El ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay cuestionó hoy duramente el denominado “cupón PBI”, un instrumento financiero creado durante la reestructuración de deuda llevada a cabo en 2005 por un antecesor en ese cargo, Roberto Lavagna, por el cual los acreedores de la deuda en default desde 2002 percibían un pago adicional vinculado al nivel de crecimiento de la economía argentina. “Un instrumento nefasto”, posteó el ex funcionario en la red social Twitter, que consideró el “regalo más caro de la historia” del país a los bonistas. “Mal diseñado y mal parido”, opinó.
Prat Gay, quien integró junto a Lavagna el gobierno de Néstor Kirchner como presidente del Banco Central fue crítico desde el inicio del enfoque aplicado a la renegociación de la deuda, postura que ahora ratificó.
“Mal diseñado y mal parido: surgió de un acuerdo entre Roberto Lavagna y el FMI para pagarles de más a los bonistas ´sin que se notara´ y así quedar bien con Dios y con el diablo. A pesar de que en ese momento los bonistas no le asignaron ningún valor, terminaron recibiendo más de USD 10.000 millones adicionales por parte del Estado Nacional. El regalo más caro de la historia”, escribió en un hilo en la red social en la que recordó otros puntos de la negociación.
El cupón, un incentivo ofrecido con algunos de los nuevos bonos que se emitieron en el marco de esa renegociación, fue en principio poco valorado por los inversores. Pero el crecimiento a “tasas chinas” en los años que siguieron despertaron mayor interés, generando un mercado propio de los cupones PBI cuyo pago se disparaba si el país crecía por encima de 3,25% anual y que finalmente resultaron afectados por la manipulación estadística de las cifras del INDEC, organismo que determina el nivel de crecimiento económico. El Tribunal Superior de Londres determinó ayer que por esa intervención, la Argentina deberá pagar unos 1.340 millones de euros por la subestimación de la tasa de actividad de 2013.
“Un instrumento nefasto, que en manos de CFK mutó en tragedia, como era de prever. Pagó USD 2.400 millones de más entre 2007 y 2011 (por presumir que creció más y mentir con el INDEC) y ahora pierde un juicio por USD 1.450 millones contra bonistas que le reclaman que pagó de menos”, resumió.
El ex funcionario se refirió así al doble impacto que tuvo en esos años el manoseo a las estadísticas del INDEC. Por un lado, al subestimar la inflación, el cálculo del nivel de actvidad económica, que se ajustaba en pesos por nivel de inflación menor a la real, resultaba sobreestimado. Es decir, el INDEC informaba un crecimiento que en gran parte era “nominal” y no “real”. Pero a principios de 2014, cuando todas las estimaciones de crecimiento apuntaban a que la economía había crecido en torno a 4,5% el año anterior, el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, decidió aplicar una modificación a la base de cálculo de la economía argentina que redujo de golpe el cálculo del año anterior. En 2019, un grupo de fondos buitre presentó una demanda en la justicia londinense, que ayer se expidió en su favor.
“Qué tragedia es el kirchnerismo por donde lo mires! Pagan USD 2.400 millones para cancherear y cuando les reclaman más, no saben cómo defenderse. El costo de proteger a la jefa son casi US$4.000 millones que pagan todos los argentinos. ¡Y este es solo uno de los ejemplos!”, continuó ayer el primer ministro de Hacienda del gobierno de Mauricio Macri y concluyó: “USD12.000 millones más tarde, aún puede seguir perdiendo con otros dos juicios más en NY. Recursos y credibilidad dilapidados en el altar de ‘un instrumento ingenioso’. ¡Por Dios!”.
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