La proliferación de opiniones sobre la dolarización de la economía argentina, empujada por la crisis cambiaria y por las ideas del candidato presidencial Javier Milei merece saber quién es quién en este interesante debate.
Por supuesto que hay opiniones nítidas y tajantes de un lado –como la del propio Milei, la de los economistas Emilio Ocampo, Nicolás Cachanosky y Alfredo Romano- y del otro –Eduardo Levy Yeyati, Marina Dal Poggetto y Hernán Lacunza, entre otros-, pero también hay matices. No solo entre quienes están a favor o en contra, sino también en cuanto a qué tiempos se requieren para dolarizar y qué herramientas complementarias son necesarias en este sentido.
Allí también, como en otros planos de la discusión económica, aparece el “gradualismo versus shock” sobre las chances de aplicar este nuevo esquema monetario y cambiario.
Al respecto, el ex ministro Domingo Cavallo ha sido quien marcó el centro de la cancha, al afirmar que pensar en una dolarización inmediata no es posible, pero podría ser una opción para el momento en que el próximo gobierno logre la titánica tarea de unificar el tipo de cambio –en un plazo mucho mayor que en 2016- y que se recompongan las reservas del BCRA a un nivel razonable. Otros, como Horacio Liendo, uno de los padres intelectuales del plan de convertibilidad, sostienen que hay que dejar que circulen el peso y el dólar en forma paralela, permitiendo cualquier contrato en moneda extranjera.
Aquí, un repaso de las declaraciones de los economistas que se ubican en ambos lados la grieta, tanto a Infobae como en declaraciones radiales o televisivas.
A favor
- Javier Milei. Obviamente es el sostén principal de este proyecto. Cree que, aunque haya una dura transición hasta que se complete –que ubicó en dos años- los salarios “comenzarán a subir en dólares de inmediato”. Para concretar este cambio
El precandidato a presidente por La Libertad Avanza aseguró que “llamaría a un plebiscito para dolarizar”, en el caso de que el Congreso bloquee las reformas que plantea llevar a cabo si llega a la Presidencia. El economista afirmó que piensa en dos instrumentos: “Una es el referéndum que es vinculante, que tiene que pasar por el Congreso y, después, tenés la consulta popular que la podés impulsar sin su aprobación”, explicó y adelantó que “llamaría a un plebiscito para dolarizar” si se encuentra con este escenario.
- Diana Mondino. La profesora de Ucema dijo a Infobae “Hay muchos pros y contras de la dolarización. Entiendo que solo podrá hacerse cuando se haya podido avanzar en la modernización de la economía argentina, en el que ya se reduzca el déficit fiscal y tengamos un esquema tributario que le permita a las empresas argentinas competir con el resto del mundo. La pregunta entonces es, si eso se logra, ¿para qué dolarizar? La respuesta es: para no caer en la tentación de volver a emitir para financiar el déficit fiscal. La solución no es mágica, todo lo que hay que hacer antes es mucho y está claro. Otro argumento a favor es que la Argentina para crecer necesitará ahorro y eso implica inversión en dólares. Eso te lleva a la necesidad de abrir la economía para poder exportar más y generar ese excedente de dólares”.
- Emilio Ocampo. Escribió un libro sobre el tema y es uno de los más acérrimos defensores de la iniciativa. Días atrás indicó a Infobae: “No decimos que es ‘la’ solución. Pero creemos que es la mejor posible. El populismo nos dejó en una situación tal que no podemos hacer lo que hacen nuestros vecinos. Un Banco Central independiente y que actúe de manera óptima en la Argentina es una quimera. El Poder Ejecutivo se lleva por delante las leyes, y con anomia institucional es imposible tener una moneda de buena calidad. Partiendo de ese supuesto, de que es imposible o improbable que haya Banco Central independiente, no nos quedan muchas variantes…Hay que hacer una reforma monetaria, el peso ya no existe. Hay que crear moneda nueva o adoptar otra, y la realidad es que los argentinos ya adoptaron el dólar. La inflación en dólares desde 2002 ha sido cero, porque el dólar aumentó igual que la tasa de inflación”.
- Nicolás Cachanosky. “No se puede renunciar a lo que no se tiene. Más importante que tener acceso a un emisor de moneda que nadie demanda, es tener acceso a la moneda que demanda el mercado. Al ofrecer liquidez, el Banco Central alimenta la crisis cambiaria y, en casos extremos, puede desatar un proceso hiperinflacionario. En la práctica, el BCRA es un deudor de primera instancia del sistema financiero y el FMI es el verdadero prestamista de última instancia”.
- Alfredo Romano. “Bajo estas condiciones y gobierno es imposible llevar un proceso de dolarización porque necesitas muchísima confianza y de un plan económico. Sin embargo, el próximo gobierno sin duda va a tener la capacidad y las herramientas para dolarizar”, destacó Romano en declaraciones a CNN radio. Para ello, será necesario, “rescatar la base monetaria”, que hoy está a mínimos históricos “a valor contado con liquidación, que son 13.500 millones de dólares”.
“El Dólar Soja 1 y 2 liquidaron 11 mil millones de dólares en Argentina, pero sin confianza y con cepo cambiario, sabiendo que después la rifas a 200 pesos, no se pudieron acumular reservas. Con una cosecha se puede pagar la dolarización”.
“Hay que entender las condiciones de la Argentina con el nuevo gobierno porque hoy hablamos de 150 puntos de inflación anualizada y vemos que estará en 200 puntos cómodo a fin de año. Y sin considerar la devaluación del tipo de cambio, que todos sabemos que no es de 200, sino de 400″, indicó el especialista.
- Steve Hanke: “Argentina se ha convertido en un holgazán sobre endeudado del FMI. Según mi medida, el peso argentino se ha depreciado frente a los dólares en un 52 % desde el 1 de enero de 2022. Argentina debe deshacerse del peso y dolarizar ahora, porque es la muerte más grande del mundo”, señaló en las últimas horas en Twitter este economista de la Johns Hopkins University. En diálogo con Infobae, agregó: “El problema es el Banco Central. Hubo 10 años de baja inflación pero luego la convertibilidad tuvo algunos agujeros, aunque estabilizó la economía por muchos años. La Argentina es incomparable, es imposible, es un desastre”.
En contra
- Marina Dal Poggetto. La titular de ECO GO dijo a Infobae: “Las soluciones mágicas no sirven y no existen. Y la dolarización es uno de esos caminos. Además, no se puede conseguir el financiamiento para canjear la base monetaria como sostienen algunos economistas porque el país no tiene acceso a esa posibilidad de endeudamiento. Por lo tanto, está pensando en emitir deuda por USD 70.000 millones, que es 80% más de la deuda que está ahora en el mercado. Y, además, en un tipo de cambio de equilibrio mucho más alto que el actual”.
- Eduardo Levy Yeyati. En Americas Quarterly el economista de la UTDT y asesor de Cambiemos dijo: “La dolarización dura tiene varias sorpresas ocultas. Por ejemplo, en Argentina exigiría la conversión forzosa (y la consiguiente dilución) de títulos denominados en pesos a un tipo de cambio artificialmente alto. Incluso en las economías financieramente dolarizadas con la mayor parte de los ahorros en el extranjero, como en Argentina, los depósitos y activos en pesos siguen representando -debido a los estrictos controles del tipo de cambio- una parte no desdeñable del capital circulante de las pequeñas y medianas empresas y de los ahorros de los hogares de ingresos medios y bajos. Estos perderían la mayor parte de su valor con el cambio de régimen”.
“Además, la dolarización clásica, a diferencia de su versión light, es prácticamente irreversible. Convertir a la fuerza los contratos a una moneda que se debilita es arduo y cuestionable, pero factible; hacerlo con el dinero en circulación (que es de lo que se trata al revertir la dolarización) es prácticamente imposible. Los dos países que se dolarizaron oficialmente a finales de la década de 1990, el apogeo de los regímenes de tipo de cambio superfijo -El Salvador (en tiempos normales) y Ecuador (en pleno colapso monetario)- han aprendido desde entonces que, aunque hagan los deberes, están expuestos a perturbaciones externas (precios del petróleo; competencia china; ciclos financieros mundiales; pandemias y guerras) sin capacidad para utilizar el tipo de cambio como amortiguador. Como uno de nosotros documentó en un artículo reciente, ambos países han explorado prudentemente salidas, pero en última instancia se han resignado al hecho de que la dolarización es un camino de ida. El problema de quemar nuestras naves es que, si calculamos mal, puede que tengamos que volver nadando”.
- Emiliano Libman. El experto de Fundar dijo a Infobae: “A grandes rasgos, la dolarización implica un canje físico de los billetes y monedas en circulación por dólares y la redefinición de contratos denominados en pesos por contratos en dólares. Hoy hay muy pocos dólares para todos los pesos que hay que canjear, por lo cual es inviable”.
“Supongamos por un momento que el problema no existe y los dólares están (o los pesos es licuaron). La dolarización no es una política deseable. Para ser exitosa, tiene que ser implementada junto con otras medidas que también deben tomarse sin una dolarización (como una consolidación fiscal, la corrección de precios relativos atrasados como las tarifas, etcétera)”.
“Esto implica que si vamos a hacer esfuerzos previos para dolarizar, mejor hacerlos sin sacrificar nuestra moneda. Como lo ilustra la experiencia de nuestros vecinos (por ejemplo, Brasil, Chile, Uruguay, Perú) se puede mantener una inflación baja sin necesidad de recurrir a un esquema tan rígido. Esto brinda márgenes de maniobra para implementar políticas fiscales, monetarias y cambiarias contracíclicas que la dolarización no brinda”, concluyó.
- Andrés Neumeyer. El ex economista jefe del BCRA señaló: “Hay mucha discusión sobre dolarización en Argentina. El tema es sumamente simple: ES IMPOSIBLE. El gobierno no tiene ni reservas ni crédito externo. Para dolarizar tiene que comprar todos los pesos en circulación. ¿Con que recursos lo va a hacer?”
“La deuda en pesos del BCRA (base monetaria + pasivos no monetarios) son aproximadamente 40 mil millones de USD con el tipo de cambio de 440 pesos-dólares. Si el BCRA tiene 400 millones de reservas netas (1% de pasivos en pesos), sólo podría comprar sus pasivos a un dólar de 44.000″, aclaró el ex economista jefe del BCRA”, sostuvo.
“Hay otro mundo en el que Argentina tiene una reforma fiscal, acumula reservas y vuelve a tener acceso al crédito internacional. En ese mundo podría comprar los pesos a un valor razonable. Ahora, ¿para qué dolarizar en ese mundo?”, señaló Neumeyer en un hilo en Twitter.
Mientras la crisis cambiaria se mantiene y las elecciones se acerquen, este debate crecerá. Bienvenido sea, con fundamentos.
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