El Banco Central informó que su directorio, en la habitual reunión de los jueves, dispuso elevar en 1.000 puntos básicos la tasa de interés de política monetaria que sirve como referencia para toda la economía. De esa forma, la tasa nominal para las Leliq a 28 días pasará de 81% a 91%, en la búsqueda de establecer rendimientos que se equiparen a la creciente inflación, que en marzo alcanzó al 7,7%.
Con este nuevo incremento, la tasa de interés de referencia superó el máximo alcanzado durante el gobierno de Mauricio Macri. En septiembre de 2019, tras la fuerte disparada del dólar ocurrida después de las elecciones PASO, el BCRA había llevado la tasa de interés al 86% nominal. Con la suba de hoy, ese récord fue superado y la tasa de los títulos emitidos por el Banco Central es la más alta en 20 años, superada únicamente por los registros de comienzos de 2002, en la salida de la convertibilidad.
“La decisión de la autoridad monetaria se basa en el objetivo de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local y de actuar para preservar la estabilidad monetaria y financiera. El BCRA continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado financiero y de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar su política de tasas”, dijo el BCRA en un comunicado.
La misma suba se aplicará a los plazos fijos de personas físicas, que tendrán un rendimiento nominal del 91% que llegará al 141% anual en términos efectivos, es decir, si el depositante vuelve a reinvertir el capital y los intereses todos los meses durante un año. A partir de mañana un plazo fijo minorista para personas físicas a 30 días rendirá un 7,6%, casi lo mismo que la inflación del mes pasado.
A la vez, para contener la mayor cantidad de pesos posible y evitar que se vayan al dólar, el Banco Central también modificó la condición de “minorista” para los depósitos. Esta nueva tasa mínima garantizada se aplicará a los plazos fijos menores a $30 millones, un tope que hasta hoy era de solo $10 millones. Para el resto de los plazos fijos del sector privado la tasa mínima será de 85,5% (hasta hoy era de 72,5%), lo que equivale a una tasa efectiva de 128,5%.
El dilema del BCRA
La última suba de tasas había ocurrido hace solamente una semana, lo que da una idea de la excepcionalidad de la situación. El Directorio del BCRA, tal como hizo el pasado jueves 20 tras conocerse el IPC de marzo, siempre cambia la tasa después de conocerse el dato de inflación. Esta vez, el crítico escenario no le permitió esperar tanto. La inflación de abril, un dato casi incierto para los analistas a estas alturas, recién se conocerá el 12 de mayo.
Ante el escenario actual, la decisión de poner más altas las tasas se vuelve más que esperable para el Banco Central para cumplir con el objetivo de servir de contrapeso frente a dos peligros: la constante suba de los precios y la fuerte dolarización de las últimas dos semanas, que llevó al dólar libre a tocar un pico de $495 y al propio Banco Central a acelerar el ritmo de suba del dólar oficial.
Pero lo esperable no siempre se ajusta a los desequilibrios de la economía argentina. Y el directorio del Banco Central, al igual que una semana atrás, volvió a enfrentarse a un dilema. Si sube la tasa, puede aportar a contener la inflación y a que los ahorristas se queden en pesos; pero al mismo tiempo, una tasa más alta implica encarecer su propia deuda, a través de las Leliq y los pases, sus pasivos remunerados.
En esa compleja decisión residen también los resquemores entre el ministerio de Economía y el BCRA surgidos en los últimos días, suavizada con las fotos que compartieron Sergio Massa y Miguel Pesce. Cerca del ministro se venía diciendo que la suba de 78% a 81% aplicada la semana pasada era insuficiente. La posterior disparada del dólar, contenida mediante la intervención con bonos y la activación del swap con el Banco Central de China, convenció al Central de aplicar una suba más potente.
Hoy existen 13,1 billones de pesos en Leliq y pases pasivos, la deuda del Banco Central que está en manos de los bancos y, a la vez, es el respaldo de los depósitos del sector privado. Con la tasa del 81%, los analistas calculaban que el Central emitiría 1 billón de pesos por mes para cumplir con los intereses de esos compromisos. Una semana después, ese gigantesco número ya suena viejo. Con la nueva tasa se estima que deberá pagar intereses por $18 billones en un año, lo que implica más emisión y, por ende, más presión sobre la inflación.
Con la tasa del 91% “en un año se emitirían $18 billones, lo que implica que alcanzaría con 4 meses para duplicar la base monetaria actual (cantidad de pesos en circulación), sólo de intereses. O, dicho de otra forma, en un año tendríamos 3,5 bases monetarias nuevas. ¿Qué genera esto? Expectativa de que se vuelquen más pesos a la calle, en algún momento futuro. Eso pone presión sobre los precios”, señaló en Twitter el economista Juan Ignacio Paolicchi.
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