Los números de febrero para la venta de productos de consumo masivo -alimentos, bebidas, higiene y limpieza del hogar- siguen a la baja. El mes pasado, la caída fue de 1,1% y como resultado el acumulado del año quedó con un descenso de 1,4%, según los datos de la consultora Scentia que releva precios en grandes cadenas y pequeños comercios de cercanía.
Con todo, la caída no es pareja: mientras que las ventas en los autoservicios -los comercios más chicos o de cercanía- caen un 8,9% en comparación con febrero del año pasado, los grandes supermercados mantienen su tendencia positiva con un crecimiento de 8,3 por ciento en el mismo período. Si se toman sólo los autoservicios de la zona del AMBA la caída es de 10,2 por ciento.
Este fenómeno con una amplia brecha con comercios en alza y otros en caída se explica por las bases de comparación con respecto a febrero del año pasado -cuando la situación era inversa- y también, en gran medida, por la acentuada diferencia de precios, según el informe de Scentia.
Una de las causas es la aplicación del acuerdo de Precios Justos, un programa oficial que solo abarca a las principales cadenas de supermercado. Además de la lista de casi 2.000 productos con precios fijos hasta junio que forman parte del acuerdo, hay un tope de 3,2% mensual para los aumentos del resto de los productos comercializados por las empresas que firmaron el convenio.
En cambio, en los comercios de cercanía, los aumentos que aplican las empresas son más altos, lo que incrementa el nivel de diferencia de precios. En la Secretaría de Comercio analizan que hay “rentabilidad cruzada” de las compañías, que suben por fuera del acuerdo para obtener la rentabilidad que pierden por participar del programa.
“La captación de shoppers (consumidores) por parte del canal supermercados, provenientes de otros canales, también da más claridad a este contexto”, señalaron en Scentia.
Por rubros, las principales caídas se dieron en las categorías de limpieza de la ropa y del hogar (8,6%) y productos impulsivos, como golosinas y snacks (5,5%). En tanto, los únicos rubros que registraron números positivos fueron bebidas sin alcohol, con 7,9%, y congelados, con 0,6 por ciento.
Si se toma solo a los autoservicios, hay caídas de 15,8% para productos para la limpieza de la ropa y el hogar, de 14,4% para higiene y cosmética y 13,9% para bebidas con alcohol.
Según un análisis de la consultora Ecolatina, desde la puesta en marcha del programa de Precios Justos, la diferencia entre los aumentos de precios en los distintos canales -suerpermercados o autoservicios- es notable: por ejemplo, en el canal tradicional (comercios pequeños) el agua creció 10 puntos porcentuales por encima del canal moderno (super e hipermercados); los fideos, 9 puntos; la leche, 7 puntos y los yogures, 6 puntos.
“Esta brecha entre los aumentos de productos de consumo masivo incluidos en Precios Justos que se venden en supermercados y los que se consiguen en comercios de cercanía o pequeños autoservicios implica un impacto más severo sobre los sectores más vulnerables”, explicaron desde la consultora.
Según la última Encuesta de Gasto de los Hogares los hogares del 10% de menores ingresos destinan sólo el 15% de sus gastos en alimentos y bebidas al canal moderno (grandes cadenas), mientras que ese porcentaje crece a 45% en los hogares del 10% de mayores ingresos.
Otros rubros
Durante febrero, según los datos del Indicador de Consumo (IC) que analiza la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), el nivel de consumo de los argentinos mostró un avance de 0,8% en la comparación interanual y un retroceso desestacionalizado de 1,7% frente a enero, cuando se descuentan los efectos estacionales habituales durante el año.
Este nuevo indicador desarrollado por la CAC comenzó a mostrar la evolución del consumo de los hogares en bienes y servicios finales con una periodicidad mensual. “Este magro crecimiento interanual visto en febrero da continuidad al proceso de retroceso exhibido por el indicador de consumo desde mediados del 2022 y su posterior estancamiento”, explicaron desde la cámara.
“Esta dinámica es consistente con una macroeconomía que se encuentra en tensión y a una capacidad de compra de los hogares argentinos que mostró una nueva contracción en el segundo mes del año. De hecho, el IC se ubicó en febrero más de 1% debajo de la comparación con la prepandemia”, agregaron.
El rubro de indumentaria y calzado mostró en febrero una caída estimada de 16,8% internanual. Es una muestra de la pérdida de dinamismo a lo largo de 2022 que paulatinamente se fue acentuando, acompañada de un encarecimiento relativo de los precios del sector en la comparación interanual.
Por otro lado, el rubro de transporte y vehículos mostró un crecimiento estimado del 3,2% interanual en febrero; sin embargo se ubicó en valores de casi 4% debajo en la comparación con la prepandemia. “Esto se da en el marco de un proceso de desaceleración y enfriamiento del sector que continúa hasta el día de hoy, con patentamientos de autos y motos que apenas crecieron 1,8% y 3,3% interanual respectivamente”, señalaron.
En tanto, recreación y cultura aún muestra tasas de crecimiento significativas, con un avance estimado de 26,2% interanual en febrero como consecuencia de las abruptas caídas a raíz de la pandemia y un proceso de reapertura y recuperación que fue más lento que en otros sectores.
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