Mercados: la Bolsa se sobrepuso a la tendencia negativa de Wall Street y cerró en alza

Los índices de Nueva York cedieron hasta 1,1%, encabezados por los títulos tecnológicos. El S&P Merval porteño ganó 0,5% a 252.848 puntos

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Las acciones argentinas, condicionadas por el escenario externo y local.
Las acciones argentinas, condicionadas por el escenario externo y local.

El contexto general no fue el mejor para los activos de riesgo como las acciones argentinas. Los mercados internacionales se decantaron por las bajas, mientras que Wall Street registra pérdidas de hasta 1,1% en sus principales índices, con los papeles tecnológicos a la cabeza.

Además, en el plano local la constante salida de reservas empujó a establecer un nuevo esquema de dólar preferencial para el agro, que en los hechos se interpreta como una fuerte devaluación, en un marco de inflación que se espiraliza y actividad que se estanca.

No obstante, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires revirtió las caídas que experimentó hasta la media rueda y cerró con una ganancia de 0,5% a 252.848 puntos. En Wall Street, los ADR y acciones de empresas argentinas negociados en dólares tuvieron cierre mixto, aunque destacaron las bajas de Despegar (-8,6%), Globant (-4,5%) y Mercado Libre (-4%). YPF ganó 0,7%, a 11,48 dólares.

“Se empiezan a rearmar las dos coaliciones políticas principales en Argentina, y todo parece apuntar a un escenario de candidatos moderados en las próximas elecciones, lo que favorecería a los activos financieros locales. Creemos que es hora de comenzar a construir posiciones en Argentina, apuntando a un cambio de régimen en octubre” con un nuevo Presidente, definió Adcap Grupo Financiero en un reporte.

“Por el lado de las acciones, los eventos recientes refuerzan nuestra idea de mantener un sesgo defensivo en la renta variable, primando calidad y favoreciendo la diversificación geográfica dentro de mercados desarrollados y emergentes”, comentaron los analistas de Balanz Capital.

Nuevo dólar soja

El plan del Gobierno para incrementar sus reservas de divisas incentivando las exportaciones de soja que fue anunciado esta tarde comenzará a regir el próximo sábado y se extenderá hasta el 24 de mayo, señaló el ministro de Economía, Sergio Massa.

La medida, conocida localmente como “dólar soja”, buscará acelerar las ventas de la oleaginosa al ofrecer a los agricultores un tipo de cambio de $300, superior al oficial -actualmente de $210 por dólar-, en momentos en que el Gobierno busca aumentar sus reservas para lidiar con una compleja crisis económica. El acuerdo con las cerealeras para establecer un mínimo garantizado de liquidación durará del 8 de abril al 24 de mayo.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la producción de la oleaginosa será de apenas 25 millones de toneladas en el ciclo 2022/23, el peor resultado en 23 años.

Tras los dos planes que el Gobierno lanzó en la segunda mitad del año pasado para agilizar las ventas de soja, a fines de marzo quedaba solo el 17,5% de los 44 millones de toneladas de soja recolectados en el ciclo 2021/22 para comercializar, según datos oficiales.

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, hasta el momento se llevan vendidos 5,5 millones de toneladas de la soja 2022/23 -cuya cosecha apenas comenzó-, frente a los 12 millones de toneladas de la misma fecha del año pasado.

El ingreso de divisas, que desde el Palacio de Hacienda esperan que alcance los 15.000 millones de dólares entre el segundo y el tercer trimestre de 2023, aliviaría a la golpeada economía argentina, aunque difícilmente logre paliar los efectos negativos de una histórica sequía en el país.

Los ingresos también serán fundamentales para que Argentina cumpla con las metas de acumulación de reservas comprometidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de una cuarta revisión del programa de 45.000 millones de dólares firmado entre las dos partes el año pasado. Según analistas, las reservas netas del Banco Central eran cercanas a los USD 3.000 millones a finales de marzo, por debajo de la nueva meta del FMI que exige contabilizar unos USD 4.300 millones al cierre del primer trimestre de 2023.

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