Desde Washington, EEUU - El ministro de Economía Sergio Massa llegará mañana a esta capital a participar de la Reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial. No sólo eso, tendrá también reuniones en la Casa Blanca, el Departamento de Estado, con otros organismos multilaterales y el G20.
Antes, camino a DC, hará una escala en República Dominicana, como adelantó el domingo Infobae. Allí tendrá una reunión Wendy Sherman, la segunda del departamento de Estados americano, quien viajará luego al país. En ese encuentro express en el Caribe, la agenda pasará por el apoyo que la Argentina busca de E.EUU. en temas estratégicos y que el propio presidente Joe Biden definió como un “puente” en un contexto económico complejo y en medio de un año electoral.
En ese sentido, se trabaja principalmente en despejar el camino de créditos con organismos multilaterales, como el Banco Mundial y BID, por unos USD 3.000 millones para reforzar las reservas del BCRA y en apuntalar la relación y el programa vigente con el FMI, en el que Estados Unidos tiene un peso propio central. También en impulsar inversiones estratégicas –con un ojo puesto en el avance de China en la región–, en sectores como el litio y otros minerales, energía y medicamentos.
Infobae habló con ocho analistas políticos y e inversores y administradores de fondos de Wall Street sobre los vaivenes de la economía Argentina, el rol de ministro, el futuro del acuerdo con el FMI y las perspectivas para el 2024, luego de un proceso electoral que genera tanto dudas como expectativas.
La economía
Los consultados coinciden en señalar la fragilidad de la economía local; aunque la mayoría destaca la figura de Massa.
“Los resultados están muy lejos de ser perfectos, pero Massa es el único miembro del Gobierno que puede tranquilizar a los mercados, cautivar al FMI y la Casa Blanca y así evitar una crisis financiera”, aseguró Benjamin Gedan, director del Latin America Program del Wilson Center.
“La economía argentina está en condiciones de alta fragilidad. Si motivos electorales impiden los esfuerzos del ministro para reducir el déficit, el país podría sufrir otra crisis económica antes del fin del año”, advirtió el analista del think tank americano.
Bruno Binetti, investigador de Diálogo Interamericano, coincide en que Massa dio “algo de estabilidad y coherencia a la política económica de un gobierno que iba hacia el colapso”. Sin embargo señaló que, en este contexto, el ministro tiene poco margen para hacer reformas. “Medidas cortoplacistas apagaron incendios en lo inmediato, pero con un costo muy alto que agrava el panorama. La sociedad argentina tiene una enorme tolerancia, por ejemplo a índices de inflación altísimos, pero parece estar llegando a un límite”, dijo.
“La economía argentina está en condiciones de alta fragilidad. Si motivos electorales impiden los esfuerzos del ministro para reducir el déficit, el país podría sufrir otra crisis” (Gedan)
Los analistas financieros, en tanto, coinciden en mirar la política más que a la economía a la hora de buscar respuestas. Javier Timerman, managing partner de Adcap Grupo Financiero, también cree que la llegada Massa al Palacio de Hacienda trajo algo de tranquilidad y aportó a la estabilización de la política. “En el fondo, los problemas de Argentina tienen más que ver con la gestión de la política económica que con la economía. Puesto de otra manera, sin Massa, seguramente la situación sería todavía más delicada. Solo mirando que se ha podido hacer rollover de los vencimientos en pesos es bastante. Hoy no hay consenso político para mucho más”, afirmó Timerman.
“Se necesita un plan económico integral para afectar las expectativas. Massa trató de no hacer cambios violentos desde el principio y contener las cosas, y por un tiempo pudo por el poder político que tiene. El problema de Argentina es político, en rigor: tiene el poder dividido y eso imposibilita ajustar las variables para que cambien las expectativas. Dentro de todo, la gestión de Massa es buena, pero la sequía es un problema muy serio que va más allá de cualquier decisión política”, remarcó Diego Ferro, CEO del fondo M2M Capital.
Por su parte, Alberto Bernal, de XP Investments, puso la lupa en lo difícil que será cumplir con la acumulación de reservas internacionales por la sequía. “Massa debe mantener el bote flotando hasta las elecciones. Desde el lado del mercado hay dos tipos de inversores: a los que ya no les interesa Argentina y los que sí tienen espacio para pensar que con un giro político puede cambiar la macro y por eso buscarán entrar antes. Hay que estar atentos a lo que surja de este viaje de Massa a DC”, dijo.
Guillermo Mondino, socio y fundador del fondo Mogador Capital, recurrió a una metáfora médica: la economía Argentina está en terapia intensiva en un contexto en el que la sequía genera una combinación complicada ya que potencia un déficit fiscal que, ya antes lucía preocupante y lejos de las metas con el Fondo. “Ante eso, al Tesoro no le queda más que monetizarlo por vía directa (adelantos del BCRA) o indirecta (compra de bonos). La inflación, cercana al 7%, va camino al 8 o más. El desbalance cambiario se potencia y, ante la falta de dólares, introducen mamarrachos cambiarios. Lamento decirlo, pero vamos a estar peor en los próximos meses con recesión y más inflación”, resumió.
Dos ex funcionarios del FMI vinculados a la Argentina coincidieron en los problemas que generará la sequía. “La aceleración inflacionaria es notable y las malas perspectivas de financiamiento voluntario del déficit fiscal pueden generar una aceleración del ritmo de emisión monetaria del BCRA y mayor inflación en los próximos meses. A esto se suma una sequía muy importante que seguramente resultará en una contracción económica en 2023 y un mayor desbalance externo, poniendo presión adicional sobre las ya mínimas reservas internacionales, dijo Gabriel Lopetegui, consultor y ex director de Argentina ante el FMI durante el gobierno de Mauricio Macri. Lopetegui cree que fue un error “pensar que ‘dejando de cavar’ en el pozo se podría reducir la inflación y llegar a las elecciones con crecimiento”.
“La expectativa de que algo mejore en 2024 tampoco tendrá la fuerza de generar dinámicas positivas en el corto plazo” (Werner)
Alejandro Werner, el ex director para el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI durante la gestión de la francesa Christine Lagarde, aseguró que 2023 será un año sin crecimiento o con contracción. “La expectativa de que algo mejore en 2024 tampoco tendrá la fuerza de generar dinámicas positivas en el corto plazo. Massa representa una gran sorpresa positiva. Llegó para hacer lo que había que haber hecho antes: buscar acomodar la macro de una manera razonable y gastar menos”, aseguró el economista que nació en Córdoba, vivió buena parte de su vida en México, comandó el préstamo a Macri en 2018 y ahora está a cargo del Americas Institute de la Universidad de Georgetown, en esta ciudad.
La inflación en el centro
A la hora de consultar sobre el problema más urgente para la golpeada economía local, los especialistas señalaron la inflación, pero también a la falta de dólares y el déficit.
“El tema más acuciante es la inflación. Pero la economía no crece y el desempleo y la desocupación aumentan. Hay un montón de problemas: el más evidente es la inflación, pero este año también le competirá la falta de dólares”, resumió Ferro.
Mondino y Timerman, coincidieron. “Obviamente el síntoma más grave es la inflación, pero la enfermedad de fondo es el déficit fiscal, presente y pasado. Resuelto el problema fiscal, luego es más fácil resolver el cepo, estabilizar la inflación y volver a crecer en forma sostenida”, destacó el titular de Mogador Capital.
“No sé qué lo reemplazará -otra moneda, un esquema bimonetario, u otra cosa- pero el peso como moneda parece estar acabado” (Binertti)
Timerman, en tanto, aseguró que el problema inflacionario impide mirar al largo plazo. “Se hace mucho hincapié en los costos políticos en los que hay que incurrir para poder bajarla. Pero en realidad, creo que el verdadero liderazgo político se verá en la audacia de tomar y defender las medidas necesarias. Y eso debería conseguir mucho respaldo”, expresó.
Binetti puso el foco en otra de las caras de la tensión monetaria: la falta de moneda. Cree que no hay política macroeconómica posible sin una moneda mínimamente estable y creíble, una condición básica de cualquier programa que aborde los problemas como inflación, pobreza, desigualdad y baja productividad.
El Fondo y lo que viene
Infobae les consultó a los expertos también sobre dos temas centrales para lo que viene: qué pasará con el FMI y cuáles son los desafíos más urgentes que deberá resolver el próximo gobierno ni bien tome el poder. Estás fueron su respuestas:
Diego Ferro - CEO del fondo M2M Capital
– “El acuerdo con el FMI no me preocupa. Las partes saben que no se puede cumplir y el Fondo trata de evitar de que le echen la culpa de cualquier cosa que pueda pasar. De vez en cuando piden que no se hagan más desastres, pero nada más. Están esperando un interlocutor más lógico”.
– “El próximo gobierno debe llegar con un claro programa que debe ser bien comunicado. No me preocupa tanto su calidad: cuanto mejor sea nos irá mejor, pero si hay que implementarlo bien. Los parches son fáciles de poner, lo que necesitamos son cambios profundos”.
Gabriel Lopetegui - Ex representante de Argentina ante el FMI
– “Lo único positivo del acuerdo con el FMI es que se está refinanciando la deuda con el organismo a un plazo más largo. No es un tema menor para Argentina. Pero si uno mira donde estaba la economía en marzo de 2022 y donde está hoy, es claro que no se ha solucionado ningún problema y algunos se han agravado”.
– “El próximo gobierno tendrá que enfrentar una dificilísima situación. Para salir del pozo, no habrá alternativa a hacer un programa integral. Y el FMI tendrá que seguir apoyando. Para reducir de forma creíble la tasa de inflación, habrá que ir al equilibrio fiscal por la vía de menor gasto público, única manera de atraer financiamiento voluntario. Y habrá que implementar una reforma monetaria y cambiaria para salir de la maraña de restricciones y al mismo tiempo fortalecer la hoja de balance del BCRA”.
Guillemo Mondino - Mogador Capital
– “El acuerdo es, simplemente, una situación de ‘extender y pretender’. El Fondo mira para otro lado y pretende que todo marcha más o menos con tal de extender la deuda y evitar un default. El programa es como el Indec de Moreno. Dice una cosa pensando que con eso modifica la realidad”.
“El verdadero liderazgo político se verá en la audacia de tomar y defender las medidas necesarias. Y eso debería conseguir mucho respaldo” (Timerman)
– “La situación que enfrentará el próximo gobierno será muy delicada y deberá hacer cirugía sin anestesia. Ojalá que el Fondo acompañe y que la sociedad tenga la capacidad de darle el tiempo que las nuevas autoridades”.
Bruno Binetti - Diálogo Interamericano
– “Hasta ahora el Fondo ha sido flexible con la Argentina. Intuyo que es generoso porque también quieren llegar al 10 de diciembre como sea y si hacen falta modificaciones al acuerdo, discutirlas con el próximo gobierno”.
– “No hay espacio para improvisar, el próximo gobierno va a tener que moverse rápido y en muchos frentes a la vez. No sé qué lo reemplazará -otra moneda, un esquema bimonetario, u otra cosa- pero el peso como moneda parece estar acabado”.
Benjamin Gedan - Latin America Program del Wilson Center
– “Los objetivos del FMI con la Argentina son bien modestos. Por ahora, el Fondo no quiere provocar una crisis. Por eso siempre ha estado dispuesto a flexibilizar su acuerdo”.
“El programa es como el Indec de Moreno. Dice una cosa pensando que con eso modifica la realidad” (Mondino)
– “Al nuevo Gobierno le tocará recuperar la credibilidad. Tendrá que reducir el gasto público y garantizar la independencia del Banco Central para reducir la inflación, abrir el mercado para integrar al mundo, e invertir en infraestructura y reformar los sistemas impositivo, laboral y de pensiones para mejorar la competitividad de la Argentina. Son tareas complejas, pero urgentes”.
Javier Timerman - AdCap
– “El acuerdo con el Fondo cumple un rol menor por estos días: las metas son difíciles de cumplir y entonces se vuelven flexibles. Son una expresión de deseos más que un límite real”.
– “Lo más urgente es mostrar que se avanza en un rumbo claro, con una agenda que vaya, más rápido o más despacio, hacia la normalización de la economía. Pero como el riesgo de implementación es muy alto, será fundamental trabajar con las fuerzas opositoras de manera que quede claro que los cambios se pueden sostener en el tiempo”.
“Muy rápido tienen que moverse a medidas estructurales que abran la economía al sector privado” (Werner)
Alejandro Werner - Universidad de Georgetown y ex funcionario del FMI
– “Ningún accionista del Fondo va a convalidar más recursos porque fueron tres años sin señales positivas, sin políticas adecuadas; es un fin de ciclo de un mal ciclo. Por eso no hubo apoyo para cambios fiscales y solo se tocó la meta de reservas. La verdad, no sé si el desembolso de junio se hará si no hay una buena implementación. Luego, es muy posible que se junten las revisiones que caen en el período electoral. El FMI va a esperar para hablar con el nuevo gobierno”.
– “Para lo que viene, tendrá que haber una realineación de precios relativos. Con anuncios fiscales y de política monetaria dura. Hay que mostrar compromisos que contengan la inflación y luego un programa con ancla fiscal muy fuerte. Muy rápido tienen que moverse a medidas estructurales que abran la economía al sector privado”.
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