Cuando tras el 7,7% de inflación de marzo y ya sin el impacto de la suba de precios estacionales se preveía que finalmente abril podría mostrar un retroceso, aunque fuera módico, la fuerte suba del dólar en todas sus variantes durante la semana echa por la borda la expectativa de mejoras. No sólo la suba del billete en sí misma pone renovada presión sobre los precios sino que también las medidas oficiales para reaccionar al nuevo escenario contienen un impacto inflacionario. No sólo para abril sino, especialmente, para los meses siguientes.
Así lo anticipan distintos analistas del mercado, muchos de los cuales hacen sus propios relevamientos semanales con un resultado que arroja que la inflación avanza ahora a una velocidad similar a la de marzo lo que implica un alza mayor a 140% anualizada.
Desde esa perspectiva, analizaron los economistas de 1816, no debería sorprender la corrida contra el peso de las últimas jornadas sino la estabilidad anterior. “Quizá más llamativa que el ruido de estas ruedas era la tranquilidad previa, en una macro con inflación mensual de 143,6% anualizada, que tiene que hacer frente a una elección presidencial sin dólares (por stock de reservas y sequía) y con demasiados pesos (por stock de deuda y déficit)”, sostuvo en su último informe.
Nuevos elementos se conjugan ahora para seguir alimentando la suba de precios. En principio, la expectativa e incertidumbre generada por el entorno de inestabilidad financiera pero no sólo eso: parte de los precios de la economía acusan el impacto directo de la cotización del contado con liquidación, que cerró el viernes en $455, con una brecha de 107 por ciento. Tal como se preveía ante la escasez de dólares, el BCRA restringió aún más el acceso al mercado de cambios lo que, tal como ocurrió cada vez que endureció las restricciones, tendrá su correlato en los precios.
Las mediciones preliminares traen malas nuevas: con datos hasta la semana anterior a la disparada del dólar, la consultora EcoGo proyectó una suba de 8,2% para la suba de alimentos y una inflación general de 7%, cifras que ahora son revisadas al alza: “Los precios ya venían subidos de tono y con el salto del dólar de esta semana, la tónica se va a mantener elevada y la inflación va a estar arriba de 7%, lo que a su vez deja un piso más alto para mayo”, apuntó Sebastián Menescaldi, director de la consultora. “Este primer salto dolarizador ya tuvo impacto en la brecha cambiaria y también lo va a tener, lamentablemente, en los precios”, agregó.
La nueva presión inflacionaria no vendrá dada sólo por el abrupto ajuste de las cotizaciones financieras y libres del dólar. Tras el dato del IPC de marzo, y en sintonía con las exigencias del FMI ante la falta de divisas, el BCRA aceleró el paso de la devaluación del tipo de cambio oficial para acercarla al ritmo de 7% mensual, inédito en los últimos años. El traslado a precios de esa suba será, tarde o temprano, inevitable.
“Todo esto tiene impacto inflacionario pero los precios se siguen moviendo por el dólar oficial, sobre todo de alimentos. Cualquier efecto podría dejar a la inflación por encima de 7% el mes próximo con el mayor impacto en mayo. Pero la clave sigue siendo el dólar oficial, sobre el que es importante marcar que se está acelerando”, destacó el economista Camilo Tiscornia.
En la misma línea, para la consultora Analytica la inflación de abril será de 7% en el mejor de los casos mientras que la proyección mensual de LCG en base a su relevamiento semanal arroja una inflación de 7,6% para este mes con una marcada incidencia de los alimentos que anotarían un nuevo salto 9,4 por ciento. Ese escenario deja para el mes próximo el peor de los panoramas: a la fuerte inercia que ya traían los precios hasta la semana pasada, se suma el efecto de la suba del dólar y la nuevas restricciones para el pago de importaciones, a lo que se agregará el impacto de la suba de tarifas.
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