Los cuadros de tarifas de abonos de Netflix, Spotify, Prime Video y otros servicios digitales tienen, en la Argentina, una complejidad única. A los precios que publican las propias empresas se les agrega generalmente un esquema complejo de impuestos derivados de las trabas cambiarias que pueden generar situaciones insólitas. Por ejemplo, precios distintos de acuerdo a cuántos consumos en dólares tiene cada individuo en un mes dado.
Al ser los servicios digitales de estas empresas globales consumos en moneda extranjera -aunque su valor se exprese en pesos- son varios los impuestos que se aplican sobre el precio del abono. Entre ellos, IVA (21%), Percepción a cuenta de los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales (45%), Impuesto PAIS (8%), Percepción impuestos a los Ingresos Brutos en CABA (2%).
“Realizamos el cobro en moneda local, pero las instituciones financieras podrían convertir la moneda de transacciones internacionales a dólares estadounidenses. Por este motivo, podrías ver cargos de Netflix en dólares estadounidenses, en lugar de tu moneda local”, explican desde la plataforma de series y películas a sus clientes.
El cálculo, realizado por el tributarista Sebastián Domínguez, es para un abonado que está en la Ciudad de Buenos Aires y tiene en cuenta que ya no se aplica el impuesto de sellos sobre los extractos de tarjetas de crédito. Quienes estén en otras jurisdicciones pueden tener que pagar el impuesto de sellos de sus provincias.
“En el caso de personas que tengan consumos menores a USD 300 por mes pagarán el 76% de impuestos y percepciones sobre el abono, lo que representa que estén pagando el 43,18% de impuestos y percepciones sobre el total pagado”, explicó Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios.
“Mientras que para las personas que tengan consumos de USD 300 o más, por mes pagarán el 101% de impuestos y percepciones sobre el abono, lo que representa que estén pagando el 50,25% de impuestos y percepciones sobre el total pagado”, agregó. Estos cálculos son siempre para una persona domiciliada en CABA. Si está en otra provincia, por ejemplo, se puede agregar Impuesto de Sellos correspondiente y no se aplica la percepción de ingresos brutos de CABA sino la que se aplique en su jurisdicción.
Así, por ejemplo, los precios actuales de Netflix en la Argentina para quienes consumieron menos de USD 300 en el mes son los siguientes:
- Plan Básico, a $999 (precio final de $1.758,24 con impuestos). Permite ver contenido en un dispositivo compatible a la vez y en HD.
- Plan Estándar, a $1.699 (precio final de $2.990,24 con impuestos). Permite ver contenido en 2 dispositivos compatibles a la vez y en Full HD.
- Plan Premium, a $2.399 (precio final de $4.222,24 con impuestos). Permite ver contenido en 4 dispositivos compatibles a la vez y en Ultra HD.
En cambio, para quienes hicieron en un mes dado consumos por USD 300 o más el tarifario es distinto:
- Plan Básico, a $999 (precio final de $2.007,99 con impuestos).
- Plan Estándar, a $1.699 (precio final de $3.414,29 con impuestos).
- Plan Premium, a $2.399 (precio final de $4.821,99 con impuestos).
De esa manera, el mismo servicio pasa a ser 14,20% más caro de acuerdo a cuánto se consumió en moneda extranjera.
“En un momento, cuando indicaron que iban a aplicar el dólar Qatar dijeron que no era para los servicios digitales, pero eso no fue así. En la norma, cuando salió, no se hizo ninguna diferenciación. O sea, que lo que diferencia es si se gastó menos de USD 300 o igual o más a 300 dólares. Y ahí entra cualquier servicio. Puede haber un servicio de 99 centavos de dólar, por ejemplo iCloud de Apple. Si vos gastás USD 400 dólares, esos 0,99 también quedan alcanzados al dólar Qatar”, explicó
Aunque también, la aplicación del dólar diferencial es todavía bastante laxa.
“Si bien la norma establece que el cómputo de los USD 300 de consumo es por sujeto por mes, nunca se pudo instrumentar eso. Y entonces si alguien divide los consumos con distintas tarjetas de distintos bancos, no va a pagar el dólar Qatar. Incluso a veces si es del mismo banco, pero son distintas marcas de tarjetas, el banco no hace la sumatoria, todas cosas que hacen que no siempre se pueda instrumentar la percepción diferencial”, comentó Domínguez.
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