó el escenario para el dólar oficial, a pesar que el ministro de Economía había sugerido a principios de mayo que podría haber cambios en la administración del mismo. Algunos leyeron en aquella advertencia la posibilidad de que se ralentice esa suba y otros que, por el contrario, la intención sería acelerarla para impedir que siga creciendo la brecha cambiaria. No pasó ni una cosa ni la otra.
El tipo de cambio mayorista está cerrando el mes en torno a $239, mientras que el minorista lo hace a $248,50. De esta forma, la distancia con el dólar libre (que cerró a $493) se mantiene en torno al 100%. Sergio Massa toma como un logro haber conseguido que esa brecha se mantenga alrededor de esos niveles, luego de haber rozado el 120% hace poco más de un mes.
La decisión del Banco Central de mantener inmutable el ritmo de ajuste del dólar oficial, aun en un contexto de inflación en alza, refleja con claridad cual es el enfoque del equipo económico: evitar a toda costa una devaluación brusca, a pesar incluso de la fuerte caída del stock de dólares en lo que va del año.
Las reservas netas ya están en niveles negativos por alrededor de USD 1.700 millones. Esto llevó a Massa a negociar desembolsos adelantados del FMI para enfrentar mejor el período electoral, que en general presenta un fuerte incremento de la presión dolarizadora por parte del público y empresas.
El tipo de cambio real multilateral por ahora no se vio afectado en mayo, a pesar que el dólar aumentó menos que la inflación. Esto se debe por un lado a que el índice del mes de alrededor de 9% recién se conocerá a mediados del mes próximo, por lo que todavía no se toma dentro del cálculo. Y por otra parte, la revaluación del real brasileño -en un contexto de altas tasas de interés reales- también ayuda para que la economía no pierda competitividad.
L:a fuerte revaluación del tipo de cambio en Brasil, con un real que volvió a ubicarse por debajo de los $ 5, también ayuda a que no se profundice tanto el atraso cambiario en la Argentina. Sin embargo, atrasar el dólar ya dejó de ser una herramienta útil para combatir la inflación
En los últimos meses el tipo de cambio oficial fue acelerando su incremento, pero casi todos los meses siguió por debajo de la inflación. Esto muestra a las claras la intención de utilizar al dólar como ancla antiinflacionaria, a pesar que viene fracasando rotundamente. Ni el cepo, ni un dólar cada vez más atrasado impidieron que la inflación acumule casi 110% en los últimos doce meses.
Massa descarta totalmente la posibilidad de una devaluación brusca y está dispuesto a tomar distintos tipos de medidas para evitar un desborde cambiario, además de mantener la brecha en torno al 100%.
En los últimos días, incluso, el BCRA empezó a intervenir en el mercado de dólar futuro, abaratando los precios de fin de cada mes. De esta forma, busca disminuir la presión de quienes buscan comprar divisas antes de las elecciones, tal como sucedió en 2015. Sin embargo, ahora hay más restricciones, ya que existe un límite para que el BCRA pueda intervenir tanto en este mercado tanto a través del Rofex como del MAE.
Al mismo tiempo, se siguen trabajando en distintas líneas para fortalecer las reservas. Desde China buscan ampliar el swap de monedas para ahorrar el uso de dólares del Central. Asimismo, se acordó con distintos sectores un alargamiento en los plazos para el acceso a dólares oficiales. Recientemente se anunció el compromiso con automotrices, pero días antes fueron los petroleras y también se cerraron negociaciones con laboratorios.
Pero la gestión más importante sigue siendo con el FMI, el único en condiciones de desembolsar divisas frescas que le permitan al Gobierno llegar a las elecciones presidenciales sin nuevos sobresaltos cambiarios. El organismo consideró en el último “staff report” de marzo, que el tipo de cambio está al menos un 20% atrasado. Sin embargo, no existe un pedido de devaluación brusca como prenda de cambio ante la posibilidad de entregar de manera adelantado esos créditos por casi USD 11.000 millones.
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