El dólar libre se dispara a nuevos máximos ante el escaso ingreso de divisas del agro

La incertidumbre política y económica aceleró la demanda por el dólar “blue”, que subió 20 pesos y cerró a $462. La liquidación del dólar soja 3 viene muy por debajo de las expectativas y al BCRA le cuesta sumar reservas

En 2023 las reservas brutas del BCRA caen en USD 8.000 millones.

El dólar libre tuvo ayer una de las ruedas más movidas desde el regreso del “cepo” cambiario. La divisa llegó a operarse a un récord de $465 para la venta, para terminar ofrecida a $462, en zona de máximos nominales. Pero este récord al que llegó el billete no fue uno más.

Por una parte, el salto diario de 20 pesos, un 4,5%, fue el más grande desde que empezó la “corrida” en abril. La brecha cambiaria con el dólar mayorista, que terminó a $220,21, alcanzó el 109,8%, con lo que volvió a romper el peligroso umbral del 100 por ciento, algo que no ocurría desde septiembre pasado. En este sentido, la brecha cambiaria regresó a máximos desde el 29 de agosto (111,1%), ocho meses atrás.

Además, el dólar “blue”, ahora el más caro de todos los segmentos del mercado -por encima del dólar turista- le saca clara ventaja a la rampante inflación de 2023, pues en el transcurso de abril anota un alza de 67 pesos o un 17%, mientras que en el cotejo desde el arranque del año alcanza una suba de 116 pesos o un 33,5%, unos diez puntos porcentuales por encima de la suba general de los precios minoristas.

Este movimiento disparó las alarmas, pues el dólar como inversión “defensiva” desplaza al plazo fijo, que a través de la suba de tasas de política monetaria del BCRA (ahora en el 81% nominal anual o un 119,1% efectiva anual) ofrece una rentabilidad que se apega a la alta inflación.

Hay dos aspectos que no se pueden ignorar en el salto cambiario del dólar que se negocia por fuera de los controles oficiales. Uno es el estrictamente financiero; otro, el político, de cara a las elecciones presidenciales.

Aún con el cúmulo de esfuerzos realizado por el ministro de Economía Sergio Massa, que suma dólares al Banco Central a través de un mayor endeudamiento con organismos multilaterales de crédito, los activos internacionales del la entidad atraviesan un período de debilidad muy marcado y las reservas brutas caen USD 8.000 millones en el año.

Los desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco del cumplimiento de las metas trimestrales del acuerdo con el organismo, y entes “satélites” de la institución que dirige Kristalina Georgieva no fueron suficientes para que las reservas internacionales del BCRA “testearan” los USD 36.400 millones, un piso desde el 26 de septiembre de 2022. Hay que recordar que el 25 de septiembre último estos activos brutos alcanzaron los USD 36.101 millones, un mínimo desde el 14 de octubre de 2016; hoy no están lejos de esa cifra a pesar del creciente endeudamiento.

Más grave es el panorama si se analizan las reservas estrictamente líquidas en las arcas de la entidad, pues descontados los préstamos, oro y depósitos privados son negativas en más de USD 6.000 millones, lo que llevó a varios analistas a advertir que se estarían utiliza dólares de los depositantes para intervenir en el mercado.

En un año con enorme carga política por las elecciones este dato no pasa desapercibido. Los depósitos en dólares en efectivo del sector privado tocaron el 19 de abril -último dato disponible- los USD 15.800 millones, el stock más bajo de 2023. Desde el máximo de este año, de USD 16.459 millones el 24 de febrero, la salida de depósitos alcanzó casi los 700 millones de dólares.

Desde julio del año pasado, la única forma en la que el BCRA pudo comprar dólares en el mercado de cambios fue con el establecimiento de un tipo de cambio mucho más alto, el dólar soja, que en la práctica oficia como una eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones del agro.

Para los expertos de Invecq Consultora Económica, entre los motivos detrás de la suba del dólar libre “siempre están los fundamentos macro, pero muy posiblemente incidieron los fuertes rumores políticos asociados a la continuidad de la conducción actual del Ministerio de Economía, como también la muy mala evolución del dólar soja actual respecto de lo esperado”.

El salto diario de 20 pesos del dólar libre, un 4,5%, fue el más grande desde que empezó la “corrida” en abril

“El dólar soja alteró la frecuencia liquidación, monetizó la economía, deterioró el patrimonio del BCRA, abrió la puerta a múltiples reclamos sectoriales a devaluar, dejó en un desierto cambiario al mercado y no resolvió ningún problema”, resumió el economista Esteban Domecq, director de Invecq.

Por efecto del adelantamiento de la liquidación de exportaciones del complejo cerealero-oleaginoso en septiembre y diciembre del año pasado, junto con una histórica sequía, esta tercera versión del dólar soja en abril viene más austera. Hasta ahora el agro ingresó USD 1.391 millones al mercado cambiario aún en plena cosecha gruesa, en contraste con los USD 8.120 millones de septiembre y los USD 3.707 millones de septiembre. En ese marco, el BCRA anota compras netas en abril por escasos 191 millones de dólares.

Por otro parte el factor político está presente. La actividad económica se contrae en sentido inverso a la inflación, el presidente Alberto Fernández reconoció este presente y desistió de presentarse a la reelección. El mapa de las encuestas se encuentra muy fragmentado, se desconocen las candidaturas y las propuestas de plan económico. La mayor tensión cambiaria no es más que otra consecuencia del desconcierto de la dirigencia.

“Este es un año de la frazada recontra corta, algo después de agosto, después de octubre, va a pasar. La sequía pega no solo por los dólares, sino también en la recaudación por $1,5 millones, también en precios y también en actividad. Cualquier cosa que signifique ‘adelantar’ complica después de agosto, sea desembolosos del FMI o el dólar soja. Cada vez que hagas algo del 2024, complicás al Gobierno que viene”, señaló el economista Carlos Melconian.

Ocurre que a los ruidos políticos en el oficialismo se suman acentuadas presiones por las candidaturas dentro de las principales coaliciones, un escenario que potencia el nerviosismo de los inversores en esta etapa de transición ya que complica aún más la capacidad de administrar los serios desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios”, aportó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.

“Argentina es un país con instituciones económicas débiles; necesitamos un poder más concentrado en la Casa Rosada. Eso no pasó en este Gobierno, y provocó inestabilidad política. Siento que está muy dividido el panorama político y hay incapacidad de generar consensos. Necesitamos un presidente con un plan económico concentrado y sólido que demuestre estabilidad”, declaró Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero.

“Una inflación del 7,7% para el mes de marzo. Con un 9,4% para prendas y calzados, y 9,3% para alimentos. Esto nos indica que los pesos se queman mes a mes perdiendo poder de compra a pasos agigantados”, comenó Tomás Trasorras, asesor financiero de Wise Capital.

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