Desde Washington, EEUU - El ministro de Economía cerró su visita de cuatro días a esta capital, donde participó de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial y tuvo bilaterales con funcionarios de la Casa Blanca.
El saldo fue positivo, pero no hubo festejo. Massa regresó anoche a Buenos Aires con una sorpresiva nueva negociación con el FMI en marcha. Ambas partes coincidieron en que el tremendo impacto de la sequía requiere cambiar -o al menos analizar cambiar- las metas del programa. También regresó con fondos frescos de organismos multilaterales por USD 2.000 millones. Con todo, las buenas nuevas de sus días en EEUU contrastaron en parte con una semana en la que el dólar llegó a 400 pesos y la inflación trepó a 7,7 por ciento.
El ministro espera que la nueva negociación con el Fondo sea rápida, de no más de tres semanas, y que le permita encauzar ciertas variables de la economía antes de que termine junio, cuando comenzará a rodar de verdad el año electoral. Como resumió alguien del equipo económico: “La idea es construir sobre la base realista de un nuevo ancla para la macroeconomía, que tenga en cuenta el orden fiscal, pero también las restricciones fiscales que impuso la sequía. Y cuyo objetivo sea el fortalecimiento de reservas, con políticas activas tanto del Gobierno como del FMI”.
“La idea es construir sobre la base realista de un nuevo ancla para la macroeconomía, que tenga en cuenta el orden fiscal, pero también las restricciones fiscales que impuso la sequía”
Como destacó Infobae ayer, el acuerdo ya se empezó a renegociar en las últimas horas y “está todo sobre la mesa, todo se va a discutir”, como aseguraron los funcionarios cercanos a Massa quienes definen los cambios que vendrán como “rebalanceos”. No se volverá a fojas cero, pero se revisará todo, desde la metas de reservas y el déficit, hasta las fechas y los montos de los desembolsos. Argentina también tendrá que hacer concesiones, pero primero deberá acordarse cuál es el real impacto de la sequía, en números: el FMI dice que son unos USD 11.000 millones; y en Economía aseguran que la cifra ronda los USD 16.000 millones.
Los funcionarios del equipo económico que estuvieron en esta ciudad hablan de que el nuevo esquema tiene cuatro prioridades y que se buscará que, desde el punto de vista macro, tengan correlato con las políticas antiinflacionarias:
- Sostener el orden fiscal sin perder el foco en los niveles de inversión social.
- Fortalecer reservas con instrumentos del FMI y políticas propias. “Es un mix de políticas en el que los organismos multilaterales tendrán un rol muy importante”, aseguran en Economía.
- Sostener los niveles de actividad, con bajo desempleo.
- Buscar niveles de superávit comercial. Trabajan en conseguir esquenas de financiación de importaciones, básicamente desde China y Brasil, pero podría sumarse también India. Una opción es usar DEGs, la moneda del FMI, para garantizar el proceso. Otra idea que se propuso del lado argentino, no para ahora sino para el futuro, es que el Fondo genere, sobre el aumento de las exportaciones, un porcentaje de anticipo de capital de los préstamos. En DC tomaron nota. En un contexto de muy positivas proyecciones de exportaciones de petróleo, gas y minerales para los próximos años podría ser muy beneficioso para el país.
Además, Massa regresa a la Argentina con unos USD 2.000 millones que llegarán antes de que termine la primera mitad del año y algunas promesas más para reforzar las escasas reservas.
Esa cifra se divide de la siguiente manera: USD 900 millones del BID (desembolsos rápidos para salud, educación y productores afectados por la sequía); USD 600 millones del Banco Mundial; y USD 500 millones del Fondo Saudí para el Desarrollo.
Mientras tanto, se negociará con el BID un programa de emisión de deuda con garantía del organismo que, una vez realizada la colocación, redundará en otros USD 500 millones. Y con el Banco Mundial se hablará de un programa de “soporte de emergencia” con una cifra que aún está en negociación.
Discurso en el Fondo
Ayer Massa habló en el plenario de ministros de Economía de la región, EEUU y Canadá que encabezó Kristalina Georgieva, la número uno del FMI. Allí se habló de las reglas del Fondo y de su resiliencia frente a la crisis de este año.
Massa dijo que apoya la ampliación de capital del organismo, pidió aprender de la “flexibilidad por la flexibilidad misma” del préstamo a Mauricio Macri, en 2018, que según él ministro “sólo sirvió para financiar la fuga de capitales”.
Habló también de cómo luego, en la reestructuración de deuda privada que hizo Martín Guzmán, el financiamiento con emisión terminó generando la actual inflación. Massa criticó la baja asistencia del organismo a los países más necesitados por las pérdidas que generó la guerra en Ucrania; y habló del impacto del “cuarto shock”, al menos para Argentina: la sequía. “Pandemia, guerra y sequía requieren programas que no financien el gasto público sino la economía real”, aseguró.
Luego tuvo un breve encuentro informal con Georgieva. Hablaron de la renegociación del programa y la economista búlgara volvió a asegurar que la sequía es un game changer para el país. “Estamos en buen camino”, resumió Georgieva.
“El Fondo se creó para cubrir las necesidades de países en problemas y la sequía es un evento de ese tipo. Pero Argentina ya tiene su cuota a tope en el organismo y no tiene acceso al financiamiento externo privado. Necesita revisar las metas por un shock externo”, le dijo a Infobae Javier Timerman, Managing Partner de Adcap Grupo Financiero.
“La revisión anunciada se da por la credibilidad que logró conseguir Massa en Washington. El ministro entiende cómo funciona DC”, agregó.
Otro conocedor de la relación FMI-Argentina es Alejandro Werner, quien hasta 2020 estuvo a cargo del Hemisferio Occidental en el organismo y negoció el fallido préstamo a Macri, en 2018. Werner cree que las metas se pueden cambiar en cualquier momento si se modifican los pronósticos con los que se las hicieron.
“La sequía tiene como conclusión lógica la revisión, pasa en cualquier programa. Muchas veces se hace uno nuevo e, incluso, aparecen más recursos. Este es un programa débil desde que nació porque nunca hubo compromiso de Argentina. Aún lo que se hizo se implementó de manera muy ineficiente, sin apoyo y sin convicción del ministro. Cuando llegó Massa apareció la convicción. Si hay nuevos desembolsos creo que hay que dárselos al Gobierno que viene, con una negociación previa”, destacó.
Elecciones
Massa repite cada vez que le preguntan, en Argentina y en EEUU, que no tiene ambiciones políticas para este año y que el cargo y los desafíos que enfrenta consumen todo su tiempo. Con todo, en medio del evento del FMI, surgió desde el equipo económico que visitó esta ciudad, y casi como una casualidad, una broma en clave electoral.
La credencial de identificación de los asistentes al evento, con código QR y colores que fueron el salvoconducto para cada reunión del FMI y el Banco Mundial, tenían la los logos que identificaron a las Reuniones de Primavera de este año, las Spring Meetings. O, abreviado, SM2023. “Georgieva está en campaña, ella ya decidió”, bromeó un funcionario antes de subirse al avión para volver al país.
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