El Gobierno presentó ayer ante bancos, fondos de inversión y sociedades de bolsa los lineamientos de las nuevas medidas con las que buscará mantener a raya el dólar contado con liquidación sin usar reservas, y asegura que antes ya tuvo un aval central: el del Fondo Monetario Internacional.
Fuentes del equipo económico aseguraron que la intención oficial de poner en marcha el mecanismo de canje de una parte de los bonos en dólares en manos del sector público y de implementar un sistema de subastas ante el mercado de la porción restante de títulos dolarizados formó parte de las conversaciones técnicas con el staff.
El Ministerio de Economía llegó a un acuerdo final sobre la revisión de metas hace diez días y espera la aprobación del directorio que vendrá acompañada de un desembolso de USD 5.300 millones. Una de las advertencias que hizo el equipo técnico del organismo durante el ida y vuelta entre Buenos Aires y Washington y que quedó plasmado en el comunicado oficial fue la restricción para el uso de reservas.
Así, el Fondo Monetario y el Gobierno acordaron que no se utilizarán más las arcas de la autoridad monetaria para realizar intervenciones en el mercado para influir en el precio de los dólares financieros. No implicaba, en todo caso, que el Poder Ejecutivo no pudiera actuar con otras herramientas. Una de ellas es que la que terminó por anunciar el viceministro de Economía Gabriel Rubinstein este miércoles cerca del mediodía.
“Si uno lee finamente el comunicado abre la puerta para una intervención de este tipo”, aseguraba en las últimas horas un miembro del equipo económico. De esa forma, aseveran, no esperan que haya algún reparo del staff ni del directorio tanto por el canje forzoso de los bonos Globales en manos públicas como de las ventas de los Bonares por medio de subastas.
El FMI había sido crítico de la operatoria de recompra de deuda, y reclamó en la última ronda de negociaciones que no se realice con divisas del BCRA. En ocasiones anteriores también alzó la voz contra las dos ediciones del dólar soja, al considerar que eran medidas distorsivas e incluso había desalentado una tercera etapa de ese programa porque tendría una “menor efectividad”.
Pero en simultáneo también había reconocido que sin ese esquema no habría cumplido el Gobierno la meta de acumulación de reservas, y por eso ese criterio fue el que terminó por primar y en el mismo comunicado deja un espacio abierta a medidas “temporales” cambiarias para afrontar el impacto de la sequía.
“El FMI sabe pero no necesitamos permiso, las medidas son nuestras”
Con todo, en el Gobierno aseguraron que lo que se conversó con el Fondo Monetario está en línea con un paquete de medidas que busquen la “estabilización” y en ese aspecto, el mantener a raya los dólares paralelos, a los que les atribuyeron una influencia decisiva en los dos primeros índices de precios del año, fue uno de los elementos cardinales del diagnóstico en los despachos oficiales. “El FMI sabe pero no necesitamos permiso, las medidas son nuestras”, se atajaba en las últimas horas un funcionario del equipo económico.
Hay otra página menos remarcada de las medidas que dejó saber el martes por la noche el Ministerio de Economía. Es la parte “fiscal” involucrada en el anuncio del sistema de subastas de los bonos en dólares bajo ley local que el sector público tenga en sus carteras para sumar volumen al mercado de contado con liquidación.
Una pregunta que surgió ante esa operatoria es qué sucedería con los pesos que recibirán los organismos del sector público a cambio de esos Bonares. Fuentes oficiales confirmaron este miércoles que habrá un esquema de 70-30 para la utilización de esos pesos. El 70% de los pesos que consigan serán usados para suscribir bonos duales que emita la Secretaría de Finanzas en sus colocaciones habituales de deuda.
Fuentes de Anses estimaron que ese 70% equivaldría a más de 900.000 millones, que de esa manera será un piso de financiamiento desde el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) hacia el Tesoro. El restante 30% será usado por los organismos públicos para gastos presupuestarios y de necesidades de liquidez.
“La compra del bono dual da al FGS mayor estabilidad y seguridad, ya que no es un bono volátil, como si lo son los Bonares y los Globales. El bono dual es un bono deseado por cualquier banco ya que no se desvaloriza ni por inflación ni por devaluación”, dijeron desde un despacho oficial.
Esa cuenta corresponde solo a la entidad previsional, aunque cálculos más globales de mercado y del equipo económico hablan de cifras más grandes. De acuerdo a un informe de una consultora privada que circuló este miércoles entre los inversores, habría un potencial de fondeo al Tesoro de 1,5 billones de pesos. En despachos oficiales se estiraron a 2 billones.
La cifra no es menor y tiene especial relevancia en medio de la exigencia del calendario del programa financiero que forzó al Palacio de Hacienda a activar una serie de canjes de deuda en los últimos meses. El principal se cristalizó hace dos semanas cuando se despejaron 4,34 billones de pesos de vencimientos entre abril y fines de junio. Este miércoles Finanzas anunció que la licitación de bonos en pesos terminó con un financiamiento neto, al descontar las obligaciones de pago, de unos $50.000 millones.
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