En la última semana el Indec dio a conocer el informe de inflación de febrero y confirmó que por primera vez en tres décadas el IPC anual superó la temida barrera del 100%. Los tres dígitos son ya una realidad y la incertidumbre macroeconómica es cada vez mayor.
En este escenario, resulta inevitable pensar en la hiperinflación de 1989 y 1990. En ese momento, fueron la Ley de Convertibilidad y la implementación de la caja de conversión las medidas que devolvieron la estabilidad económica. El sistema estableció una paridad fija 1 a 1 entre el peso y el dólar y obligaba a que, por cada peso emitido, tuviera que ingresar un dólar desde el exterior a las reservas del BCRA. Así mismo, si un dólar salía del país, el peso debía ser retirado de circulación.
De igual manera, existen muchos otros casos en el mundo de países que se enfrentaron a períodos hiperinflacionarios de extrema gravedad, pero en mayor o en menor tiempo lograron salir de esa situación y estabilizaron su economía. Brasil, Perú, México, Israel y Zimbabue son algunos ejemplos.
Israel
Luego de varios años de inestabilidad, en 1985 el país llegó a tener una inflación anual superior al 500%. Un año más tarde ya la había llevado por debajo de la barrera del 100% y en no mucho tiempo más logró reducirla a solo un dígito.
La “receta” israelí se centró en atacar los problemas de raíz de su inflación. Por un lado, el gobierno redujo drásticamente el déficit fiscal, disminuyendo por supuesto el nivel de gasto público y la necesidad de emisión monetaria. Por otra parte, depreció su moneda un 20%, pero luego congeló el tipo de cambio y los salarios.
Depreció su moneda un 20%, pero luego congeló el tipo de cambio y los salarios
Otro punto clave fue la independización de su banco central y la prohibición de que compre deuda del gobierno. Todo esto fue acompañado por un plan de estabilización de largo plazo que le permitió llegar a tener una tasa de inflación menor al 1% anual durante algunos períodos (hoy ronda 5% anual).
Brasil
Al igual que Argentina, el mayor miembro del Mercosur pasó por un período de hiperinflación en los años 90´ y según las estadísticas oficiales los precios llegaron a dispararse por encima del 2.400% en 1993. Un año después, en 1994, la variación del índice desaceleró al 916%, en 1995 a 22,4% y en 1996 volvió al rango de un dígito al año.
Para salir de la crisis inflacionaria, implementó el conocido “Plan Real”, que consistió en una serie de medidas tendientes a normalizar el gasto público y reducir la emisión de reales.
Tras lograr recomponer sus reservas en divisas con capitales externos, el gobierno comenzó un proceso de apertura comercial y privatizaciones. Eso condujo a un rápido achicamiento de los gastos y, al igual que en el caso de Israel, a una menor necesidad de emisión de moneda.
En forma complementaria se creó la “Unidad Real de Valor” (URV). Se trataba de un sistema similar a las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) en Argentina, pero con mayores aplicaciones. Las URV eran la referencia incuestionable para la fijación de precios, las negociaciones paritarias y las actualizaciones de tarifas, entre otros puntos.
Ese fue el paso previo para la aparición del Real, en 1994, en reemplazo del Cruzeiro (también se determinó una paridad 1 a 1 con el dólar). Ese año, se estableció además que la emisión monetaria quedaría atada a la variación del nivel de reservas del banco central.
Perú
La inflación alcanzó un pico de 7.481,66% anual en 1990. El país sudamericano logró reducir su inflación drásticamente al 409,5% en 1991, pero luego tardó seis años más en volver a la variación de precios de un solo dígito.
Un gran problema que debieron enfrentar las autoridades era que la economía estaba profundamente dolarizada y según explican los expertos de ese país, no existía credibilidad como para intentar una fijación del tipo de cambio. En ese contexto, el gobierno peruano optó por hacer justamente lo contrario, dejar “flotar” el tipo de cambio.
El gobierno optó por dejar “flotar” el tipo de cambio y la estabilidad se consiguió a través de un largo proceso de desdolarización
La estabilidad se consiguió a través de un largo proceso de desdolarización, que implicó la reducción de créditos y depósitos en dólares en el sistema bancario en todos los sectores. Al mismo tiempo, redujo el déficit fiscal eliminando las exenciones impositivas y congelando la planta de personal en el Estado.
También liberó los precios controlados y aumentó los impuestos a las exportaciones, al tiempo que eliminó las restricciones a las importaciones, salvo para algunos sectores puntuales.
México
En 1987 registró una inflación anual de 179% y en pocos años logró reducirla al 2% anual. Según explican los expertos en la economía de ese país, la desaceleración inflacionaria se logró gracias al Pacto de Solidaridad Económica (PSE), firmado en 1988 durante el mandato de Miguel de Lamadrid y el Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE), que se firmó en 1989 bajo el mandato de Carlos Slinas de Gotaria.
El plan consistió en una serie de compromisos de las diferentes partes que inciden en la macroeconomía. El gobierno redujo la circulación de dinero, se comprometió a mantener fijas las tarifas de luz, gas, agua, combustibles y frenó las subas impositivas. Las empresas, por su parte, acordaron no aumentar los precios de sus productos, en tanto que los trabajadores aceptaron no hacer peticiones de incrementos salariales.
Las empresas acordaron no aumentar los precios de sus productos, en tanto que los trabajadores aceptaron no hacer peticiones de incrementos salariales
Al mismo tiempo se aplicaron medidas para estimular la economía y el Estado firmó nuevos tratados internacionales, como lo hizo también Brasil.
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