Un hecho fortuito demoró hasta el lunes la divulgación del Staff Report del FMI, en el que quedará explicitada la reducción de la meta de reservas que aceptó el organismo. El motivo de la demora fue que el avión de Aerolíneas Argentinas que traía a Sergio Massa y la comitiva oficial desde Washington se quedó sin Wi-Fi y durante 12 horas no hubo contacto con los técnicos del organismo para terminar de repasar la “letra chica” de ese documento clave.
A pesar de este episodio, el Fondo sí desembolsó los USD 5.400 millones por la aprobación de la cuarta revisión del acuerdo, que incluye el cumplimiento de las metas a diciembre de 2022. Sólo USD 2.500 millones quedaron en las reservas del Central, ya que el resto fue repagado al organismo para cumplir con los vencimientos. Esas divisas que incrementaron las reservas también se perderán a mediados de abril, cuando haya que cumplir con otro pago.
Las reservas netas llegaron a niveles críticos, luego de haber caído USD 7.000 millones en el primer trimestre. El saldo de ventas del Central, que rozó los USD 2.000 millones en este período aceleró el deterioro y encendió todas las alarmas.
Soluciones urgentes
El panorama llevó al equipo económico a buscar soluciones urgentes, que serán anunciadas en las próximas horas. En ese contexto sale el dólar agro, que no es otra cosa que avanzar con una devaluación para tentar a los exportadores con un mejor tipo de cambio. El foco está puesto en los productores de soja, para evitar que se guarden la cosecha a la espera de un nuevo gobierno y una eventual unificación cambiaria.
Aunque todavía no es oficial, se estima un tipo de cambio cercano a los $ 300, es decir 45% por encima del dólar oficial, tal como ocurrió con el anterior esquema del dólar soja.
Según las estimaciones preliminares que maneja Massa, la “zanahoria” gatillará liquidaciones por no menos de USD 5.000 millones en los 30 días que estará vigente el esquema, a partir de principios de abril. Esto le permitiría al Central revertir el menos en parcialmente el saldo negativo de marzo, que fue el peor de los últimos años.
Las reservas netas quedaron en un nivel crítico y pone en peligro la estrategia del Gobierno de aguantar sin una devaluación brusca hasta las elecciones. Por eso, Massa apura la implementación del dólar agro, con el objetivo de acumula dólares en el segundo trimestre y llegar con menos presión a las PASO
El dólar agro también será para las economías regionales, aunque en este caso la “ventana” estará abierta por 90 días, lo que considera la estacionalidad de los productos. El objetivo es captar unos USD 2.100 millones adicionales, a los que se suman otros USD 2.000 en préstamos frescos de otros USD 2.000 millones por parte de organismos multilaterales. Además, en Economía aseguran que entrarán otros USD 1.000 millones por “operaciones de mercado”, aunque sin dar mayores detalles. Por lo pronto, los préstamos de bancos internacionales bajo el esquema de “repo” quedaron en suspenso ante la debilidad que mostraron los bonos en dólares a lo largo de marzo.
Entre los ingresos de la soja, los productos regionales y préstamos, Economía podría aspirar a unos USD 10.000 millones con dos objetivos: fortalecer las reservas y salir del pozo, pero además evitar un cierre extremo de las importaciones por falta de divisas, lo que tendría un fuerte impacto negativo en la actividad económica.
Por supuesto el dólar agro provocará nuevas pérdidas patrimoniales al BCRA, que deberá salir a comprar divisas a $ 300 para venderlas un 45% más baratas a los importadores. Locuras provocadas por los múltiples tipos de cambio, pero además por la desesperación del Gobierno cuyo único objetivo ya es llegar a las PASO sin una devaluación brusca.
La aplicación de un dólar diferencial también para este sector es ya bastante más delicada, porque a diferencia de lo que sucede con la soja muchos de los productos son consumidos por los argentinos. El gran peligro es que el reconocimiento de un tipo de cambio mayor en alimentos que se exportan, por ejemplo frutas o vinos, pegue de lleno en la inflación.
Uno de los peligros de implementar un dólar agro de $ 300 es que se reconoce un tipo de cambio diferencial a productores regionales, como frutas y vinos, que consumen los argentinos. Con una inflación que en marzo habría superado el 7%, estaría echando más leña al fuego
Massa ya fue alertado de este peligro, que provocaría otro golpe en medio de una inflación que habría superado el 7% en marzo, como muestran la mayoría de las mediciones de consultoras privadas.
Condiciones
El ministro de Economía impondrá algunas condiciones para reconocerles un dólar diferencial a los productores regionales. En principio podrán acceder a este tipo de cambio aquellos bienes que se exporten en más de un 90%, es decir cuyo consumo interno es marginal. Y luego podrán entrar quienes estén dentro del programa Precios Justos y lo cumplan.
El frente cambiario también mostró mayor presión sobre los dólares financieros en los últimos días, mientras se espera la implementación del canje de bonos en dólares. Massa espera anotarse un triunfo, a la espera de un dictamen de la UBA que habilite la operación con los títulos de ANSES.
El viernes se conoció un posteo de un economista y docente que dirige los economistas técnicos de la UBA que deben dictaminar sobre el asunto. Se trata de Nicolás Salvatore, conocido por sus fuertes posturas antikirchneristas.
El economista de la UBA a cargo de analizar el impacto de ANSES de un posible canje de bonos en dólares ya dejó trascender su postura favorable. Se trata de Nicolás Salvatore, conocido por sus posturas antikirchneristas, quien indicó que “los bonos duales son mejor que los bonos en dolares, porque estos cubren al FGS solo del riesgo de devaluación”
Salvatore, en este caso, planteó una fuerte defensa a la operación que busca llevar adelante el Gobierno. “Decir que Massa cambia bonos en dólares del FGS por bonos en pesos es una barbaridad. Los bonos duales pagan la tasa de inflación o la tasa de devaluación, la que sea más alta, más 8%. Son mejores que los bonos en dólares, porque estos sólo cubren al FGS del riesgo de devaluación”.
Para no dejar mayor margen de dudas, Salvatore culmina indicando que “el FGS no pertenece a los jubilados, pertenece al estado. Nunca el FGS pagó jubilaciones ni otorgó un beneficio al estado. En un sistema de reparto, las jubilaciones se pagan con aportes previsionales y con impuestos. Con el canje el gobierno no le saca nada a los jubilados”.
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