A nivel nacional, según los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el 39,2% de la población es pobre. Sin embargo, una mirada más a fondo de los datos oficiales permite tener una idea más clara de cuál es la situación particular de cada familia según su situación laboral.
Según un estudio elaborado por el Instituto de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), en función de los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), los niveles de pobreza varían mucho dependiendo del estrato socio-ocupacional.
En detalle, el estudio indica que, entre los asalariados registrados, el 17% es pobre (datos al cuarto trimestre de 2022). Es decir que, pese a tener un trabajo formal, hay miles de personas que no ganan lo suficiente para acceder a una Canasta Básica Total (CBT).
En diciembre del año pasado -período tomado como referencia en el estudio- había 9.717.054 asalariados registrados en Argentina, de los cuales 6.291.391 eran del sector privado y 3.425.663 del sector público, según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación. Entre ellos, entonces, el 17% se encontraba bajo la línea de la pobreza, lo que significa que 1.651.899 asalariados registrados ganaban menos de los $152.515,29 que costaba una CBT en ese momento.
Los números son mucho peores para los asalariados informales. De acuerdo al Indec, en diciembre había 5.613.000 personas cobrando un sueldo sin hacer aporte jubilatorio. Entre ellas, según el IET, el 45% eran pobres (2.525.850 personas).
También estaban en situación de pobreza el 67% de los desocupados, el 46% de las personas inactivas, el 39% de los cuentapropistas y el 19% de los patrones.
Situación crítica
El estudio del IET, sostiene que la aceleración inflacionaria de los últimos meses ha erosionado el poder de compra de las familias. “A su vez, la Canasta Básica Total -que toma el patrón de consumo de los deciles de ingresos medio-bajos y que es la que se mide para definir la pobreza por ingresos- subió por encima del índice de precios al consumidor -que da cuenta de lo que ocurre en el conjunto de la sociedad-. Producto de ello, la pobreza por ingresos se incrementó en la última fase de 2022″, explicaron los especialistas que elaboraron el informe.
En relación a la medición de la pobreza según el estrato socio-ocupacional, los expertos destacaron que, pese a tener índices diferentes, todos los sectores siguen una tendencia parecida. “Es raro encontrar momentos en donde la pobreza suba para algunos estratos en simultáneo con bajas para otros. Esto significa que la evolución del poder adquisitivo tiende, a grandes rasgos, a ser relativamente similar en los distintos estratos socio-ocupacionales”, analizaron.
Por otro lado, desde el IET destacaron el resultado de la población ocupada en su conjunto, donde la pobreza alcanzó en el segundo semestre de 2022 al 30% de las personas. “La tendencia es claramente creciente desde fines de 2017, cuando afectaba al 17%. Efectivamente, el fenómeno del trabajador pobre se volvió mucho más recurrente en los últimos cinco años”, lamentaron.
“Dentro del universo de la población ocupada hay grandes heterogeneidades. En los asalariados no registrados alcanza al 45% del total, 15 puntos por encima de los niveles de fines de 2017. En cambio, en los asalariados registrados la pobreza es considerablemente menor (17%), aunque se duplicó desde la última mitad de 2017, cuando era del 8%”, detallaron.
En lo que respecta a los trabajadores independientes, los especialistas reconocieron dos situaciones muy diferentes. Por un lado están los cuentapropistas (39% de pobreza), que de acuerdo a su lectura, tienen altos niveles de pobreza debido a la participación de los segmentos menos calificados, como vendedores ambulantes.
En tanto, en el caso de los patrones, donde la pobreza llega al 19%, explicaron que el disparador principal de los bajos ingresos es que se trata en su mayoría de pequeños emprendedores con pocas personas a cargo, en vez de grandes capitalistas. “De hecho, al interior de los patrones existe una importante diferencia entre aquellos que tienen emprendimientos legalmente constituidos (sea bajo la forma de SRL o SA, por ejemplo) y quienes tienen emprendimientos más informales: mientras que en el primer caso la tasa de pobreza es inferior al 3%, en el resto (que da cuenta del 85% de los patrones) supera el 18%”, aclararon.
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