Todo indica que los casi USD 11.000 millones que Sergio Massa le pidió por adelantado al FMI serán difíciles de conseguir en los tiempos que pretende el Gobierno. Este desembolso resulta fundamental para fortalecer las reservas del Banco Central, disminuir la posibilidad de una crisis cambiaria y darle más margen de maniobra al equipo económico en medio de una situación critica.
Desde Washington, voceros del FMI aseguraron que las conversaciones con los técnicos del equipo económico de la Argentina están avanzadas, tras varios encuentros virtuales mantenidos en la última semana. Lo que se está discutiendo son precisamente las nuevas metas fiscales y de reservas netas a cumplir, flexibilizando las actualmente vigentes.
Estragos de la sequía
“El FMI reconoce que la sequía ha generado estragos y por eso están dispuestos a flexibilizar”, explican desde el equipo económico. Se estima que las exportaciones caerán por lo menos USD 15.000 millones por el impacto de la sequía. Esto ya está golpeando duramente al Central, que tiene un nivel de reservas netas negativas del orden de los USD 1.000 millones, tras varios meses de ventas y del pago de deuda tanto del sector publico como del privado.
El efecto de la sequía y la inflación de abril vuelven todavía más necesario el desembolso de unos USD 11.000 millones. Pero no hay certeza de que vaya a ser aprobado en los tiempos que pretende el Gobierno, lo que hace inevitable aplicar medidas ortodoxas para frenar la espiral de precios
Pero más allá de un cambio de metas, lo que realmente precisa el Gobierno son dólares frescos. El proceso para conseguir ese dinero no es sencillo. Primero debe ser aprobado por el staff técnico del FMI y luego ser sometido a la aprobación del directorio. Se descuenta que algunos países no verían con buenos ojos la iniciativa, como Japón, Alemania y algunos otros países europeos.
La decisión final, por lo tanto, pasaría por EEUU y tampoco ahí la respuesta es fácil. Es cierto que el presidente norteamericano, Joe Biden, recibió hace pocas semanas a Alberto Fernández. Pero a los pocos días el Gobierno anunció que gatillaría una parte del swap de monedas con China para pagar importaciones con yuanes, algo que no es precisamente del agrado de Washington, que ve con preocupación el avance chino en el mundo y puntualmente en América Latina.
Todo junto
La iniciativa de Massa apunta a recibir los desembolsos previstos hasta fin de año pero todos juntos, lo antes posible. Así el BCRA recuperaría reservas netas y aventar expectativas cambiarias. El equipo económico apura una batería de medidas urgido por el dato de inflación de 8,4% de abril, pero también pendiente del desembolso del FMI. Eso hace necesario dar señales contundentes que alejen la presión sobre el dólar y deriven en un salto inflacionario todavía mayor.
La expectativa ahora son medidas ortodoxas, en línea con las exigencias del Fondo: aumento de la tasa de interés, reducción del gasto real y del deficit fiscal, freno a la emisión y más trabas para importar, entre otras a anunciar en las próximas horas.
A tres meses para las PASO, es algo inédito para el manual kirchnerista: ajustes en medio del proceso electoral, cuando hasta 2021 la norma había sido apostar a poner más dinero en el bolsillo de la gente, generar más consumo y sumar voluntades para la elección, lo que se llamó “Plan Platita”.
Hace dos semanas el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, tildó de “vendepatrias” a economistas de la oposición que habían participado en la reunión de Primavera del Fondo por, supuestamente, solicitar al Fondo que no accede a este posible desembolso adelantado.
Seguir leyendo: