Fue uno de los factores que desató una de las semanas más complicadas e inestables para el Gobierno en los últimos meses.
El plan Aracre, el paper de la discordia de las últimos horas terminó con su autor Antonio Aracre, quien era jefe de Asesores de Alberto Fernández desde febrero pasado, fuera del Gobierno y todo el Palacio de Hacienda señalándolo como el responsable de crear el contexto y el runrún en los mercados que derivaron en una semana en la que todas las cotizaciones de dólar llegaron a su récord histórico –con un fortísimo saldo del dólar libre- y en la que no faltaron rumores de renuncias del ministro de Economía, Sergio Massa.
Aracre, contador de la UBA, trabajó en Syngenta, una empresa de agro ahora en manos de capitales chinos, durante más de 20 años, la última década como CEO. En los últimos años cultivó una relación con el Presidente –fue invitado varias veces a Olivos– y también con otros funcionarios, como el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, y el propio Massa. Se sacó selfies con todos.
“Tu equipo te tiene que valorar por quién sos y no por tu orientación sexual”, le dijo a Infobae a fines de 2020, en su etapa corporativa. Ya como funcionario, semanas atrás, se preguntó, también en este medio, cuál es el costo de pelearte con el Fondo Monetario cuando ya estás adentro. “Tenía ganas, después de tantos años en la actividad privada, de hacer algo que tuviera un impacto social distinto, una trascendencia diferente. Desde ese lugar, estoy muy inspirado y descubriendo un mundo nuevo también, porque los factores de éxito en la ejecución de lo público son distintos. Tienen otros trámites y otro timing al sector privado y hay que adaptarse y aprenderlos”, dijo en ese entonces. Duró poco.
El plan
El paper, al que Infobae accedió de fuentes del Gobierno, fue presentado por Aracre al presidente Alberto Fernández días atrás y tiene tres partes. Un diagnóstico y una serie de recomendaciones, algunas de las cuáles describió este medio el viernes. se titula “Propuesta de Plan de estabilización por 6 meses sin efectos recesivos”.
Habla de un devaluación fuerte, de 60%, aunque da otras recomendaciones al respecto; de un congelamiento de todos precios; acelerar la liquidación de exportaciones del agro; una nueva edición de la renta inesperada; evitar por “todos los medios” que cerca de las PASO las carteras de leliqs se dolaricen; “quite total” de los subsidios de energía para el 70% de los usuarios en mayo; aumento del salario mínimo a $100.000; y bono fijo de $50.000, entre otros puntos
La primera parte es sobre el “Desequilibrio Fiscal”.
“El desequilibrio fiscal se traduce en inflación cuando se lo mitiga con emisión monetaria en lugar de endeudamiento. En la situación que se encuentra Argentina hoy, no parece un tema de extrema urgencia a diferencia de del déficit cuasifiscal proveniente de la actualización de intereses proveniente de los pasivos remunerados del BCRA”, detalla.
Con respecto a la recaudación propone acelerar la liquidación de exportaciones del agro entregando un bono por el 50% de las mismas que los productores podrán utilizar para comprar insumos y las empresas estarán obligadas a tomar por el 50% de las compras de cada productor.
“Yo sé que que vos no querés devaluar pero mi recomendación sería hacerlo por un 60% para achicar la brecha”
“Esto mitiga el efecto sequía, acelera las liquidaciones y aumenta la recaudación. Sería muy importante volver a instalar en el congreso la aprobación de la ley de renta inesperada. Es un impuesto de única vez, de naturaleza progresiva y apunta a los sectores más concentrados de la economía sin afectar a personas y se aplicaría en un año donde la emergencia económica es evidente. Si la oposición se niega a tratarlo quedaría como muy expuesta frente a la sociedad”, explicó.
El punto dos pone foco el la “Política cambiaria” y le recomienda al Presidente una fuerte devaluación. Comienza diciendo: “Yo sé que que vos no querés devaluar pero mi recomendación sería hacerlo por un 60% para achicar la brecha”.
Estos días, Aracre, quien no habló con la prensa formalmente, dejó entrever que su plan no había propuesto una devaluación. Lo recomendó directamente, pero también agregó que “no me parece un punto determinante y podemos avanzar con el plan de estabilización sin devaluar. Lo que sí me parece muy importante es lograr un esquema más previsible y transparente que el actual para acceder al dólar oficial”.
A continuación propuso “que todos aquellos insumos que no afecten la canasta básica de los argentinos se desalienten en su consumo con un dólar diferencial como hacemos hoy con el dólar tarjeta o con el turismo. Algunos ejemplos podrían ser los bienes suntuarios o los insumos para la producción de soja que hoy reciben un dólar de 300 pesos. Por último hay que evitar por todos los medios que rondando las PASO las carteras de leliqs se dolaricen”.
Reconoce que es la medida más compleja y dolorosa, pero que “hay que hacerla porque los riesgos son muy grandes”. “Deberíamos postergar la dolarización de las leliqs en cualquier caso de forma mandatoria por 360 días y permitir su uso en pesos para pago de salarios, inversiones en bienes de capital o uso en capital de trabajo. Eso permitiría bajar la tasa drásticamente (y por ende el déficit cuasifiscal) ya que no sería necesario poner tasas astronómicas para evitar que se vayan al dólar financiero. Una alternativa adicional que debemos implementar para aminorar el efecto de caída de la actividad económica por reducción de importaciones es la de permitir a las empresas con espalda financiera a que puedan solicitar sus siras con plazo de pago a 360 días. Se les podría ofrecer a cambio aprobación inmediata y de este modo evitar que se resienta la actividad”, escribió.
“Torniquete anti indexatorio”
En el último punto habla de lo que considera el tema “más relevante” problema que tiene la cuestión inflacionaria: las expectativas y el sistema inercial que utilizan todos los precios de la economía (precios, tarifas, salarios y dólar).
“Este esquema sólo puede cortarse con un proceso de shock apuntalado por un DNU que establezca severas penas para el caso de incumplimiento y una duración hasta el 31/12, fecha el la cual el nuevo gobierno que asuma definirá el procedimiento para ir desandando dicho corset”, aseguró Aracre y planteó 5 puntos al respecto.
1 - “Adelantamiento de las cuotas paritarias acordadas a futuro al momento inicial del 1/5, fecha donde comenzaría a regir el congelamiento general”
2 - “Adelantamiento de la quita de los subsidios a la energía. El 70% de los usuarios dejarán de tener todo tipo de subsidio de luz y gas a partir del 1/5″.
3 - “Aumento del salario mínimo a 100.000 pesos desenganchando del mismo los planes sociales como parte del DNU y hasta el 31/12″.
4 - “Otorgamiento de suma fija de 50.000 pesos para todos los salarios por debajo de los 150.000 pesos”
5 - “Anticipación del ajuste indexado para jubilaciones y pensiones”.
“El resto de los precios de la economía deberían retrotraerse al 1/5 habida cuenta que los mismos tienen sobrado colchón de rentabilidad para soportar seis meses de potenciales distorsiones. Todos los productos comercializados en cualquier canal de distribución (sean supermercados o comercios de proximidad) deberán tener los precios impresos en los envases con previa autorización de la Sec de Comercio. Las penalidades para el caso de incumplimiento van desde la suspensión de actividades por una semana en la primera ocasión hasta la multa del 1% de la facturación anual en la segunda”, recomendó Aracre.
Finalmente, el afímero asesor presidencial destacó que en seis meses se analizará la forma de la que se saldrá gradualmente de dicho congelamiento, con prioridad a aquellos precios relativos que hubieran quedado más desfasados en relación a la inflación. “Este shock distributivo facilitará cierto nivel de recomposición del ingreso de los trabajadores, incentivará cierta reactivación del consumo ralentizado en los últimos meses y no tendrá efectos inflacionarios habida cuenta del torniquete en cuestión”, le explicó al Presidente.
Seguir leyendo: