A la espera de los detalles respecto del alcance y magnitud de las nuevas medidas que formalizará en los próximos días el ministro de Economía, Sergio Massa, para ordenar la maraña de tipos de cambio, el mercado se anticipa y empieza a vislumbrar aquellos sectores de la economía real que podrán verse favorecidos por un esquema que, en la práctica, funcionaría como un desdoblamiento cambiario.
Esto es, por un lado, se trabaja con la idea de que se eliminarán algunos tipos de cambio específicos como del “dólar Qatar”, “dólar ahorro” y “dólar tarjeta”, al tiempo que la soja y exportaciones de economías regionales percibirán un valor del dólar más alto a la vez que también algunas importaciones se encarecerían. Ese esquema dejará, en un marco de una economía real cada vez más tensa y con crecientes dificultades en la cadena de pago, algunos ganadores y otros perdedores.
“Con exportaciones e importaciones lo que intentarán es devaluar sólo en bienes y servicios con (relativamente) bajo impacto en el IPC. En otras palabras, suponemos que la idea será devaluar pero sólo sectorialmente tratando de limitar -aunque naturalmente no llevar a 0- el pass through a precios”, sostuvo en un informe reciente la consultora 1816.
En ese nuevo escenario que comenzaría a consolidarse en las próximas semanas, “habrá sectores que típicamente se benefician de un desdoblamiento cambiario, como los consumos de lujo y todos aquellos que se abaraten en términos de dólares. Dicho de otro modo, quien tenga liquidez en moneda dura, será el gran ganador del nuevo esquema”.
Así lo planteó la Abeceb, la consultora fundada por el ex ministro de Producción, Dante Sica: “Es posible que se produzca un desdoblamiento en el mercado cambiario forzado por la escasez de divisas. La depreciación del peso podría beneficiar con ganancias de capital a los ahorristas posicionados en dólares y ello podría impulsar en algo, los consumos más sofisticados y la construcción. Las tenencias de dólares líquidos son enormes; llegan a USD 261.000 millones según las últimas cifras del Indec”. En contrapartida, la alta inflación en un marco de recesión resultará letal para los ingresos reales, particularmente de los sectores informales, lo que va a deprimir a todos los rubros de consumo masivo.
Además de la construcción, el sector cuyo crecimiento se paralizó en los últimos meses a tono con el resto de la actividad económica, la consultora identifica otro sector de la economía que es una especie de “isla de la fantasía” en el contexto de la distorsionada economía argentina: la energía. “Es probable que la recesión borre parcial o totalmente el crecimiento de 2022, configurando un mal escenario para la inversión, excepto para sectores específicos como la energía”, sostuvo.
Con exportaciones e importaciones lo que intentarán es devaluar sólo en bienes y servicios con (relativamente) bajo impacto en el IPC. (Consultora 1816)
Para todo el resto de las actividades, en tanto, las perspectivas lucen altamente complejas: iliquidez, tensión en la cadena de pagos y dificultades en el financiamiento del capital de trabajo, todo en el marco de un persistente riesgo devaluatorio y un régimen de inflación que sube un nuevo escalón. Para cubrirse, las empresas ya empezaron a resignar venta para retener mercadería importada incluso perdiendo ventas. Es lo que refleja el índice de inflación mayorista de bienes importados que subió en febrero 9,2%, más de 2 puntos por encima del nivel general. Eso indica que las empresas prefieren retener stock antes que venderlo barato.
“El impacto alcista sobre los precios internos de este tipo de medidas resulta casi inevitable al extenderse sobre una cantidad cada vez mayor de productos”, advirtieron los analistas de Delphos Investments, para quienes, si bien los nuevos anuncios alejarían en el corto plazo las chances de una devaluación brusca, no mejoran en nada las perspectivas de crecimiento de este año que ubican en una caída de 2,9% hacia fin de año.
Las empresas ya empezaron a resignar venta para retener mercadería importada incluso perdiendo ventas
“Creemos que habría cambios impositivos que podrían aumentar el costo de algunas importaciones de bienes o servicios, en línea con la reintroducción de percepciones de Ganancias e IVA a grandes empresas importadores dispuesta por la AFIP hace días atrás. De esta manera el Gobierno mantiene la política de ‘devaluar sin devaluar’ profundizando el esquema de tipos de cambio diferenciales para ajustar el flujo de exportaciones e importaciones”, agregó Delphos.
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