El Banco Central acumuló reservas por USD 350 millones en las últimas once jornadas. El dato puede no resultar contundente, pero marca una reversión tras la insostenible sangría que venía sufriendo desde principios de año. En el medio se produjo la intervención de la mesa de cambios de la entidad, a manos de Lisandro Cleri, la mano derecha de Sergio Massa en el directorio de la institución.
El enfrentamiento del ministro de Economía con Miguel Pesce ya está en un punto de no retorno. Lo considera un burócrata y un inútil. En las últimas horas Massa decidió hacer público su enojo cuando se quejó de la falta de decisión por parte del Gobierno para cuidar las reservas. Fue un tiro por elevación indudable hacia el titular del BCRA.
Con la inflación cerca de los dos dígitos en mayo, la única bala que le queda a Massa para no entrar en una espiral incontrolable de precios es acumular reservas y contener la brecha cambiaria. Posiblemente no sirva para bajar la inflación, pero la idea es al menos que vuelva a un rango de 7 a 8% por mes.
En Economía salieron a desmentir de manera rotunda que estén utilizando encajes de los depósitos en dólares del público para intervenir en el mercado cambiario. “Ya aplicamos USD 2.100 millones del swap con yuanes entre abril y mayo. Vamos a llegar a USD 5.000 millones en agosto”, aseguran.
Rumbo a Beijing
El viaje de Massa a China el fin de semana próximo tiene como uno de sus objetivos habilitar el equivalente a otros USD 3.000 millones del swap para utilizarlos en los últimos meses del 2023. Gatillar el intercambio de monedas implica asumir un endeudamiento adicional, aunque la tasa para la Argentina es sustancialmente menor a la de mercado, apenas 6,5% anual.
Massa juega a dos puntas. Por un lado requiere de auxilio de los chinos, pero al mismo tiempo negocia con los Estados Unidos para que el FMI le otorgue financiamiento adelantado, como en su momento también hizo con Mauricio Macri. El ministro asegura que las conversaciones están encaminadas y que ese desembolso de USD 10.800 millones llegará antes que termine el primer semestre. Incluso la idea sería anunciarlo en la semana del 12 de junio.
La discusión todavía gira en torno al grado de intervención que podría ganar con esos dólares frescos el Gobierno. Sobre todo cuando se aproximan las PASO y la presión dolarizadora crecerá significativamente ante el aumento de la incertidumbre típica de los procesos electorales en la Argentina. En Washington dudan y se mantienen cautos en este punto: ¿si usan los dólares para intervenir, cómo nos van a devolver el préstamo a nosotros?”, preguntaron en el staff del organismo.
Ya se gatillaron USD 2.300 millones del swap chino sobre USD 5000 ya habilitados. En el viaje a China de la semana próxima, Massa buscará destrabar otros USD 3000 millones que serán claves para reducir el drenaje de reservas en el segundo semestre
Son épocas de vacas flacas por la sequía histórica que sufrió el campo argentino en esta campaña, que restó cerca de USD 20.000 millones a las exportaciones. El agujero es tan grande que el Gobierno está obligado a seguir buscando opciones para frenar la demanda de divisas, incluyendo a los importadores.
Hay negociaciones avanzadas, y en algunos casos cerradas, para reducir la demanda de divisas de determinados sectores. Uno de los casos más fuerte es el las automotrices, que ahorraría cerca de USD 925 millones hasta fin de año. Se trata de un acuerdo con Adefa, cámara que agrupa a los fabricantes y también incluye a los autopartistas. El sentido es reducir el peso impositivo de los bienes intermedios que ingresan al país para la producción, pero a cambio las empresas tendrán que poner más dólares propios.
Ahorros
También hay ahorros en marcha por el lado de las nuevas reglas para el pago de fletes internacionales, luego de los abusos detectados por Aduana en materia de acceso al mercado cambiario. “Acá se pagaban tres veces los costos internacionales, eso no va más”, aseguran. Esto implica unos USD 560 millones de ahorro en reservas mensuales, además de un alargamiento del plazo de pago a 90 días.
El tercer sector que también permitirá ahorrar reservas, aunque sea a cuentagotas, es el de los laboratorios. Con la pandemia, se acordó acceso inmediato al mercado cambiario y en teoría ahora debían regresar al régimen de espera de 180 días. Se terminó con una solución “salomónica” y el plazo ahora será de 60 días. Son dos meses que el Central “gana” al estirarle los plazos de entrega de divisas al sector.
Sergio Massa copó la mesa de operaciones cambiarias del Central, a través de su hombre de confianza en el directorio, Lisandro Cleri. Desde ese momento, el BCRA dejó de perder reservas y ya acumula USD 350 millones en once días. El objetivo es cuidar cada divisa que entra para evitar nuevos temblores cambiarios
Estos plazos diferidos de acceso al mercado cambiario a empresas está generando una deuda millonario al BCRA, que en algún momento habrá que saldar con los importadores. Se calcula que son poco más de USD 11.000 millones, pero la cifra seguramente seguirá en ascenso ante la falta de disponibilidad de reservas y los nuevos acuerdos que difieren aún más el plazo de acceso para hacerse de divisas.
Deuda flotante
Sin grandes esfuerzos esta deuda flotante, y además exigible por parte de los importadores, terminará en unos USD 15.000 millones a fin de año. Se trata de otro de los componentes de la “herencia” que recibirá la próxima administración y que deberá enfrentar rápidamente el nuevo Gobierno.
Este miércoles finaliza la tercera versión del dólar soja, que finalmente aportará los USD 4.000 millones que se habían negociado con las cerealeras. Los otros USD 1.000 deberían provenir de las economías regionales, que seguirán con el régimen de tipo de cambio especial abierto hasta julio, tal como estaba anunciado.
Massa, subido ya a la carrera electoral, deberá asumir el mal trago de inflación de mayo ,que se conocerá diez dïas antes del cierre de listas para las PASO. Por eso, la apuesta es evitar una espiralizacion de precios a partir de consolidar el nivel de reservas y en lo posible disminuir la brecha cambiaria
¿Se viene una nueva edición de “dólar soja” para tapar el bache de dólares que ocurrirá desde junio? En el equipo económico aseguran que no, pero sí se implementaría un esquema que vendrá atado al incentivo de mayor producción, por ejemplo para la próxima siembra de trigo. El actual esquema de comprar dólares a un tipo de cambio más competitivo y venderlo al oficial tiene su límite, ya que la emisión monetaria por cada dólar adquirido implica aún más inflación.
Momento de decisión
Se acercan momentos de definiciones electorales y todas las miradas apuntan a Massa como candidato del oficialismo. Es poco o nada lo que puede esperar de los números de inflación. Para colmo el índice récord que se espera para mayo se conocerá diez días antes del cierre del listas para las PASO.
La deuda flotante y exigible por parte de los importadores terminará en unos USD 15.000 millones a fin de año
Por lo tanto, a lo que puede aspirar a esta altura el ministro, faltando apenas 45 días para el 24 de junio, es mantener los dólares financieros bajo control y que no se siga disparando la brecha, que esta semana volvió a ubicarse por encima del 100 por ciento. No habrá, por otra parte, aceleración del ajuste del tipo de cambio oficial, que se sigue moviendo en niveles de 6,5% a 7% por mes.
Se trata de semanas decisivas, en las que se jugará el candidato del oficialismo. Evitar desbordes, apretar todo lo que se pueda el cepo y cuidar cada dólar que ingresa es la premisa. Aguantar como sea.
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