El Indice de Salarios creció un 6% en febrero con una variación del 97,4% en relación al mismo mes de 2022, lo que marca un crecimiento por debajo de la inflación en ambos casos (6,6% y 102,4%). El indicador se compone de subas del 6,9% en el caso de los salarios sector privado registrado, del 3,8% en el sector público y del 7,1% en el sector privado no registrado.
Según los datos publicados hoy por el Indec,la comparación interanual presentó un aumento menor al registrado por el Indice de Precios al Consumidor (IPC) que fue del 102,4 por ciento en dos de las tres categorías. En el caso de los trabajadores privados registrados, sus salarios crecieron un 99,3% y en el de los trabajadores privados informales, el aumento fue del 80,5%, por lo que perdieron casi 22 puntos porcentuales frente a la inflación entre febrero de 2022 y el mismo mes de este año.
Los únicos trabajadores que resultaron ganadores frente a la inflación fueron los del sector público. Y fue por un escaso margen: sus sueldos crecieron un 104,2%, apenas 2 puntos porcentuales por encima de los precios. “En términos interanuales, el Índice de salarios mostró una suba de 97,4%, como consecuencia de los incrementos del 99,3% en el sector privado registrado, 104,2% en el sector público y 80,5% en el sector privado no registrado”, puntualizó al respecto el informe del Indec.
“A febrero de 2023 el Índice de salarios acumula una suba de 11,0% respecto de diciembre del año previo, debido a subas de 11,8% en el sector privado registrado, 7,9% en el sector público y 14,3% en el sector privado no registrado”, agregó.
Dos días atrás, otro dato oficial había informado acerca de un crecimiento de los salarios privados por encima de la inflación pero en el mes de marzo. Según el índice Ripte que mide el Ministerio de Trabajo, los ingresos de ese segmento del mercado laboral avanzaron 9,8 por ciento, una mejora en términos reales frente al 7,7% del IPC en el tercer mes del año.
El Ripte contempla la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que reciben los trabajadores bajo relación de dependencia y declarados en forma continua durante los últimos 13 meses. Es decir, solamente empleados privados asalariados. Por lo tanto, se confecciona con un muestreo menos amplio que el que utiliza el Indec para publicar cada mes su índice de salarios, tal como se conoció hoy.
Lejos de la canasta básica
Volviendo al análisis del índice de salarios publicado hoy por el Indec, es importante mencionar que los ingresos de los trabajadores no solo continúan quedándose atrás de la inflación, sino que además están perdiendo respecto a la evolución de precios de la canasta básica.
Según los informes del organismo, la Canasta Básica Total (CBT), estudio que mide el total de gastos que debe hacer una familia para cubrir el 100% de sus necesidades durante un mes, aumentó 8,3% en febrero, 16,1% en los primeros dos meses del año y 113,2% en el acumulado de doce meses. En todos los puntos de comparación, entonces, los insumos de primera necesidad avanzaron a mayor ritmo que los salarios (solo en el primer bimestre quedaron 5,1 puntos por debajo de la CBT).
Es mayor aún la diferencia con la Canasta Básica Alimentaria (CBA), estudio que se centra únicamente en los precios de los alimentos. Los salarios perdieron en febrero (la CBA subió 11,7% ese mes), en el primer bimestre (19,8%) y en el acumulado de los últimos doce meses (115,1%).
Estas diferencias, en contra de los ingresos de los trabajadores, ejercen mayor presión sobre los índices de pobreza e indigencia.
Malas perspectivas
Desde la consultora LCG analizaron el informe de salarios del Indec y señalaron que, teniendo en cuenta que la aceleración de la inflación fue erosionando rápidamente en el segundo semestre de 2022 a los salarios, no son optimistas de ver una recuperación del mismo en este año.
“Por un lado, esperamos que los actuales niveles de inflación actúen como un piso en el promedio del año (en torno al 125% anual), mientras que el gobierno apuntaba a acordar paritarias en el orden del 60% anual, aunque difícilmente puedan concretarlo en esos valores. “Además, muchas paritarias comienzan a darse a corto plazo con revisiones trimestrales, dando lugar a bajos aumentos con la condición de aplicar una eventual cláusula gatillo”, comentaron.
“Por otra parte, un poder adquisitivo erosionado podría estimular una mayor oferta de mano de obra para sumar ingresos al hogar, lo que conjugado con un menor nivel de actividad podrá presionar los números de desempleo, quitándole algo de capital de negociación a los trabajadores”, agregaron desde la consultora.
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