El FMI desembolsará hoy el equivalente a unos USD 5.400 millones, correspondientes a la cuarta revisión del acuerdo firmado con la Argentina, que involucra las metas del cuarto trimestre. Los fondos ingresarán al Banco Central de manera inmediata pero durarán un suspiro: aproximadamente la mitad se devolverá hoy mismo para cancelar un vencimiento del préstamo y la otra parte a mediados de abril próximo.
El monto expresado en dólares sería un poco mayor al que se venía estimando en las últimas semanas porque la canasta de monedas representadas en los Derechos Especiales de Giro se apreció en las últimas jornadas contra el dólar.
La rapidez con la que se escurrirán las reservas que ingresan al Banco Central explica el apuro de Sergio Massa por lanzar un nuevo “dólar agro”, que no será otra cosa que un tipo de cambio diferencial para la soja y para las economías regionales. Se estima una cotización de $ 300, bien por encima del dólar oficial que actualmente se ubica en alrededor de $ 215.
Se trata, sin embargo, de otra jugada que tendrá un fuerte costo para el Banco Central, derivado de comprar divisas a una cotización mucho más alta de la que luego le ofrece a importadores o a empresas que precisan acceder al mercado cambiario para el pago de deudas. Esa diferencia no solo impacta en el balance de la entidad, sino que además implica una fuerte expansión monetaria con los efectos ya conocidos en los niveles de inflación.
El objetivo no confesado por parte del Gobierno es llegar a las PASO como sea, sobre evitando una devaluación brusca del tipo de cambio, tal como lo reconoció en las últimas horas el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren. La otra variable que miran de cerca en Economía es la evolución de los dólares financieros y la brecha cambiaria, para que no se escape respecto a los niveles actuales que ya superan el 80%.
Con el nuevo tipo de cambio diferencial se busca acelerar el ingreso de divisas y evitar que los productores no vendan, a la espera de un mejor tipo de cambio. Además, en este caso tendría más sentido que nunca aguardar el cambio de Gobierno, ya que se supone que la próxima administración trabajará con rapidez para llegar a un tipo de cambio unificado. Esto implicará necesariamente una suba mucho más acelerada del dólar oficial, algo que sería casi imposible de evitar, con el consiguiente impacto inicial en la inflación.
El objetivo no confesado por parte del Gobierno es llegar a las PASO como sea, sobre evitando una devaluación brusca del tipo de cambio, tal como lo reconoció en las últimas horas el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren
La situación de las reservas del Banco Central es crítica y algunos consultores incluso estiman que el nivel de reservas netas es cercano a cero. Por eso, alarma la dinámica que vino manteniendo la entidad a lo largo de marzo. Ayer fueron otros USD 76 millones y acumula ventas por USD 1.800 millones. Se trata de un récord mensual negativo desde que asumió el gobierno de Alberto Fernández, según destaco el economista Fernando Marull en un informe.
Según los cálculos, el nuevo “dólar agro” gatillaría ventas por unos USD 5.000 millones durante abril, lo que al menos ayudaría a equilibrar el mercado cambiario y acercarse a las elecciones primarias, que se realizarán en agosto, sin episodios “disruptivos”.
La aprobación de la cuarta revisión del acuerdo viene de la mano de una mayor flexibilidad en las metas de reservas que se había negociado originalmente. Serían USD 3.000 millones menos para el objetivo de fin de marzo y USD 2.000 millones menos para los “target” trimestrales hasta fin de año, algo que igual parece difícil de cumplir.
Otro de los temas que sigue levantando polémica en relación al programa con el FMI es la obligación de devolverle USD 3.000 millones netos este año al organismo, a pesar de la sequía. Sin embargo, por ahora no hubo ningún cambio en esta obligación, que presiona fuerte al Gobierno en un momento de escasez de dólares y de reservas.
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