El dólar campo le está dando un respiro al Banco Central, pero que será temporario. Ni bien termine el tipo de cambio diferencial, los problemas generados por una sequía histórica se agravarán y las grandes cerealeras y aceiteras ya lo saben. Por eso ya comenzaron a prepararse para lo que vendrá, con medidas inéditas para el sector, que incluyen paradas técnicas de las plantas e incluso adelantar vacaciones del personal.
La crisis tiene tal magnitud que la capacidad ociosa de las plantas del sector se ubica en un inédito nivel del 70%. Este ratio recién empezó a repuntar en los últimos días con el tipo de cambio diferencial de 300 pesos para los exportadores. Sin embargo, solo estará vigente hasta el 24 de mayo. Después de ese momento prácticamente no ingresarán divisas provenientes del complejo cerealero por unos largos meses.
Se trata de un escenario inédito para el sector, que es principal exportador de la Argentina y además paga salarios dolarizados. Pero este año cambió la lógica ante la brutal caída de la producción sojera, que estaría nada menos que USD 21.000 millones por debajo del año pasado, de acuerdo a las últimas estimaciones.
En CIARA (la cámara que agrupa a las empresas del sector) aseguran que la cifra de USD 5.000 millones que ingresarían por la implementación del dólar campo es una expresión de deseos. No hay compromisos concretos para cumplirla y todo dependerá de los productores, que se tienen que sentir los suficientemente atraídos por el valor de $ 300. Otros, en cambio preferirán esperar a que se produzca un salto cambiario luego de las elecciones.
Ayer los sojeros aportaron USD 153 millones y permitieron que el Banco Central vuelva a terminar con saldo comprador por USD 73 millones. De esta forma, el saldo neto de ventas en abril se achicó a USD 48 millones y es muy probable que a partir de hoy se vuelva positivo.
Pero la incógnita sigue siendo el “día después”, es decir cómo seguirá comportándose el mercado cambiario una vez que haya finalizado el tipo de cambio más atractivo para incentivar exportaciones.
Una opción que tienen las aceiteras para que las plantas no dejen de funcionar es importar soja de Brasil, lo que ya se ha hecho en otras oportunidades. El problema es que la competencia son los compradores chinos, dispuestos a pagar valores más altos, lo que dificulta este opción, que igual resultaría insuficiente para compensar la caída de la producción
En el esquema ideado por Sergio Massa, se supone que ingresarán unos USD 2.000 millones provenientes de economías regionales, que también trabajan por 90 días con un tipo de cambio más atractivo de $ 300. El ministro también anunció nuevos préstamos de organismos multilaterales por unos USD 2.000 millones, pero no está claro cuándo ingresarán. Lo más probable es que nada de lo anunciado entre en el corto plazo.
La menor producción en las plantas aceiteras tendrá un fuerte impacto además en la economía real. Se espera una disminución del 65% del transporte de cargas en el complejo cerealero, que pasaría de 3,5 millones de camiones a solo 1,2 millones. El efecto sobre el nivel de actividad será automático, por lo que se espera una caída no menor a 3% del PBI este año. Incluso el riesgo es a una pérdida aún mayor.
El panorama se va complicando también por el lado de las cotizaciones del tipo de cambio. Los dólares financieros subieron ayer un escalón, con el dólar libre cerrando en un nuevo récord nominal de $ 408, un valor similar al que finalizó con contado con liquidación. La suba en lo que va del año es de 18%, todavía por debajo de la inflación acumulada.
Un aumento más acelerado de la brecha cambiaria traería más complicaciones al Gobierno, en un momento en que la inflación se aceleró y resulta cada vez más difícil de encauzar.
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