A pesar de la inflación de tres dígitos, el consumo todavía sigue en expansión

La evolución en el primer trimestre fue incluso mejor a la esperada por los analistas. El público adelanta compras y hay menos capacidad para dolarizarse. También las compras en supermercados y shoppings

La inflación ha hecho que muchos productos en los supermercados sean cada vez más pequeños aunque su precio se mantenga o incluso encarezca.

Al revés de lo que podría esperarse, la aceleración inflacionaria aún no impactó de lleno en los niveles de consumo. Las estadísticas del INDEC muestran que al menos hasta el primer trimestre las ventas mantenían cierto dinamismo, aunque es posible que a medida que avance el año se sienta con más fuerza el impacto negativo de la suba de precios en el poder adquisitivo de los salarios.

Las ventas en supermercados, por ejemplo, crecieron 3,8% en marzo en relación al mismo mes del año pasado. Y en los shoppings la expansión del consumo fue todavía mayor, aumentando 6,9%. Los autoservicios mayoristas, donde la suba en los precios de los alimentos se notó con más fuerza, se mantuvo prácticamente en los mismos niveles.

Casi todos los rubros vinculados a la demanda interna mantienen cierto dinamismo, incluyendo gastronomía y sobre todo turismo. También se mantienen en alza las ventas de autos, motos y de bienes de consumo durables.

Las proyecciones de los analistas coinciden en que a medida que avance el año se notará más el efecto de la inflación y por ende una mayor debilidad del consumo. La economía tenderá a estancarse y en este segundo trimestre se notarán los primeros signos recesivos, pero sobre todo vinculados a la menor actividad del campo por la sequía histórica que atraviesa la Argentina.

El economista Fausto Spotorno consideró que el consumo mantiene cierto dinamismo en un contexto de alta inflación por una serie de razones. Una de ellas es que hay menos posibilidades de dolarizarse, por las restricciones del cepo cambiario. “Esto hace que mucha gente termine gastando más rápido como una forma de protegerse de los futuros aumentos de precios. La plata quema en los bolsillos”.

El aumento de la velocidad de circulación de dinero es uno de los factores que los monetaristas mencionan como causantes de la inflación, además de la expansión monetaria.

A pesar de la fuerte suba en los precios de los alimentos, el nivel de consumo en supermercados continúa en ascenso. Esto se debe a que la masa salarial total aumentó en el último año, aunque el promedio de los salarios cayó en relación a la inflación

Por otra parte, los salarios tienen un comportamiento dispar. Los asalariados formales, por ejemplo, en líneas generales se están defendiendo mucho mejor de los efectos de la inflación que los informales o los cuentapropistas. Lo mismo sucede con los empleados públicos. Los principales gremios, además, llegaron a acuerdos para llevar adelante ajustes trimestrales y no perderle pisada a la aceleración de los precios.

En el caso de los restaurantes y el turismo, claramente se ven beneficiados por el encarecimiento de los viajes al exterior. Se nota un fuerte aumento de los viajes dentro de la Argentina luego de la pandemia, aunque muchos operadores también se aprovechan de este turismo cautivo.

El consumo viene de aumentar fuerte el año pasado, arriba del 8%, alentado por la continuidad del rebote de la economía y también por la generación de empleo, aun cuando haya sido de baja calidad.

El primer trimestre del año mantuvo una tendencia parecida a la del año pasado, pero posiblemente las próximas cifras de consumo empiecen a reflejar ya cierto cansancio en materia de poder adquisitivo.

Un informe de la consultora ACM indicó que a pesar de la retracción del sector agrícola en el primer trimestre, “los sólidos desempeños de otros sectores, tales como la industria manufacturera y la construcción, lograron compensar la caída esperada de la actividad”

En los primeros tres meses del año, la economía acumuló una suba de 1,5% respecto al mismo periodo del 2022.

Por este arranque del año mejor al esperado, la misma consultora consideró que la caída que se espera de la actividad para el año sería de “solo” 2%, cuando las consultoras vaticinaron en promedio una merma de 3,1% en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).