Los dólares financieros profundizaron su caída y el riesgo país mantuvo su tendencia alcista. Todo esto sucedió como consecuencia de las polémicas medidas anunciadas por el Gobierno, que comenzará a vender títulos en dólares del sector público para conseguir financiamiento y lograr mayor estabilidad cambiaria. Lo paradójico es que estas operaciones todavía ni arrancaron y aún no hay un calendario de las primeras licitaciones.
La caída más pronunciadas fue la del dólar MEP, que ayer terminó a $ 375, una caída de 3%. Incluso el dólar libre cayó debajo de los $ 390, mientras que el contado con liquidación se alejó de los $ 400 y finalizó a $ 388.
Los inversores se adelantaron así a lo que Sergio Massa implementará en las próximas semanas, de acuerdo a lo ya definido en un Decreto de Necesidad y Urgencia. El Banco Central saldrá a comprarle bonos en dólares a la Anses y entregará a cambio un bono dual -en pesos- por un 70% y efectivo por el resto. Luego, saldrá a ofrecer esos Bonares a través de licitaciones para que los compren bancos, aseguradoras y fondos comunes de inversión.
Esta operatoria persigue dos objetivos. Por un lado mantener bajo control los dólares financieros, que se mueven según las cotizaciones de los bonos. Pero al mismo tiempo la operatoria le dará financiamiento al Tesoro, se estima por un piso de $700.000 millones y un máximo de 1,5 billones de pesos. De esta forma se podría cumplir con la meta fiscal pactada con el FMI, que prevé un déficit fiscal de 1,9% del PBI para el año. Hoy ese objetivo se encuentra muy comprometido.
Sin embargo, esta ingeniería financiera también tiene costos que no son menores. El más evidente es el derrumbe de los bonos, con el consiguiente aumento del riesgo país que llegó a los 2.500 puntos básicos. Ayer, a pesar de haber sido un día más positivo para los mercados globales, sufrieron una caída adicional de 1,5% promedio. El AL30, que es el bono que se utilizará para intervenir en el mercado, terminó debajo de los USD 23.
Por otra parte, no se frena el drenaje de reservas del Banco Central. Ayer se desprendió de oros USD 140 millones y ya vendió casi USD 1.500 millones en lo que va de marzo. Entre los planes de Massa figura deslistar alrededor de USD 4.000 millones en bonos emitidos con ley extranjera. El mensaje es que se busca contener el volumen de deuda, más allá de las colocaciones que tendrán lugar en las próximas semanas.
El Gobierno respiró por la baja de los dólares financieros, pero la contracara fue un riesgo país que voló hasta los 2.500 puntos básicos, mientras que el Central perdió otros USD 140 millones y el drenaje ya llega a USD 1.459 millones en lo que va de marzo
El ministro de Economía reflotó la posibilidad de avanzar con un repo, es decir un préstamo de bancos internacionales para fortalecer las reservas. La idea sería utilizar parte de los bonos que recibirá el Tesoro como garantía. La operatoria luce muy complicada por la caída en la paridad de los títulos.
Tras reunirse con el Presidente, Alberto Fernández, se definió que Massa formará parte de la comitiva que viajará a Washington para participar de la reunión con el presidente norteamericano, Joe Biden. El encuentro está programado para el miércoles. Se trata de una señal fuerte y que marca un acercamiento entre ambos luego de los desencuentros generados a partir del elevado índice de inflación de febrero, que arrojó 6,6%.
Por ahora no trascendió si Massa aprovechará el viaje para mantener una agenda paralela, ya sea con el FMI o con el Tesoro norteamericano. Se espera que la semana que viene el directorio del Fondo trate la cuarta revisión del programa y confirme el desembolso de USD 5.300 millones, que llevará algo de alivio a las reservas, aunque buena parte se debe utilizar para repagar deuda. Además, también quedará confirmada la flexibilización de la meta de reservas para todo el 2023.
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