Mercados: la Bolsa argentina retomó las ganancias con el impulso de la suba del petróleo

El S&P Merval avanzó 3,7%, a 254.696 puntos, mientras que los títulos de YPF encabezaron las alzas de los ADR en Wall Street, con un 6,2%. Los bonos en dólares ganaron 1%, con un riesgo país debajo de los 2.300 puntos

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Acciones y bonos argentinos sufrieron por un marzo muy volátil en los mercados globales.
Acciones y bonos argentinos sufrieron por un marzo muy volátil en los mercados globales.

El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ganó 3,7% este lunes, en los 254.696 puntos al cierre, en una sesión donde las acciones energéticas sintieron el empujón alcista de los precios internacionales del petróleo.

Entre los ADR y acciones de compañías argentinas operadas en dólares en Wall Street destacaron las ganancias de Vista Energy (+6,9%) e YPF (+6,2% a USD 11,66).

En el exterior, los bonos Globales de la Argentina -en dólares con ley extranjera- terminaron operados con ganancias en torno al 1%, mientras que el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de EEUU con sus pares emergentes, bajaba 22 unidades para la Argentina, en los 2.280 puntos básicos a las 17:10 horas..

Los inversores que apostaron a las acciones y bonos argentinos vieron “una luz al final del camino” la semana pasada, parcialmente disipada la crisis de bancos en Wall Street, pues pasado dicho evento se abrió una puerta de oportunidad para el reingreso de fondos a las posturas de mayor riesgo.

“Durante la mayoría del mes, la Bolsa porteña registró una contundente corrección, que llegó a ser de hasta el 18%, en línea con el mal momento de los mercados internacionales por la crisis bancaria a nivel global, y en parte también, debido a un necesario ajuste luego de varios meses en los que el selectivo argentino se revalorizó. Sin embargo, en una última semana de mayor calma en los mercados, el Merval tuvo un gran impulso alcista, que le sirvió para recuperar una buena parte de todas las pérdidas del mes, al menos medido en pesos argentinos”, describió Maximiliano Donzelli, Head of Research de IOL (InvertirOnline).

Los bonos en dólares, en tanto, treparon un 10,7% semanal en promedio según los Globales negociados en Wall Street, mientras que los Bonares ganaron un 10,3 por ciento. En la misma línea, el riesgo país de JP Morgan se “desinfló” más de 200 puntos básicos, otra vez por debajo de los 2.300 enteros para la Argentina.

De esta forma, tanto las acciones como los bonos argentinos recortaron las profundas pérdidas que venían arrastrando en marzo, que de todos modos fueron palpables. El S&P Merval perdió un 10,5% mensual en dólares “contado con liquidación” y entre los ADR argentinos negociados en Wall Street los bancos se llevaron la peor parte, con caídas en un rango del 14% al 23% en dólares. Y los bonos Globales con ley extranjera se hundieron en marzo casi 10% en promedio.

Un paso clave para la deuda soberana fue la confirmación -y con cierto grado de flexibilidad- de la continuidad del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Justamente el miércoles, el ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió con la subdirectora del FMI, Gita Gopinath, a quien llevó un informe realizado por Agricultura con el impacto de la sequía en las cuentas públicas. También se conversó sobre el último canje que se realizó sobre la deuda en pesos. El encuentro fue clave pues disipó las dudas acerca que pudieran demorarse próximos desembolsos.

“Finalmente, hubo algo de viento a favor para los activos argentinos, que venían de jornadas no tan favorables con todo este tema de la crisis bancaria. Podemos decir que hubo algo más de calma. En este contexto, el mercado local pudo recuperar algo, con los bonos exhibiendo paridades prácticamente iguales a las previas a la noticia del canje de la semana pasada”, afirmó Ariel Manito, director Comercial de Portfolio Personal Inversiones.

Javier Rava, director de Rava Bursátil, apuntó que “si bien las inquietudes en el sistema financiero se han ido calmando, el escenario podría quitar presión a la Reserva Federal ante incrementos de tasas continuos y que dicha situación con los bancos haya llevado a una posición más conservadora y de restricciones crediticias y controles más severos que puedan contribuir con una desaceleración de la economía”.

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