El Ministerio de Economía retomará en las próximas horas las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, aunque no tendrá en la delegación funcionarios de primera línea. El viceministro Gabriel Rubinstein y el jefe de asesores Leonardo Madcur, habituales interlocutores con el organismo, seguirán las conversaciones desde Buenos Aires y enviarán a Washington a sus equipos técnicos.
El Palacio de Hacienda tiene como objetivo central en esta última renegociación que encaró una reconfiguración completa del esquema de metas condicionales, que además incluye, como hipótesis de máxima, la posibilidad de modificar el calendario de desembolsos previstos en el acuerdo, que prevé envíos trimestrales desde el FMI al Banco Central a cambio del cumplimiento de los objetivos de reservas, déficit y emisión monetaria.
En Economía creen que el impacto de la sequía fue tan considerable sobre las variables macro que unos USD 15.000 millones menos de ingresos de exportaciones le quitan prácticamente todo margen de acumulación neta de reservas al BCRA y pone presión a las cuentas fiscales por una recaudación mucho menor de retenciones, algo que ya se vio con mayor nitidez en el primer trimestre del año.
Hace diez días el Palacio de Hacienda dejó saber que había iniciado un proceso de negociación más profundo que el que tuvo lugar hace algunas semanas, que solo incluyó una meta de reservas más laxa. Ahora buscarán una reconsideración más integral de las metas condicionales. Habrá además una discusión que puso en la agenda Sergio Massa el martes: dotar al BCRA de margen de maniobra para intervenir en el mercado cambiario ante situaciones de crisis como la de los últimos días.
Con todo, los dos principales interlocutores con el Fondo permanecerán finalmente en Buenos Aires, luego de que trascendiera en primera instancia que encabezarían la misión técnica que empieza este jueves. La agenda urgente en el plano local, no solo por la situación cambiaria sino por la ronda de conversaciones que busca iniciar el equipo económico con empresarios y gremios para un acuerdo de precios por 90 días quedarán como prioridad para los funcionarios de Massa.
Negociación clave: qué busca el Gobierno
La estructura de metas con el FMI ya sufrió un primer cambio de magnitud hace algunas semanas, cuando el organismo habilitó un recálculo de la exigencia de reservas, de USD 2.000 millones para todo el año. Esa reconsideración quedó rápidamente vetusta: el impacto de la sequía fue mucho más grave que lo estimado en esa primera instancia. El Gobierno incumplió, incluso tras el recorte de la meta, el objetivo de acumulación de reservas por unos USD 1.800 millones.
En Economía creen que el impacto de la sequía fue tan considerable sobre las variables macro que unos USD 15.000 millones menos de ingresos de exportaciones elimina la chance de acumular reservas
Lo mismo le sucedió con el techo de déficit primario, que excedió en unos $250.000 millones como consecuencia del fuerte recorte de ingresos fiscales por la sequía y la poda que eso significó para la recaudación de derechos de exportación, que se desplomaron en los primeros tres meses del año.
Desde un despacho oficial aseguraron que el horizonte de tiempo con el que se trabaja es llegar a un consenso técnico en las próximas dos o tres semanas. No será una negociación “aislada” del calendario previsto -porque no se tratará de un nuevo programa sino una reconfiguración del actual- ya que será sostenida en el marco de la quinta revisión trimestral. Esa instancia, a su vez, tiene como fecha de referencia fines de junio.
El Ministerio de Economía trata en los últimos días de enviar señales sobre la proximidad de un consenso con el Fondo Monetario para anticipar a junio todos los desembolsos pendientes para lo que resta del año. A precios de conversión entre Derechos Especiales de Giro (DEG) y el dólar, serían unos USD 10.700 millones.
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