Luego del establecimiento de nuevas normativas para regular los negocios dolarizados en la Bolsa, dispuestas por la Comisión Nacional de Valores (CNV) el pasado 28 de abril, los demás segmentos donde se negocia la divisa volvieron a operar con cierta estabilización de precios en las últimas semanas, tras un abril turbulento.
En este sentido, hay un tipo de cambio que es observado por los analistas financieros como una referencia del sendero de devaluación que pone en práctica el Banco Central, que es el de los contratos de dólar futuro, donde precios y tasas implícitas bajaron hasta 5% este lunes.
En el ROFEX se negociaron este lunes contratos de dólar futuro por el equivalente a USD 4.156,7 millones al tipo de cambio oficial. Las posturas para fin de mes terminaron a $239,45, con caída marginal (hoy el dólar mayorista cerró a $234,35), pero para fechas clave, como octubre de 2023 (elecciones presidenciales) y diciembre (cambio de Gobierno) las caídas llegaron al 5 por ciento.
Los contratos para fin de octubre de 2023 finalizaron a $392 (-4,4% o 18 pesos en el día). De estos precios puede inferirse que el mercado espera un salto de 63,7% acumulado en los próximos cinco meses, que transcurrirán con un ajetreado calendario electoral.
Para fin de diciembre de 2023, es decir, con vencimiento posterior al recambio presidencial del 10 de diciembre, los contratos cerraron a un tipo de cambio oficial de $481, con una firme baja de 5% (-25 pesos). En este sentido, la expectativa del mercado es la de un salto cambiario que acumulará 100,9% en siete meses.
De esta forma, los contratos a diciembre encadenaron cinco ruedas consecutivas en baja, y ocho bajas en las últimas nueve sesiones operativas, desde el récord de $558 anotado el 9 de mayo. Este descenso representa una caída acumulada del 13,8 por ciento.
A mayor plazo solo hubo operaciones marginales en cuanto al volumen, pero las caídas se extendieron a 6,8%, como en el caso del contrato con vencimiento a fines abril de 2024, que cerró a $640. En ese sentido, el salto del tipo de cambio oficial previsto en base a las posturas de oferta y demanda es de un 167,2% con una proyección de once meses.
Estos contratos, que son una especie de seguro de cambio, se pactan en pesos y debido al estricto control de capitales, no tienen la influencia en la plaza como en los períodos de mercado abierto, cuando la tenencia podía ser inmediatamente pasada a dólares. No obstante, siguen siendo una referencia pese a un Banco Central que “marca la cancha” y restringe el acceso a las divisas, en un inusual proceder donde se controlan precios y cantidades a la vez.
Los analistas de GMA Capital señalaron que “la salida del cepo es otro eslabón crítico de la cadena. La cuenta que hacen los economistas es que hay muchos pesos que sobran a este nivel de tipo de cambio y con este grado draconiano de restricciones. Desde la imposición del cepo el agregado M3 (circulante en poder del público más total de depósitos en pesos del sector público y privado no financiero) pasó de representar 19% del PIB (promedio entre enero de 2016 a agosto de 2019) a 22,5% en abril de este año. Es decir, se incrementó en 3,5 puntos del PIB”.
“Esta medida sencilla de overhang arroja un exceso de pesos por USD 15.000 millones al tipo de cambio oficial. Administrar el timing de la actualización del precio oficial del dólar y el desmontaje del cepo será el gran desafío. Mejorar el tipo de cambio real no es lo mismo que unificar el mercado. Por eso, anclar las expectativas previamente será obligatorio”, completaron desde GMA Capital.
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