En una situación muy compleja para las reservas, el Gobierno tendrá que ingeniárselas para seguir pagando vencimientos de deuda en dólares en los próximos meses. En un momento de “vacas flacas” por la escasez de dólares en el contexto de la sequía, ahora el vencimiento que preocupa al mercado es el del 9 de julio, ya que en esa fecha habrá que pagar USD 1.000 millones de títulos en dólares.
Según una medición de Ecolatina, las reservas netas ya serian negativas por USD 1.500 millones. No significa, sin embargo, que se estén utilizando dólares de los ahorristas que se encuentran en encajes en el Banco Central. Desde la misma consultora indicaron que podrían ser dólares de terceros, como el seguro de garantía de depósitos (Sedesa) o préstamos cortos que otorgó en su momento a favor de la Argentina como es el caso de Banco de Basilea.
Desde Economía desmienten que se estén usando los recursos de los depositantes. “Ya aplicamos USD 2.300 millones del swap de monedas que tenemos para hacer frente a importaciones”, aseguraron. Este dato aún no está incorporado en los cálculos, ya que le pega a las reservas brutas pero no a las netas. Ya está acordado con el gobierno chino usar hasta USD 5.000 millones en los próximos meses y Sergio Massa buscará estirar esa cifra a los USD 8.000 millones en su próximo viaje a Beijing, previsto para el 29 de mayo.
El Gobierno debe enfrentar varios pagos millonarios con el FMI hacia fines de junio, que se cancelaría con el próximo desembolso que haga el organismo. Entre el 21 de junio y el 7 de julio deberá cancelar un total de USD 4.032 millones. Una demora en cumplir estos compromisos dejaría a la Argentina a las puertas de convertirse en moroso con el organismo,
Claro que antes se deberán cerrar las nuevas condiciones del programa, teniendo en cuenta que la Argentina incumplió las metas fiscales y de reservas comprometidas para el primer trimestre.
Los bonos dolarizados están por el “piso”, especialmente los Bonares por las intervenciones del Gobierno en el mercado. De hecho, estos títulos se encuentran deprimidos en niveles de USD 20, cuando los mismos bonos pero con legislaciones extranjera (Globales) se acercan a los USD 26.
Pese a las bajísimas cotizaciones, los inversores no tienen incorporado en su “escenario base” la posibilidad de que el Gobierno no pague el próximo vencimiento de deuda, lo que significaría un nuevo default para la Argentina. De los USD 1.000 millones de intereses semestrales que habrá que pagar el 9 de julio, unos USD 700 millones estarían en manos privadas mientras que los restantes USD 300 millones corresponden al sector público.
El próximo desembolso del FMI, antes de que termine el tercer trimestre, es fundamental para cumplir con los pagos al propio organismo
Ariel Sbdar, CEO y fundador de Cocos Capital, es uno de los que apuesta a la deuda dolarizada, aun en el contexto de escasez de reservas. “Vemos que los títulos están cerca de USD 20 y tendrían poco margen de caída si las cosas se complican más. La protección para los inversores es mayor, pensamos, en estos instrumentos que en acciones”, dijo.
En los momentos más críticos, los títulos en dólares llegaron a niveles de USD 18, propios de una deuda en default y con la perspectiva de una nueva reestructuración muy agresiva.
Pero incluso en el caso de una nueva renegociación, los analistas consideran que la cotización de la deuda en dólares debería ubicarse entre los USD 45 y los USD 50. En otras palabras, si el próximo Gobierno da las señales que los mercados esperan y se logra encauzar el déficit de las cuentas públicas, no es una locura pensar que las cotizaciones podrían duplicarse. Hace un par de años se viene repitiendo lo mismo, pero las elecciones y una nueva administración desde el 10 de diciembre podrían dar un nuevo significado a esa expectativa.
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