Los agentes bursátiles de todo el mundo analizan si los mercados se enfrentan en lo inmediato a la irrupción de un nuevo “cisne negro”, debido a que la salida de depósitos de algunos bancos, de los cuales el Silicon Valley Bank y el Credit Suisse fueron la “punta del iceberg”, profundizó la inestabilidad financiera y revivió los fantasmas acerca de la posibilidad de una crisis sistémica como la que produjo la quiebra de Lehman Brothers en 2007.
En ese marco, la Reserva Federal de los EEUU (Fed), resolvió este miércoles un moderado incremento de la tasa de referencia en un cuarto de punto porcentual o 25 puntos básicos, a un nuevo rango de 4,75%-5% anual, el más alto desde octubre de 2007. No obstante, esta suba de 0,25%, la misma proporción que en la reunión anterior del Comité, evidencia una moderación tras subir la tasa en medio punto en diciembre, y en 0,75% por cuatro reuniones consecutivas en 2022.
De este modo, la Fed sentó las bases para acercarse al final de su ciclo de aumento de tasas, al eliminar la declaración de “aumentos continuos” en relación a las tasas de interés, diciendo en cambio que el comité “anticipa que puede ser apropiado un endurecimiento adicional de la política para lograr una postura de política monetaria que sea suficientemente restrictiva para devolver la inflación al 2% con el tiempo”.
¿Bueno o malo para la Argentina?
La caída de las Bolsas globales llevó a la Reserva Federal de los EEUU a replantearse su plan de mantener el alto ritmo de alza de tasas de referencia. Esto puede traer consecuencias positivas en materia financiera para la Argentina en un corto plazo, pues una Fed menos agresiva -y tolerante a la actual inflación de 6,4% anual en los EEUU- habilitaría la liberación de fondos que podrían volcarse a acciones y bonos en Wall Street, para apuntalar los valores de mercado. Los títulos argentinos deberían captar parte de ese posible rebote de la renta fija y la variable, que también podría trasladarse a commodities que la Argentina exporta.
Germán Fermo, Head of Strategy del Grupo IB (Invertir en Bolsa) refirió que “siempre pareció que dar tanto énfasis a desinflacionar tan rápido (con alza de tasas de la Fed) no tenía el menor sentido. Tenía más sentido en este caso hacerlo gradualmente. Quedó claro que la Fed hawkish es historia. Por los tanto el FOMC va a ser dovish, pero por las razones equivocadas. Veremos si esto termina siendo una crisis financiera global o no, veremos, es absolutamente inmanejable”.
Un “vaso comunicante de los acontecimientos internacionales incorpora ribetes comerciales. Si la Fed convalidara la postura dovish que el mercado ya está poniendo en precios, entonces el dólar mundialmente debería perder fuerza y los precios de los commodities tendrían razones para revalorizarse. Al mismo tiempo, un dólar más débil también tiene implicancias sobre la deuda porque haría menos pesada la carga de compromisos en moneda extranjera de Argentina con sus acreedores, especialmente el FMI”, agregó el estudio elaborado por Nery Persichini y Santiago Franco, expertos de GMA Capital.
Un reporte de Adcap Grupo Financiero consideró que “sin dudas, algo se rompió en el proceso de suba de tasas demasiado acelerado. La velocidad de la subida de tasas terminó en un reality check sobre los negocios que vamos a seguir viendo con el correr de los días. La credibilidad de la Fed ha sido puesta en cuestión y lo que se está validando es una situación de liquidez extrema y por eso, el indicador S&P 500 está otra vez cerca de los 4.000 puntos. Detrás de todo esto está la gigante expansión de la hoja de balance de la Fed, que el último viernes anunció que vuelve a comprar activos”.
Un próximo fin de ciclo en la suba de tasas puede apuntalar las cotizaciones bursátiles y también a los precios de las exportaciones de Argentina
“La Fed debería continuar con la suba de tasas (25 puntos básicos ahora y 25 puntos básicos en mayo), y ‘disminuir o pausar el QT (Quantitative Tightening o política resrictiva). Mostraría así que su determinación en la lucha contra la inflación permanece intacta, y al mismo tiempo, comprensión con la situación de stress financiera actual”, evaluó el ex ministro de Finanzas Luis Caputo.
Un análisis de Invecq Consultora Económica advirtió que “la Fed está atrapada entre (i) mantener el rumbo de su política monetaria para controlar la inflación, que lejos está de su objetivo del 2% y con niveles de actividad y empleo resilientes, o (ii) morigerar la suba de tasas/pivotear para evitar una posible propagación de riesgo sistémico. De momento, vemos con mayor probabilidad de ocurrencia una desaceleración en el ritmo de suba de tasas y un claro cambio discursivo en (Jerome) Powell y los miembros del FOMC (Federal Open Markets Committee o Comité de Operaciones de Mercado Abierto de la entidad), pero no necesariamente un pivot de 180° a la brevedad cuando tanto la inflación como el mercado laboral siguen indicándole a la Fed que los riesgos macro siguen latentes”.
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