El Ministerio de Economía encarará esta semana una nueva licitación de deuda en pesos luego del canje de bonos que concretó hace diez días, tras la suba de la tasa de interés que determinó el Banco Central por la aceleración inflacionaria y en medio de un clima financiero global en extrema tensión. El Gobierno necesitará cubrir poco menos de $700.000 millones de vencimientos en este último tramo del mes, que quedaron tras la operación de conversión.
La Secretaría de Finanzas realizará este miércoles una nueva colocación de bonos en un contexto particular en el mercado financiero mundial, que tiene un correlato entre los activos locales. La crisis que disparó en el sistema bancario global la caída del Silicon Valley Bank y la venta del Credit Suisse, la reacción conjunta de un grupo de bancos centrales y la expectativa sobre qué hará la Reserva Federal norteamericana con su nivel de tasas de interés marcarán el pulso de los inversores para ingresar a la operatoria de licitación de deuda en pesos.
El calendario de pagos quedó reducido para los últimos días de marzo tras la concreción del canje de títulos que tuvo lugar hace diez días. Así, la hoja de ruta de obligaciones de pago a los inversores quedó en unos $361.000 millones para esta semana junto con otras $280.000 millones para la última semana del mes, estimó Personal Portfolio Inversiones.
La conversión de títulos tuvo una adhesión a la operación del 61,5% los vencimientos entre abril y junio, que pasarán a estar repartidos entre 2024 y 2025. Poco más de la mitad adjudicada (52%) fue para la canasta integrada completamente por títulos indexados a la inflación, mientras que el 48% restante optó por la variante que mezcla CER y bono Dual.
Antes del canje, el Tesoro hubiese tenido que afrontar vencimientos por $0,8 billones en marzo, $2,5 billones en abril, $2,1 billones en mayo y $2,5 billones en el mes de junio. Concretada la operación, ese horizonte de vencimientos se redujo a casi $0,7 billones en marzo, $1 billón en abril, $0,9 billones en mayo y $0,8 billones en junio.
Esta tarde la Secretaría de Finanzas dará a conocer las condiciones que ofrecerá para los nuevos bonos que licite esta semana. El contexto también estará marcado por el reajuste en la tasa de interés que hizo el Banco Central la semana pasada tras la aceleración inflacionaria que marcó el 6,6% del IPC de febrero. La autoridad monetaria subió el interés de su deuda después de seis meses y podría así abrir la puerta a que el Tesoro haga lo propio.
Eso sucedería porque la estrategia de financiamiento que persigue el Ministerio de Economía es que sus títulos ofrezcan un interés por encima del que tengan las Leliq, de manera tal de canalizar la mayor cantidad de fondos posibles del mercado a los bonos del Tesoro.
El resultado de las dos licitaciones que restan en marzo serán decisivas para el programa financiero. El fondeo que consiga la Secretaría de Finanzas para cubrir el déficit de este primer trimestre marcará la necesidad de acudir o no a adelantos transitorios desde el Banco Central, una opción a la que el Ministerio de Economía todavía no acudió. Tiene, de todas formas, un tope de $160.000 millones para este trimestre según el acuerdo con el FMI.
A propósito, para la consultora Quantum, que dirige Daniel Marx, “la operación (de canje) en sí era necesaria y ayuda a descomprimir parcial, aunque transitoriamente, los requerimientos de caja en pesos del Tesoro. En el futuro, además de tener el desafío de lograr refinanciar los vencimientos remanentes de la deuda (quienes no canjearon y los vencimientos posteriores a junio), el Tesoro tendrá que conseguir fondeo para cubrir el déficit fiscal”, mencionó.
“La operación de canje era necesaria para comenzar a superar la pared de vencimientos pre-PASO, aunque se mantiene la incertidumbre sobre distintos factores; la persistencia de la inflación, el impacto de la sequía sobre la disponibilidad de divisas, las tensiones propias que genera el ciclo político, el financiamiento del déficit fiscal y de los vencimientos de deuda de los meses posteriores a junio, entre otros”, resumió Quantum.
Por su parte, Pedro Siaba Serrate, de PPI, estimó que el 97,6% de interés y capital que vencen esta semana corresponden a tenedores del sector privado. “El grueso de este monto está explicado por el vencimiento del Boncer 23 y una Lelite (en manos de Fondos Comunes de Inversión)”, dijo ante Infobae.
“El Gobierno necesita un ‘buen resultado’, y por ello, es probable que aproveche el margen para colocar de corto plazo y obtener un resultado positivo. Así, pensamos que ‘se beneficie’ de la nueva aceleración de la inflación para buscar demanda del sector privado a través de Lecer cortas”, mencionó.
Algunos jugadores del sector privado que suelen participar de las licitaciones de deuda de manera habitual quedaron fuera del canje porque sus necesidades de liquidez les impedía ingresar, como por ejemplo los Fondos Comunes de Inversión (FCI). Tras el canje, Finanzas inició un trabajo de ida y vuelta con este tipo de tenedores para adaptar sus necesidades al perfil de vencimientos que busca el Tesoro para los próximos meses.
Habrá un trabajo posterior para despejar los vencimientos a partir de julio. Ese mes registra obligaciones de pago por 3,7 billones de pesos, junto con 1,2 billones en agosto y 1,3 billones en septiembre. Muchos de ellos están en manos del propio sector público.
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