El Gobierno avanzó finalmente con la quita de subsidios -que estaba prevista para febrero y había sido postergada- y unos 5,3 millones de hogares considerados de ingresos altos comenzarán a pagar este mes la tarifa plena por el servicio de energía eléctrica, con subas promedio estimadas de 97% a igual consumo, según datos del sector. Desde la Secretaría de Energía no detallaron porcentajes pero estimaron en subas de $3.000 promedio por factura a nivel país.
Con la quita de subsidios y la segmentación de usuarios de acuerdo a sus niveles de ingreso, los usuarios de ingresos altos (Nivel 1) pasarán a pagar siete veces más por la energía que los usuarios de menores ingresos (Nivel 2) y hasta 5,6 veces más que un usuario de ingresos medios (Nivel 3), según analizó el economista Julián Rojo, especialista del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi.
Los usuarios de ingresos medios mantienen un porcentaje de subsidios sobre el precio de la energía, pero también pasarán a pagar la tarifa plena (la misma que los sectores de ingresos altos) en el caso de superar los topes mensuales de consumo estimados. Para conservar la tarifa subsidiada, se debe mantener un consumo por debajo de los 400 kWh mensuales.
Los usuarios del AMBA, donde operan las empresas Edenor y Edesur, tendrán un aumento más en junio correspondiente al incremento en el servicio de la distribución. Es el segundo tramo del incremento del 60% anunciado en marzo y del que ya se aplicó una primera parte durante el mes de abril.
Por el lado del gas natural, el segmento de usuarios de altos ingresos (Nivel 1) ya estaba pagando la tarifa plena desde comienzos de año. Pero la semana pasada se anunciaron los nuevos cuadros tarifarios que se pagarán a partir de este mes, con subas en los servicios de transporte y distribución, que junto con el precio del gas -el segmento que recibe los subsidos- conforman el precio final de la factura.
De acuerdo a un análisis de la consultora Economía & Energía, los usuarios de ingresos altos (Nivel 1) tendrán, en promedio, una suba de 23% con respecto a marzo de este año. En la comparación interanual -versus julio de 2022- el incremento tarifario resulta de 179%, un porcentaje que está por encima de la inflación estimada para el mismo período. Para este segmento de usuarios, que representa al 38% del total de los hogares, la factura promedio rondará en mayo los $6.821. En junio del año pasado, a igual consumo, esa factura era de $2.446.
Dentro del Nivel 1 quedaron incluidos los hogares que suman ingresos mensuales por encima de los $669.298 pero también todas las personas que no se inscribieron en el registro online para mantener los subsidios.
Para los usuarios de ingresos medios (Nivel 3) la suba promedio en mayo será de 23% en comparación con el mes anterior y de 100% en comparación con junio del año pasado. En este segmento, la factura promedio rondará los $4.892 frente a los $2.446 de junio del año pasado.
En tanto, para los usuarios de ingresos bajos (Nivel 2) la suba promedio en mayo será de 47% en comparación con el mes anterior y de 47% en comparación con junio del año pasado. En este segmento, la factura promedio rondará los $2.485 frente a los $1.691 de junio del año pasado.
En el país hay unos 9,2 millones de usuarios del servicio de Gas Natural por redes. De acuerdo a la segmentación tarifaria que se comenzó a aplicar durante el año pasado, hay 3,4 millones de usuarios que quedaron registrados en el segmento de mayores ingresos o no completaron el registro (Nivel 1) que ya no cuentan con subsidios y pagan la tarifa plena. En tanto, otros 3,4 millones quedaron registrados en el sector de bajos ingresos (Nivel 2, que mantiene los subsidios) y finalmente unos 2,3 millones fueron categorizados en el sector de ingresos medios (Nivel 3).
El 29% de los usuarios del país está dentro del Régimen de Zona Fría, por lo que cuentan con descuentos del 50%. En comparación con junio 2022, las tarifas con descuento se incrementaron un 186% para los usuarios de altos ingresos, un 43% para los de ingresos bajos y un 105% para los de ingresos medios, según los datos de la consultora.
“Pese a los significativos incrementos para los usuarios de Nivel 1, evaluadas en pesos constantes, las tarifas medias plenas de gas natural se ubican por debajo de las registradas entre 2018 y 2020 (una baja de 32% en relación a 2019)”, advirtieron desde Economía & Energía. “Para los usuarios de Nivel 2 (ingresos bajos), los menores incrementos de los últimos años determinaron una sustantiva reducción de las facturas en términos reales. En el caso de los usuarios de Nivel 3, la tarifa en pesos reales, disminuyó un 53% respecto de 2019″, agregaron.
Los efectos de la suba de tarifas se reflejarán en la inflación de mayo y junio, ya que no todos los usuarios reciben los aumentos al mismo tiempo y el impacto en la facturación depende del momento corte, que varía de acuerdo a cada titular del servicio. Las empresas distribuidoras de gas y electricidad realizan cortes diarios por grupos de clientes.
Las consultoras economistas aun no pueden estimar cuántos puntos puede sumar a la inflación estos últimos aumentos tarifarios pero coinciden en que ponen un piso elevado a los índices de los próximos meses. En mayo también se verá el impacto del traslado a precios de la suba de los dólares paralelos de la última semana de abril.
“Esperamos que el arrastre que dejó esa semana sea capturado más plenamente en mayo, mes para el que proyectamos una inflación superando el 8%, donde incidirán una mayor cantidad de aumento puntuales. El IPC Núcleo se aceleró al 8% mensual (1,5 puntos porcentuales por encima del promedio del primer trimestre), dando cuenta de la fuerte inercia que arrastra el proceso inflacionario”, explicaron desde Ecolatina.
“En los próximos meses seguiremos viendo una inestable inflación consolidándose en escalones cada vez mayores, dejando como resultado una inflación superando el 115% en 2023. El proceso se ve alimentado por una fuerte inercia, creciente indexación y acortamiento en los plazos de los contratos, junto a la incertidumbre propia de la transición electoral, la falta de credibilidad para coordinar expectativas y la ausencia de anclas: nuevas subas en tarifas de servicios públicos, un crawling peg que no podrá ralentizarse y paritarias que ejercerán presión en el año electoral”, agregaron.
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