Crónica de un cambio anunciado: 10 hechos que afectaron los números clave de la economía y llevaron a reformular el acuerdo con el FMI

Tres ministros de Economía, revisión de metas y medidas de todo tipo para evitar incumplimientos. Después de revisar los objetivos en materia de reservas, más cambios en el acuerdo asomaban como inevitables

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Massa y la directora del
Massa y la directora del FMI, Kristalina Georgieva

El relanzamiento del programa acordado por el gobierno argentino y el FMI y firmado el 25 de marzo de 2022 era, a esta altura, prácticamente inevitable. No solo se habían cambiado ya las metas de reservas, sino que el propio Fondo proyectó en su más reciente “Panorama Económico Mundial”, que la inflación argentina de este año sería del 88% en vez del 60% proyectado en el acuerdo y en el presupuesto votado por el Congreso.

Además, según el Fondo, en 2023 el PBI de la Argentina en vez de crecer el 2%, como decían el acuerdo y el presupuesto, lo haría apenas 0,2%, un 90% menos. Un ajuste así irradia cambios macroeconómicos por todos lados: recaudación, gasto y déficit fiscales, niveles de empleo, efectos salariales, exportaciones e importaciones, balanza comercial y un largo etcétera, que fuerzan a una importante reformulación para que el programa deje de ser una serie de políticas y objetivos en los que nadie cree, incluidos los propios firmantes.

El 25 de marzo de 2022, el directorio del FMI aprobó y oficializó el inicio de un nuevo programa financiero con la Argentina, del tipo Extended Fund Facility (EFF) para refinanciar el crédito Stand By que había pedido en 2018 el gobierno de Mauricio Macri por USD 57.000 millones y del que el Fondo llegó a desembolsar cerca de USD 44.000 millones. Tras varios meses de discusiones se acordó un programa a 30 meses, con la característica inusual de desembolsos trimestrales suficientes para cubrir las obligaciones de pago del SBA de 2018 y, luego, un período hasta 2032 para devolver la totalidad del crédito. En ese contexto, el viernes 31 de marzo el directorio del FMI aprobó la cuarta y más reciente revisión del acuerdo y aprobó un desembolso de 4.000 millones de Derechos Especiales de Giro (DEGs), la “moneda” del Fondo, poco menos de USD 5.400 millones.

¿Cómo se llegó hasta aquí? Vale la pena recordar los principales hitos de una relación de por sí complicada.

Decálogo de un nuevo desencuentro

1 - Aprobación y primeras alertas: el acuerdo se inició en medio de un contexto que forzó una primera reconsideración sobre los números plasmados en el programa, por los efectos netos de la invasión de Rusia a Ucrania, que provocó el salto en los precios internacionales de las materias primas y también de la energía, con fuerte impacto en la economía nacional y mundial. El FMI consideró que se trataba de un programa “creíble y realista” pero alertó rápidamente sobre el cambio de condiciones internacionales y apuró una reconsideración de los supuestos del acuerdo. Eso se manifestó cuando el directorio del FMI señaló en un comunicado que por el conflicto bélico en Europa del Este los riesgos para el programa eran “excepcionalmente altos”.

2 - Renuncia Martín Guzmán: tras un viaje del primer ministro de Economía de Alberto Fernández a EEUU para reunirse con Ilan Goldfajn -que renunciaría meses después para asumir en el BID-, la primera revisión trimestral concluyó con todos los objetivos aprobados -los que correspondían a fines de marzo 2022. Pero también con algunas primeras modificaciones a los números centrales respecto a metas trimestrales. Principalmente, por reajustes nominales para las que están expresadas en pesos por la mayor inflación.

Fue la primera y última revisión de la que participó Guzmán. El 2 de julio, poco menos de un mes después de superar el primer examen ante el FMI, el entonces ministro anunció su salida del Ministerio.

3 - Silvina Batakis, el fugaz reemplazo: tras la salida del primer ministro de Economía del gobierno del Frente de Todos, asumió en el Palacio de Hacienda quien hasta entonces era secretaria de Provincias del Ministerio del Interior. Uno de sus primeros anuncios fue que el programa con el Fondo seguiría sin cambios. Durante su breve interregno en el Palacio de Hacienda, incluso, fue a Washington a sostener presencialmente su convicción de que el programa iba a continuar a pesar del recambio ministerial y para dar un mensaje de continuidad. Pero su paso por la silla principal de la gestión económica fue tan fugaz que no llegó siquiera a regresar de la capital norteamericana y ya el Ministerio tenía nueva conducción.

Guzmán y Georgieva, en uno
Guzmán y Georgieva, en uno de los muchos encuentros que mantuvieron a lo largo de más de dos años

4 - Sergio Massa y la segunda revisión: A principios de agosto el nuevo y actual ministro de Economía concretó su traspaso desde la presidencia de la Cámara de Diputados. Armó su equipo de funcionarios energéticos, presentó una primera serie de medidas -entre ellas, un esquema más profundo de segmentación de tarifas al que había anunciado Guzmán y una señal fiscal fuerte ante un escenario de fuerte expansión del gasto público en la primera parte del año.

Su primera misión fue aprobar la segunda revisión trimestral, que tuvo lugar en septiembre. El cuadro fue menos favorable para el Poder Ejecutivo en ese segundo examen: incumplió dos de las metas incluidas: la de acumulación de reservas, que fue atribuida al uso de dólares mayor al esperado para la importación de energía y a desembolsos de organismos internacionales demorados. El otro objetivo que no se alcanzó fue el piso de recaudación tributaria.

Sergio Massa debió utilizar más reservas para la importación de energía en el invierno pasado

5 - Primera “flexibilización” de metas: en esa instancia ya hubo un cambio en el compromiso de acopio de reservas en el BCRA. En un primer ejercicio del recálculo de ese objetivo que se lleva adelante en estos días, el FMI y el Gobierno acordaron recortar en unos USD 800 millones la meta de 2022, que era de USD 5.800 millones, hasta USD 5.000 millones. De todas formas, en rigor, se trató de un “aplazamiento” de esos USD 800 millones, ya que fueron agregados al umbral mínimo de 2023, que pasó de USD 4.000 millones a USD 4.800 millones. Meses más tarde, ese número también terminaría por ser recortado tras una nueva negociación.

6 - Cierre del 2022 y “dólar soja”: en diciembre también tuvo lugar la tercera revisión, que dio lugar pocos días antes de Navidad al cuarto desembolso, por USD 5.900 millones. El informe del FMI, aprobado por el directorio, llegó con una serie de advertencias sobre lo que llegaría en 2023. En primer lugar, ya alertaba por el posible impacto de la sequía. El segundo, un desaliento a la reiteración del dólar soja, que había tenido ya dos ediciones pero que había servido para cumplir las metas de acumulación de reservas. Y, por último, el riesgo de un descontrol del gasto público durante los meses previos a las elecciones.

7 - Recalibración de metas: El FMI acordó con el Gobierno nacional en los primeros días de marzo una modificación en la perspectiva de acumulación de reservas, menos exigente en lo que resta del año como consecuencia del impacto macroeconómico que tiene para las cuentas públicas la severa sequía que afecta a la producción agropecuaria. Según informó Economía, la pauta trimestral será reducida en unos USD 3.000 millones y la anual, en unos USD 2.000 millones. Por el momento, el FMI no dio detalles sobre ese punto central. Las fiscales y monetarias se mantuvieron.

8 - Advertencias por el gasto público: en el último comunicado, el FMI alertó sobre la moratoria y la demora en la implementación del esquema de segmentación de tarifas. “Para cumplir con las metas de reducción del déficit y fortalecer la progresividad de los subsidios energéticos, las autoridades planean continuar implementando el esquema de segmentación acordado, eliminando los subsidios para los usuarios residenciales de mayores ingresos a partir de mayo y para los usuarios comerciales a fines de 2023″, mencionó el staff.

Y por último, destacó: “Se tomarán medidas tempranas y decididas para abordar de manera sostenible los costos fiscales de la aprobación imprevista de la moratoria de pensiones para asegurar los objetivos fiscales para este año y los próximos”.

9 - La inflación supera el 100%: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo marcó un 7,7%, bien por encima de lo que esperaba el mercado y el propio Gobierno. Así, la suba de precios interanual llegó al 104,7% y la anualizada del primer trimestre roza el 120 por ciento. El BCRA ya había subido la tasa de interés, que tuvo congelada durante seis meses, del 75 al 78% anual (tasa efectiva del 113% anual) y ahora tal vez necesite volver a aumentarla, para evitar que caiga la demanda de activos en pesos.

10 - El canje y el análisis del Fondo: el Ministerio de Economía anunció en la última semana un canje forzoso de bonos en dólares en manos de organismos del Estado y una subasta de títulos dolarizados bajo ley local para sumar financiamiento al Tesoro y volumen el mercado de los dólares financieros. Generó duras críticas por parte de la oposición sobre el costo de este tipo de operaciones.

En el manejo de la deuda es necesario mejorar el funcionamiento del mercado de bonos interno, pero debe llevarse a cabo de una manera que no aumente las vulnerabilidades en el futuro (Kozack)

Al respecto, la portavoz del FMI, Julie Kozack aseguró: “Estamos al tanto de la decisión y la estamos evaluando de acuerdo con los objetivos del programa. En nuestra opinión, en el manejo de la deuda es necesario mejorar el funcionamiento del mercado de bonos interno, pero debe llevarse a cabo de una manera que no aumente las vulnerabilidades en el futuro y también debe ir acompañado de políticas macroeconómicas estrictas y consistentes”.

Fuentes del equipo económico habían asegurado horas antes que la intención oficial de poner en marcha el mecanismo de canje de una parte de los bonos en dólares en manos del sector público y de implementar un sistema de subastas ante el mercado de la porción restante de títulos dolarizados había formado parte de las conversaciones técnicas con el staff.

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