
El ministro de Economía, Sergio Massa, apuesta a seguir bajando la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos y jura que no acelerará la devaluación.
“Antes de devaluar, me voy”, le dijo el titular del Palacio de Hacienda a sus colaboradores, según pudo saber Infobae.
El ministro cree que, en este contexto político, solo cabe hacer una política de contención de daños, con medidas como la que lanzó esta semana para intentar contener la brecha cambiaria. De hecho, en su entorno exhiben orgullos gráficos que muestran que “Massa consiguió con el canje la brecha más baja del último año”.
“El CCL y el MEP retrocedieron. La brecha con el oficial cedió. Y las cotizaciones del dólar financiero bajaron y la brecha quedó lejos del pico de mediados del año pasado”, indicaron.
Frente a los rumores de desdoblamiento que surgieron desde la Casa de Gobierno –en particular, creen en Hacienda, del jefe de asesores presidencial, Antonio Aracre-, aseguran que no habrá devaluación.

“Si quiere devaluar, que venga él”, aclaran cerca del ministro.
En otro día de furia para los mercados globales –y con el riesgo país arriba de los 2.500 puntos básicos- Massa aguarda que la semana próxima el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe el nuevo desembolso por unos USD 5.300 millones.
En el Palacio de Hacienda confían que se bendecirá la aprobación de las metas del 2022 y se relajarán las pautas del primer trimestre del 2023 ante la fuerte sequía que atraviesa el país. “Viene muy bien”, expresaron.
Al respecto, solo desconfían de los directores de Japón, Jun Mizuguchi, –que ha manifestado varios reparos a este nuevo tramo de financiamiento- y del brasileño, Afonso Bevilaqua, que fue designado por el gobierno de Jair Bolsonaro y todavía no fue reemplazado por Lula.

Ayer, la portavoz del organismo y ex auditora del país, Julie Kozack, afirmó que el encuentro será en los próximos días. Justamente, la semana próxima el ministro acompañará al presidente Alberto Fernández a una reunión con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca. La intención es aflojar todo lo posible el nivel de exigencia del FMI, aunque en Economía reconocen que con las pérdidas por la sequía cualquier mejora en ese sentido resulta insuficiente.
¿Fondos frescos? Nadie cree en Washington y entre los analistas privados argentinos que haya voluntad del Fondo de que la Argentina reciba este año dinero más allá de lo que está programado, sobre todo si no hay un cambio fuerte en la política cambiaria.
Reunión con economistas
Mientras tanto, el viceministro Gabriel Rubinstein recibió ayer a un grupo de expertos financieros para convencerlos sobre las bondades del último anuncio del canje de bonos en dólares que están en manos del sector público.
Acompañado por el jefe de asesores de Massa, Leo Madcur, y el vicepresidente del BCRA, Lisandro Cleri, Rubinstein afirmó que con esta operación –cuestionada por la oposición- buscan reducir la brecha cambiaria y, a la vez, conseguir financiamiento para contener el déficit fiscal ante la caída de los ingresos corrientes por la sequía y la crisis.
Tranquilos, enfocados en lo técnico y sin especular sobre los rumores políticos, los funcionarios del equipo económico les explicaron que seguirán “buscando alternativas, previendo lo que pueda venir en los próximos meses, porque prevén que –en un año electoral pueda existir una fuerte dolarización y ahora no tienen como contenerla”.

“Porque no tienen dólares y porque de conseguirlos no los pueden usar por el FMI”, indicó uno de los invitados, agradecido por el tono amable de los organizadores, pero preocupado por la falta de recursos para contener la situación actual.
“Están dando manotazos de ahogados; se ve difícil que con esto puedan lograr contener el dólar y su aplicación deja muchas aristas abierta por donde pueden tener problemas”, confesó uno de los analistas a Infobae.
Otro indicó: “es posible que puedan contener el CCL por un tiempo, pero con la venta de bonos van a reventar las paridades y eso va a terminar siendo contraproducente”.

El equipo económico les blanqueó que se planean aflojar las restricciones para que bancos y otros actores del sistema financiero puedan acceder con más comodidad a la compra de bonos en dólares de modo de generar más demanda. “Puede ser una buena idea, pero eso ya lo está haciendo el Central en el mercado secundario”, explicó.
“El grave problema es que en el sistema quieren dólares, no bonos en dólares”, remató.
Un tercer asistente relató que los funcionarios estaban “entusiasmados con el nuevo esquema de centrar el contado con liqui en el AL35 y piensan que ahí tienen poder de fuego”. "
“Pero no entiendo bien cómo pueden bajar el CCL sin comprar bonos contra dólares. Ellos venden bonos contra pesos, pero el CCL necesita la segunda pata y no tienen dólares. No salí convencido y me pareció que hicieron mucho ruido”, concluyó, escéptico, otro de los invitados al Palacio de Hacienda.
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