Abril será el mes con mayor cantidad de vencimientos del segundo trimestre luego del canje de deuda en pesos que concretó el Ministerio de Economía en marzo. Aparecen en el horizonte de financiamiento 1,1 billón de pesos de vencimientos que actuarán como “piso” en la cantidad de pesos que buscará recolectar el equipo económico en dos licitaciones a lo largo del mes. El FMI levantó la mano, en su último informe, para opinar sobre la deuda en pesos: recomendó moderar la emisión de bonos atados al dólar.
La Secretaría de Finanzas iniciará las licitaciones de este mes la semana próxima y tendrá una segunda instancia en los últimos días de abril. El panorama de vencimientos tras la operatoria de conversión de bonos de marzo perfila para las próximas semanas una “torre” de obligaciones de pago que supera por poco el billón de pesos, menos de la mitad de los 2,5 billones que hubiese afrontado si no llevaba adelante el canje de deuda.
En detalle, el Poder Ejecutivo deberá cubrir $113.000 millones del pago de una letra indexada a inflación que se paga el viernes de la semana próxima, un bono del Tesoro por $365.000 millones más el viernes siguiente y, el vencimiento más oneroso del mes, $565.000 millones de una letra a descuento. Ya en mayo y abril las obligaciones de pago serán más leves, de $900.000 millones y $800.000 millones, respectivamente. Según Portfolio Personal Inversiones, el 88% está en manos del sector privado.
En abril vencerán más de 1,1 billones de pesos, de los cuales el 88% está en manos de inversores privados, según estimaciones del mercado
La Secretaría de Finanzas trabaja en cuál será la oferta de bonos que pondrá sobre la mesa la semana próxima para la primera licitación del mes, aunque el anuncio formal con el tipo de títulos en consideración de los inversores se conocerá la semana próxima. La cuestión sobre cómo debería configurarse el menú de activos que el Tesoro coloca periódicamente atravesó la discusión con el Fondo Monetario, y fue un tema al que el organismo le dedicó un espacio particular.
La salud del canal de financiamiento doméstico a través de bonos en pesos forma parte de las preocupaciones principales del FMI. El staff técnico destacó el resultado del canje de marzo aunque marcaron las diferencias en los porcentajes de adhesión según cada sector. “La participación de entidades públicas alcanzó el 86 por ciento, los bancos comerciales el 84 por ciento y otros inversionistas del sector privado solo el 9 por ciento”, mencionó el informe.
En ese plano, remarcó que el canje se instrumentó a través de canastas de títulos integrados en su mayor parte atado a la inflación (86% del total) y algunos bonos vinculados a la inflación y al dólar, el restante 14 por ciento. “La tasa de interés real ofrecida sobre los nuevos valores vinculados a la inflación con vencimiento en 2024 promedió 11%, por debajo de la tasa de interés prevaleciente recientemente en el mercado secundario (12-13%) y en línea con las tasas de renovación de los valores con vencimiento dentro de 4 meses (11-12%) bajo la estrategia anterior”, analizó el Fondo Monetario.
Como resultado de la operación, los técnicos del organismo calcularon que los vencimientos para los próximos meses se redujeron en el segudo trimestre aunque quedaron aún alrededor del 2,2% del PBI entre abril y fines de junio aún por refinanciar. “Las refinanciaciones más riesgosas (por ejemplo, fondos mutuos, compañías de seguros y no residentes) siguen siendo manejables en un 1,3% de PBI”, consideraron.
En términos generales, el FMI hizo una radiografía sobre el estado de sostenibilidad de la deuda pública, algo que suele reiterarse en todas las revisiones técnicas que hace el organismo. “Sobre la base del reciente canje de deuda, la implementación prudente de la nueva estrategia de financiamiento será fundamental para mitigar los riesgos de refinanciación. El intercambio reciente extendió con éxito una parte significativa de los vencimientos del segundo trimestre más allá de las elecciones, en particular para la deuda en manos de los bancos, al tiempo que evitó una mayor dependencia de los papeles vinculados al USD”, mencionó el Fondo Monetario.
El FMI aseguró que el Gobierno necesitará “esfuerzos” para extender los 6,6% del PBI de vencimientos que restan hasta fin de año para evitar la emisión monetaria o una reestructuración forzada
La mención a los bonos dollar linked no fue al pasar. El Fondo cree que Finanzas debería apoyarse menos en títulos que estén atados al tipo de cambio y que, aunque pagaderos en pesos, protegen a los inversores de movimientos cambiarios. “Además de adherirse al plan de consolidación fiscal, se debe tener cuidado para evitar la emisión excesiva de instrumentos vinculados al tipo de cambio, tasas de interés excesivamente onerosas y otras protecciones, con implicaciones negativas para la sostenibilidad de la deuda y el balance del banco central en el futuro”, alertó el organismo.
En los informes de deuda pública que hace la Secretaría de Finanzas la deuda atada al tipo de cambio está englobada dentro de los pasivos en pesos, por lo que no hay información oficial sobre cuál es el stock de bonos circulante indexado al dólar. Finanzas sí discrimina a la deuda en moneda local entre “ajustable” o “no ajustable”. En febrero, de acuerdo a los últimos datos disponibles, el 43% de los pasivos en pesos se ajustan a alguna variable.
Los títulos que siguen a la devaluación no está expresados solo en los dollar linked, sino también en los duales, que pueden pagar esa recompensa si es más conveniente para el tenedor que la variación de la inflación. En el mercado se estima que el peso de la deuda atada al tipo de cambio ganó mucho peso en los últimos meses. De acuerdo a datos de PPI, hacia marzo del total de la deuda en pesos, el 26,8% tiene carácter dual, y que el 4,9% es dollar linked. Según estimó el economista de esa consultora Pedro Siaba Serrate, la deuda atada al tipo de cambio equivale al 7,7% del PBI.
En una visión hacia fin de año, el Fondo Monetario concluyó que en lo sucesivo “se requerirán esfuerzos similares para extender los vencimientos del 6,6% del PBI pendiente en obligaciones que vencen hasta fines de 2023 para evitar la monetización de la deuda o una reestructuración forzada”, advirtió. Un próximo paso, anticipado ya por el equipo económico, será realizar un canje de bonos en pesos intra sector público, que el FMI estima que representará un 3,8% del PBI.
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