Aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI hace más de 20 años, y con todas las herramientas tecnológicas que existen a bordo de los autos modernos, estacionar paralelo al cordón de la vereda entre dos autos todavía sigue siendo una situación que pone nerviosos a muchos conductores.
De hecho, es ese probablemente el punto en el que más personas fallan al rendir el examen para obtener la licencia habilitante, y por lo tanto, el momento de mayor tensión cuando se realiza ante la mirada del examinador que decidirá si esa licencia se puede otorgar o hace falta más práctica.
Sin embargo, entre la teoría adecuada y las herramientas de la tecnología con la que se pueden contar, estacionar no debería ser un dolor de cabeza sino una maniobra tan simple como cualquier otra en el tránsito urbano.
Para empezar, nada mejor que conocer qué elementos se disponen en cada caso. Si el automóvil es de última generación y tiene un paquete de equipamiento relativamente completo, existe un sistema que hace la maniobra por sí misma, solo hay que detenerse en forma paralela al espacio en el que se pretende estacionar, activar el sistema con el modo que cada modelo cuente y dejar que el auto vaya dando las órdenes una a una respecto al uso del acelerador y el freno. El volante lo acciona el vehículo.
Pero si no se cuenta con el sistema de estacionamiento autónomo, pero sí con un vehículo con cámaras 360° o eventualmente solo con cámara trasera y sensores en los dos paragolpes, usar los la pantalla en la que se emiten las señales de esas cámaras y los tres espejos retrovisores, será suficiente para hacer una maniobra correcta.
Los autos tienen en los paragolpes delantero y trasero, unos sensores de ultrasonido que funcionan por proximidad con los objetos que están en su radio de sensibilidad. Ese sonido se puede desactivar manualmente, por lo tanto es importante tener certeza de que estén activados antes de estacionar. Un botón con un cono y unas ondas de radio es el que se suele encontrar para comprobar si está encendido el sistema.
Entonces, una vez que se conoce los elementos físicos y electrónicos que se tienen a disposición, solo hay que buscar el espacio en el que el automóvil pueda entrar. Siempre es importante tener en cuenta que, como las ruedas hacen que la carrocería gire con un desplazamiento longitudinal determinado más allá del radio de giro de la dirección, es recomendable que el espacio en el que se pretende estacionar, tenga al menos un metro de largo más que el auto que se intentará estacionar.
La teoría dice que una vez ubicado ese espacio, lo que hay que hacer pasar ese lugar y colocar el auto a la par del que está estacionado adelante. Una vez en esa posición, con la reversa colocada se va llevando el auto hacia atrás con la ruedas derechas hasta que las ruedas traseras estén a la altura del paragolpes trasero del auto detenido. Para tomar una referencia válida, el eje trasero de un automóvil sedán o SUV, suele estar debajo del respaldo de los asientos posteriores, de modo que tomar la referencia es más fácil porque el asiento se puede ver perfectamente y el remate del auto ya estacionado también.
Ese es el punto en el que hay que girar toda la dirección hacia el lado del lugar elegido para estacionar, y entonces avanzar teniendo en cuenta que con tanto ángulo de volante, la trompa saldrá hacia la calle por la que viene el tránsito. Si se colocaron balizas al detenerse para empezar la maniobra, no hay que apresurarse en el procedimiento, todos tienen derecho a estacionarse sin recibir un recital de bocinazos.
La cola del auto empezará a entrar, en el espacio elegido hasta que las ruedas delanteras lleguen al mismo punto que antes estaban las posteriores, el paragolpe trasero del auto de adelante. Ese es el momento de detener el auto y cambiar la dirección de las ruedas. Si se tiene una pantalla con cámara trasera únicamente, se podrán ver líneas rectas que representan el ancho del auto y la distancia con el auto de atrás, y una línea curva de cada costado, que representa el lugar al que la dirección está enviando al vehículo. Mover el volante para un lado y otro, permite ver como ese ángulo varía e indica el lugar exacto en el que entrará la carrocería respecto al cordón.
Con la dirección ahora apuntando hacia la calle, empieza la segunda parte de la maniobra, que es la que dejará el vehículo paralelo al cordón de la vereda. Si se tiene un auto con cámaras 360°, se puede cambiar lo que se muestra en la pantalla. Todos los automóviles que tienen esta tecnología, ofrecen una serie de opciones, que combinan las cámaras, e incluso en algunos modelos se representa una vista cenital del auto, como si un dron estuviera sobrevolándolo, de manera de apreciar el entorno completo.
Una vez que terminó la segunda parte, solo quedará enderezar las ruedas y acercarse levemente hacia el auto de adelante, de modo de no quedar pegado al auto de atrás, lo que le permitirá al conductor una más sencilla maniobra para salir.
En los autos con cámaras delanteras y laterales, que suelen estar alojadas en la parte inferior de los espejos retrovisores exteriores, también se puede seleccionar una de esas cámaras por vez a pantalla completa para poder estacionar con mayor precisión si el espacio es reducido entre el auto de adelante y el de atrás y para verificar que la distancia con el cordón es también la adecuada.
Si el auto queda muy alejado, existe el riesgo de ser víctima de una maniobra ajustada si la calle es algo angosta, allí la víctima será el espejo retrovisor en la mayoría de los casos. Pero si el auto quedó demasiado cerca del cordón, los que corren riesgo son los picos de los neumáticos, dependiendo del rodado y de la altura del cordón de la vereda, y el borde externo de las llantas, que si raspan contra el cemento se dañarán también.
Aun si no se tienen cámaras a disposición, es bueno siempre intentar estacionar sin dar vuelta el cuerpo. Es cierto que hacerlo genera mayor seguridad, pero solo es cuestión de ejercitar el uso de los espejos, porque al girar el cuerpo muchas veces se corre el riesgo de descuidar el exterior del auto, el que está expuesto al tránsito. Si en cambio se estaciona mirando los retrovisores, el panorama periférico no se perderá.
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