El dólar terminó con una ganancia de tres pesos este lunes, a $386 para la venta en el reducido mercado paralelo. La divisa amplió el alza en la última hora de negocios, luego de conocido que el BCRA intervino con ventas de USD 261 millones en el mercado mayorista.
El dólar libre mantiene ahora un alza de 11 pesos o 2,9% en lo que va de marzo. En 2023 cumula un incremento de 41 pesos o 11,8%, aún debajo de la inflación del período, del orden del 17 por ciento.
Con un dólar mayorista que ganó 1,19 peso en el día a $204,53, la brecha cambiaria quedó en el 88,7 por ciento.
El Banco Central vendió USD 261 millones en el mercado de cambios, el monto más alto desde el pasado 15 de febrero, cuando se desprendió de USD 292 millones en un día.
El Banco Central aprovecha en este 2023 la alternativa de utilizar fondos del “swap” con China para contar con mayor liquidez y “poder de fuego” para actuar en el mercado de cambios, en un año que por la sequía viene complicado para las reservas internacionales. Hoy se activó un nuevo tramo de esta operación.
La cotización “blue” del dólar gana un peso este lunes, a $384 para la venta, su valor más alto desde el pasado 27 de enero. De esta manera, el dólar libre anota un alza de nueve pesos o un 2,4% en marzo, mientras que en el recorrido de 2023 acumula una ganancia de 38 pesos o un 11%, frente a una inflación en torno al 17 por ciento.
El ingreso de dólares a través de préstamos de organismos internacionales se transformó en este 2023 en la principal vía de financiamiento externo para la Argentina, en momentos en que el Gobierno aguarda que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe las nuevas metas de reservas para 2023. Este lunes, las reservas brutas del Banco Central contabilizan un refuerzo de unos 680,4 millones de dólares.
Después de 30 años la Argentina volvió a registrar una tasa de inflación anual de tres dígitos porcentuales, en un escenario de una economía debilitada por la sequía que afecta no sólo a los productores del agro pampeana, sino también a las finanzas públicas, interna por menor contribución a la recaudación de impuestos y externa por la drástica baja del aporte al balance de divisas del Banco Central; y debilitamiento del poder de compra de los ingresos, tanto de los trabajadores como de jubilados y pensionados que reciben aumentos en base a índices del pasado más bajos que los del presente.
El dólar comercial en el segmento mayorista es ofrecido a $204,55 para la venta, con alza de 1,21 peso en el día. En el transcurso de 2023 el tipo de cambio oficial gana 27,39 pesos o un 15,5%, que le sigue el paso a la inflación.
Aunque las cotizaciones del dólar financiero reaccionaron a la suba en los últimas jornadas ante la combinación de un escenario internacional inestable combinado con los malos datos de la coyuntura local, esencialmente el registro de inflación del mes pasado, y la suba de la tasa de interés que fue menor a la esperada por el mercado, la evolución del precio del contado con liquidación (CCL) y del dólar Bolsa (MEP), se mantiene por detrás de la inflación. Ajustado por la inflación, señalan los analistas del mercado, las cotizaciones están en niveles similares a finales del año pasado. Eso en un marco de expectativas económicas deteriorándose cada semana, al calor de las proyecciones cada vez más pesimistas respecto de la cosecha e ingreso de divisas.
Tras el acuerdo alcanzado hace una semana para revisar las metas del programa financiero, el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional encaminarán en los próximos días la aprobación del informe técnico que bajará la exigencia de acumulación de reservas por la sequía y que habilitará el desembolso de USD 5.300 millones. Con ese dinero, el Ministerio de Economía podrá hacer frente a los vencimientos por USD 2.700 millones que, si bien tienen fecha de pago esta semana, serán cancelados a fin de mes.
La Argentina es ese país que choca una y otra vez contra sus traumas. Y ahora ha vuelto a caer en la trampa histórica de la inflación. Es el efecto devastador de la suba de precios que, sin embargo, en los últimos años era subestimado por la Generación Sub 40. La que no vivió la híper de Raúl Alfonsín ni la de Carlos Menem, previas al remanso de la Convertibilidad en los ‘90.