Las acciones de bancos regionales estadounidenses caían este jueves antes de la apertura de los mercados, lastradas por el desplome del 46% de PacWest Bancorp, después de que su anuncio sobre la exploración de opciones estratégicas avivara la preocupación del mercado por el agravamiento de la crisis bancaria. El banco basado en Los Ángeles es el nuevo foco de los temores que terminaron con Silicon Valley Bank, Signature Bank y, esta semana, con First Republic Bank. Luego de una nueva suba de tasas de la Fed, los inversores se preguntan dónde terminará el efecto dominó.
También las acciones de Western Alliance Bancorp se desplomaron un 17% en las operaciones previas a la apertura de Wall Street a pesar de un intento de tranquilizar a los inversores. La entidad aseguró que no había experimentado salidas inusuales de depósitos tras la venta del banco First Republic Bank a JPMorgan Chase el lunes.
No son los únicos dos bancos cuyas acciones están bajo asedio. Zion Bancorporation, KeyCorp, Valley National Bancorp, Comerica y First Horizon cayeron entre un 2% y un 6%. El SPDR S&P Regional Banking ETF, un fondo que agrupa a las acciones de decenas de bancos regionales estadounidenses, perdió un 2,8 por ciento.
Reuters informó el miércoles de que PacWest estaba explorando opciones estratégicas, incluida una posible venta o ampliación de capital, después de que una inyección de liquidez anunciada en marzo no lograra inspirar confianza en su golpeada cotización.
“Los inversores temen que PacWest sea la siguiente ficha de dominó en caer, ante la preocupación por la fuga de depósitos y la falta de diversificación de activos entre los pequeños prestamistas”, dijo a Reuters Susannah Streeter, responsable de dinero y mercados de Hargreaves Lansdown.
La caída de las acciones de PacWest y sus homólogos pone de relieve la incertidumbre en torno a la salud de los bancos regionales a pesar de los esfuerzos reguladores para poner fin a la crisis bancaria que comenzó con el colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank en marzo.
““Los inversores temen que PacWest sea la siguiente ficha de dominó en caer” (Streeter)
El terremoto en la cotización de PacWest se produce después de que los reguladores estadounidenses tomaran el control de First Republic Bank y JPMorgan Chase acordara comprar la mayoría de los activos, lo que supone la mayor quiebra de un banco estadounidense desde la crisis financiera de 2008.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, reiteró el miércoles que el sistema bancario del país sigue siendo resistente a pesar de las “tensiones” de marzo, después de que el banco central anunciara una suba de tasas de 25 puntos básicos.
Según la herramienta FedWatch de la CME, los futuros de tasas de interés de EEUU preveían una pausa en el endurecimiento de la política monetaria en las reuniones de junio y julio, así como una probabilidad superior al 50% de recortesen la reunión de septiembre.
En los últimos 14 meses, la Reserva Federal ha subido las tasas en 500 puntos básicos para controlar las presiones sobre los precios en su política de endurecimiento más agresiva desde la década de 1980.
PacWest Bancorp registró una pérdida de USD 1.100 millones atribuida a los accionistas en el primer trimestre del año.
Las acciones estadounidenses cerraron a la baja el miércoles después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijera que era demasiado pronto para afirmar con certeza que el ciclo de subidas de tipos había terminado, ya que la inflación sigue siendo la principal preocupación.
Por qué sufren los bancos estadounidenses
La preocupación de los inversores en torno a los bancos se ha mantenido a pesar de las medidas adoptadas por los reguladores para contener una crisis bancaria que se inició con el colapso de dos entidades financieras estadounidenses de tamaño medio en marzo.
El ciclo de suba de tasas de la Fed encontró a buena parte del sector financiero estadounidense mal parado. Las enormes inyecciones de dinero que realizó durante la pandemia la propia autoridad monetaria, y las autoridades monetarias de todo el mundo, generaron enormes disponibilidades de liquidez en los bancos en forma de depósitos.
Parte de esos depósitos tuvieron como destino el otorgamiento de créditos, pero ni siquiera la primera economía del mundo demanda tantos préstamos. El sobrante debió ser invertido, y en buena parte esa liquidez fue a estacionarse en bonos del Tesoro de los EEUU. Las subas de tasas de la Fed elevan los rendimientos de esos bonos. Y -como una suba de rendimientos implica una baja en los precios- muchos bancos se encontraron con pérdidas no realizadas.
Si esperan al vencimiento de esos bonos, las pérdidas serán nulas. Pero si sus clientes reclaman sus depósitos antes del vencimiento de sus tenencias de deuda, los bancos se ven forzados a vender esos bonos con un importante recorte en sus precios. En algunos casos, esos recortes fueron tan grandes que el dinero obtenido por la venta de los títulos no era suficiente para devolver los depósitos de sus clientes.
Así, la continuidad o no del endurecimiento de la política monetaria de la Fed -que trata de terminar con la inflación más alta en cuatro décadas- es clave para dilucidar si hay más bancos esperando para protagonizar sus propios colapsos.
“La confianza en una institución financiera se construye durante décadas y se destruye en días. A medida que cae cada ficha de dominó, el siguiente banco más débil empieza a tambalearse. Hasta que no se recompense a los inversores por apostar por un banco que se tambalea, no habrá oferta, y la mejor venta será el último precio”, dijo el legendario inversor Bill Ackman en su cuenta de Twitter.
“Nos estamos quedando sin tiempo para solucionar este problema. ¿Cuántas quiebras bancarias innecesarias más tenemos que ver antes de que la FDIC, el Tesoro y nuestro gobierno despierten? Necesitamos un régimen de garantía de depósitos en todo el sistema ya”, agregó.
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