La economía nacional acumulaba hasta diciembre último 4 meses consecutivos de receso, y por efecto de la sequía, junto con la persistencia de severos controles al movimiento de divisas con destino al exterior -en particular para el pago de importaciones de insumos esenciales para el proceso productivo- el consenso de los consultores privados anticipa que la retracción del PBI se mantendrá a lo largo del año.
Una de las causas de ese receso es el creciente crowding out, como los economistas bautizaron al desplazamiento del sector privado por parte del sector público en la toma del crédito bancario para financiar el exceso de gasto.
“El agregado monetario amplio (M3 privado) a precios constantes y sin estacionalidad habría registrado una contracción en el segundo mes del año, que estuvo explicada tanto por el comportamiento de los medios de pago como de los depósitos a plazo fijo”, destaca el último Informe Monetario del BCRA.
Y resalta el informe oficial: “A pesar de la caída registrada en el mes, los depósitos a plazo fijo continúan ubicándose en torno a los valores máximos de las últimas décadas y en un registro similar al máximo de la pandemia en términos del PBI. Finalmente, los préstamos al sector privado a precios constantes y sin estacionalidad habrían registrado una nueva contracción mensual. La Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva permitió que el crédito a las Mipyme en términos del PBI se sostenga por encima del registro previo a la pandemia y por encima de su promedio histórico”.
Los componentes de los medios de pago permanecen en términos del PBI en torno a los mínimos de los últimos 20 años (BCRA)
No obstante, más abajo los técnicos del BCRA alertan que “los medios de pago (M2 privado transaccional), en términos reales y ajustados por estacionalidad, habrían registrado en febrero una disminución de 2%. Esta dinámica respondió fundamentalmente al comportamiento del circulante en poder del público, mientras que los depósitos a la vista no remunerados registraron un ligero aporte negativo a la variación del mes (…) Como ratio del Producto, los medios de pago se habrían situado en 7,8%, evidenciando una disminución (0,2 p.p.) respecto al mes previo). Ambos componentes de los medios de pago permanecen en términos del PBI en torno a los mínimos de los últimos 20 años”.
Los datos estadísticos del informe de marras muestran que en el período referenciado de las últimas dos décadas la relación promedio entre los préstamos bancarios en pesos al sector privado y los depósitos de ese origen fue de 70,2%, con un máximo de 100,1% en junio 2018, bajo el gobierno de Cambiemos y mientras se negociaba el regreso al pedido de auxilio financiero del FMI; y el mínimo del 37,3% en el primer año de presidencia de Néstor Kirchner y la conducción de la economía por parte de Roberto Lavagna.
La relación promedio entre los préstamos bancarios en pesos al sector privado y los depósitos de ese origen fue de 70,2%, con un máximo de 100,1% en junio 2018
El último dato del BCRA, correspondiente a febrero 2023, con la presidencia de Alberto Fernández y el ministro Sergio Massa, fue de 42,3%, acusando un acelerado descenso desde el pico de la gestión de 72,6% que heredó del gobierno de Mauricio Macri.
Si bien en un proceso de aceleración de la inflación, desmonetización y recesión, disminuyen los incentivos al ahorro en la moneda nacional, la persistencia de la demanda de dinero de carácter transaccional -hacer frente a las necesidades cotidiana de flujos de ingresos y pagos en moneda nacional del gasto de los hogares y empresas- explica que desde el inicio del gobierno del Frente de Todos mientras la masa total de depósitos en pesos del sector privado aumentó 49,6% en valores reales, el total de crédito bancario otorgado a esos sectores, por el contrario, se desmoronó 12,8 por ciento.
Plazos cortos y tasas superiores al promedio
Semejante retracción de los préstamos bancarios al sector privado, por el citado desplazamiento por parte del sector público que pasó a concentrar más del 70% del total, cuando se agregan las colocaciones del conjunto de la administración oficial y de las empresas del Estado, provocó la concentración de las operaciones en líneas de muy corto plazo, como son el descuento de documentos -cobro anticipado de cheques y pagaré, principalmente por parte de pyme- adelantos -autorización de giro en descubierto en cuenta corriente- y las compras con uso de la tarjeta de crédito.
La retracción de los préstamos bancarios al sector privado, por el desplazamiento por parte del sector público que pasó a concentrar más del 70% del total, provocó la concentración en líneas de muy corto plazo
Así, mientras el crédito hipotecario, hasta 10 años de plazo promedio y relativamente baja tasas de interés en comparación con el resto de las líneas del mercado representaba más de 38% del total al inicio de la presidencia de Néstor Kirchner, y los préstamos personales hasta 24 meses, y consumos de tarjeta de crédito a menos de un año captaban 8,1% y 6,8% del total, 20 años después esas relaciones trocaron a 5,4% en el primer caso y 16,1% y 29,7%, en los dos últimos.
Claramente, en un año electoral aparece cierta flexibilización en las decisiones de gasto público y anuncio de política de ingresos para impulsar el consumo, en particular de los sectores más rezagados, los cuales ya supera el 50% de las familias, como se observó en el aumento del bono para jubilados en un 50%, cuando el ajuste de la movilidad para el trimestre marzo a mayo 2023 es de poco más de 17%; y se anunciara la convocatoria al Consejo del Salario, el Empleo y la Productividad, para elevar el salario mínimo, vital y móvil, entre otras medidas, que podrían derivar en mayor acceso al crédito, en particular los de muy corto plazo y bajo nivel de cuota, aunque elevadísimo costo financiero total.
Pero las últimas recomendaciones del staff del FMI, para el corriente año: “Se tomarán medidas tempranas y decididas para abordar de manera sostenibles los costos fiscales de la aprobación imprevista de la moratoria de las pensiones para asegurar objetivos fiscales para este año y más allá”, imponen una importante restricción a la ejecución de políticas fiscales expansivas, incluido el crédito a tasas subsidiadas, como el Ahora y Ahora 12, aunque no asegura que una vez más un gobierno argentino incumpla las promesas de un acuerdo de Facilidades Extendidas.
Los bajos índices de monetización, como de asignación del crédito al sector privado, constituyen un alto potencial del crecimiento sustentable apoyado en líneas de préstamos a mediano y largo plazo
Esa será otra de las tantas mochilas que heredará el próximo gobierno; aunque la buena noticia es que tanto los bajos índices de monetización, como de asignación del crédito al sector privado, constituyen un alto potencial del crecimiento sustentable apoyado en líneas de préstamos a mediano y largo plazo, para convertirse en un lubricante probado para la reactivación de la economía en su conjunto y a alto ritmo.
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