Por qué la confianza de los consumidores se mantiene en niveles mínimos, a pesar de la mejora de los indicadores laborales

El Indec registra récord de tasas de empleo y de baja de desocupación en 20 años que contrastan con el aumento del mal humor de gran parte de la población. Causas de la aparente contradicción

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El humor de la población
El humor de la población se correlaciona más con la variación de los precios, salarios y dólar que con el resultado de los indicadores de actividad y empleo que se informan con rezago

La difusión de los indicadores generales de actividad oficial mantienen un notable rezago respecto de las estimaciones de los consultores privados y pueden generar expectativas diferentes a las que percibe diariamente la población cuando concurre a los mercados, sea de bienes de consumo perecedero, como los alimentos, como de durables y ocasionales, como los vinculados con la estacionalidad del turismo, y que se manifiestan en la variación de los diferentes índices de confianza del consumidor que elabora el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.

“En marzo, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) a nivel nacional aumentó 5,56% con respecto al mes anterior. Todos los subíndices del ICC mostraron variaciones mensuales positivas, Situación Personal 3,39%, Situación Macroeconómica 7,3% y Decisiones de compra de Bienes Durables e Inmuebles 6,05%, siempre con respecto al mes previo”, informó el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, que dirige Sebastián Auguste.

Una de las novedades que trajo el resultado del relevamiento de Poliarquía Consultores para la UTDT entre el 3 y 13 de marzo en 40 localidades de todo el país (Capital Federal, GBA, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán, La Plata, Mar del Plata, Salta, Santa Fe, San Juan, Resistencia, Corrientes, Jujuy, Paraná, Neuquén, Formosa, San Luis, La Rioja, Comodoro Rivadavia, San Nicolás, San Rafael, Villa Mercedes, Olavarría, Río Gallegos, Goya, El Dorado, Viedma, Concepción, Río Tercero, Pehuajó, Termas de Río Hondo, Rivadavia, Castelli, Crespo, Prof. Mazza, Montecarlo, Catriel, Villa Aberastain y Recreo) fue que el deterioro del humor de las familias fue generalizado en todos los órdenes: a nivel regional, situación personal y percepción macroeconómica, como por niveles de ingreso.

Y, mientras el Indec midió un aumento de la producción industrial de 0,7% en enero respecto de diciembre y 6,3% en comparación con un año antes, y de 0,3% y 2,9% en las tasas reales del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) el Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres y Asociados estimó para febrero una contracción de 0,5% que redujo el crecimiento interanual del primer bimestre a 1,1% -en ambos casos respecto de similar período de 2022-, marcando un notable contraste.

El EMAE del Indec subió 0,3% en enero y 2,9% en un año, mientras el Índice General de Actividad del Estudio Ferreres acusó en febrero sendas caídas de 0,5% en el mes y de 1,1% en el bimestre

Incluso, las propias estadísticas socioeconómicas del Indec registran indicadores aparentemente contradictorios. Por un lado, informó un cierre de 2022 con mínima tasa de desempleo, con un promedio general de 6,3% de la oferta laboral y varias provincias con “pleno empleo” -tasas por debajo de 4% de la oferta laboral- y, por el otro, una tasa de pobreza promedio en igual período de 39,2% de la población.

Más aún, en casos particulares el organismo que dirige Marco Lavagna detectó una elevada brecha entre tasas de desocupación bajas y de pobreza muy altas: Gran San Juan 2,4% de la población económicamente activa y 33,2% del total de habitantes, respectivamente; Formosa 2,6% y 34,4%; Posadas 3,1% y 36,7%; Santiago del Estero–La Banda 1,6% y 46,5%; San Luis 2,4% y 45,2%; Concordia 3,6% y 55,2%; y Viedma–Carmen de Patagones 2,2% y 36,2%, entre otros.

Ese cuadro atípico, de falta de correspondencia entre el óptimo del máximo empleo y niveles de pobreza que duelen, se explica por el deterioro del poder adquisitivo de la población ocupada que lleva a cada vez más trabajadores a buscar una segunda y hasta tercera fuente de recursos monetarios en un empleo estable, tanto medida por la relación entre la variación de los salarios y de la inflación, como más aún en comparación con la depreciación del peso frente a la cotización del dólar, el cual se sintetiza en la marcada disminución de los diferentes índices y subíndices privados de confianza del consumidor, al punto de ubicarse en marzo 2023 más cerca del mínimo que del máximo de la serie en los primeros 40 meses del actual gobierno.

Los índices de confianza del consumidor, al punto de ubicarse en marzo 2023 más cerca del mínimo que del máximo de la serie en los primeros 40 meses del actual gobierno

Y si se compara con el promedio histórico de la serie de confianza del consumidor, la cual se inicia en marzo 2003 surge que el nivel actual es aún más bajo en todos los casos: situación personal, situación macroeconómica, durables e inmuebles y el agregado nacional.

La comparación de los índices de confianza de la situación personal y del salario real, con base 100 en noviembre de 2019, en los 40 meses del actual gobierno, muestra con claridad como ambos se movieron en igual sentido -descendente- en la mayor parte del período, independientemente de que la Encuesta Permanente de Hogares registrara un clara mejora de los índices de empleo y desocupación.

Otros indicadores que se correspondieron con la baja del índice de percepción macroeconómica de los consumidores son las disminuciones del salario real; de tipo de cambio oficial deflacionado y del aumento del tipo de cambio real en el mercado libre (blue).

Incluso, el subíndice de confianza del consumidor de Decisiones de Compra de Bienes Inmuebles y Autos describe un movimiento paralelo al de la brecha cambiaria entre las cotizaciones del dólar libre y el oficial.

En conclusión, el cambio de humor de las familias responde más a la variación de indicadores sensibles de percepción inmediata, como la del poder de compra de sus ingresos y de la cotización del dólar, que de aquellos que se informan con un rezago de uno a tres meses, como los de actividad productiva y comercial, o los que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, los cuales muestran un franco deterioro en los 40 meses de gobierno, tanto en la comparación de los extremos de origen y actual, como del estado presente y el promedio general.

En los primeros 40 meses de gobierno del Frente de Todos, el índice general de Confianza del Consumidor cayó 9,8%, con sendas bajas de 13,4% en el subíndice que mide la Situación Personal; y caída de 29,63% del subíndice de Percepción de la Situación Macroeconómica, mientras que, alentado por la enorme brecha cambiaria, en contraste con la heredada, el subíndice de Decisiones de Compra de Bienes Durables e Inmuebles aumentó 73,45%, aunque se mantiene entre los más bajos de la serie con apenas 29,58 por ciento.

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