Tras el pago por capital e intereses al Fondo Monetario por aproximadamente USD 1.500 millones que vencieron entre el viernes pasado y ayer, no sólo las reservas netas entraron en zona crítica. También las reservas brutas están en su nivel más bajo desde octubre de 2016, la última vez que se ubicaron por debajo de los USD 35.000 millones. Al cierre de ayer, según informó el Banco Central, el total de reservas se encontraba apenas por encima de ese nivel, en los USD 35.078 millones. Ese nivel marca, también, una caída de prácticamente USD 10.000 millones desde que asumió la gestión de Alberto Fernández, que recibió un nivel de reservas brutas de USD 44.837 millones.
Ese mínimo se tocó el mismo día que debutaron las nuevas regulaciones para contener el precio del dólar financiero, que lograron si bien lograron el objetivo con una baja significativa en los precios de las pantallas -el contado con liquidación (CCL) a $433,64 y el MEP en $428,84, en la práctica operaron como un nuevo desdoblamiento del mercado que abrió una nueva brecha de acuerdo al instrumento utilizado para operar. Así, el CCL en los segmentos no intervenidos por el Gobierno, como en el caso de la negociación con Cedears, la cotización promedió los $460. Vale recordar que por las nuevas normas, la demanda en el segmento bursátil quedó restringida ya que quedaron apartados del mercado las sociedades de Bolsa y todos aquellos inversores que contasen con algún tipo de “apalancamiento” (préstamos de corto plazo para operar divisas).
En cualquier caso, la escasa disponibilidad de divisas sigue siendo el foco del conflicto que identifican analistas y bancos de inversión a la hora de analizar el panorama cambiario de la Argentina. Dos bancos internacionales, el Bank of America (BOFA) y Goldman Sachs, se sumaron ayer desde Wall Street al coro de economistas y analistas locales que advierten sobre nuevas turbulencias cambiarias ante el escenario de faltante de dólares.
Distintos factores explican la caída de las reservas. Esencialmente, el impacto de la sequía que mermó el ingreso de divisas hace imposible compensar la salida de dólares en concepto de pagos de deuda y también desequilibra la oferta y demanda en el mercado cambiario, con lo que el Banco Central pierde reservas ante el resultado negativo de sus intervenciones cambiarias. En lo que va del año, por esta vía el BCRA perdió USD 3.100 millones, a pesar de la implementación del dólar soja 3 que sigue sin dar los resultados esperados. El complejo sojero liquidó ayer apenas USD 54 millones y el BCRA cerró una rueda con USD 133 millones de saldo negativo.
Variaciones en las valuaciones de los activos que componen las reservas también pueden tener impacto, aunque de una magnitud acotada, mientras que en las últimas semanas, en las que irrumpió la inestabilidad financiera, un nuevo factor erosiona el monto bruto. Típico de años electorales, se advierte en el sistema financiero un goteo de depósitos en dólares que, de acuerdo a las propias estadísticas oficiales, promedia los USD 85 millones por día desde la semana pasada. En la última semana de abril, por caso, salieron del sistema unos USD 425 millones, que se suman a los USD 550 que retiraron los depositantes en las cuatro semanas anteriores. El stock total, de todos modos, sigue en niveles elevados, en torno a los USD 15.300 millones.
Más delicada, en cambio, es la cuenta de las reservas netas. Con el pago de ayer al Fondo, el Banco Central agotó las existencias de DEG´s que el organismo giró a fines del mes pasado para hacer frente a los vencimientos de marzo, abril y este mes. “Las reservas están en un nivel críticamente bajo, cercano a USD 1.000 millones. Los riesgos son los más elevados desde que (Sergio) Massa asumió al frente del Ministerio de Economía. Vemos para fin de año un tipo de cambio (oficial) en $485″, publicó el BOFA, quien en una tabla de proyecciones sobre un conjunto de monedas de distintos países aclaró que prevé una suba del CCL al doble de su cotización actual, en $850 a fin de diciembre, lo que deja en evidencia que incluso después del cambio de gobierno, el mercado no espera una unificación del tipo de cambio ni un achicamiento de la brecha cambiaria aunque sí una devaluación marcada. En el camino a las elecciones, en tanto, el BOFA prevé que la brecha se mantendrá en torno a 110% ya que mientras el oficial rondará los $314, el dólar financiero cotizará a unos $660 para antes de las elecciones de octubre.
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