Cómo afectan a la Argentina el colapso de Silicon Valley Bank y los temores bancarios en todo el mundo

Las turbulencias globales en el sector financiero llegaron al mercado local en forma de bajas para bonos y acciones. Qué efectos pueden generar sobre la economía real

Guardar
El colapso de SVB hace temer un nuevo Lehman Brothers, pero el consenso por el momento es que esta es una crisis muy distinta a la de 2008, dada la solvencia de las entidades (Reuters)
El colapso de SVB hace temer un nuevo Lehman Brothers, pero el consenso por el momento es que esta es una crisis muy distinta a la de 2008, dada la solvencia de las entidades (Reuters)

El colapso de Silicon Valley Bank (SVB) sacudió al mundo. El temor a una crisis sistémica, en la que un fracaso a nivel empresa pudiera arrastrar a todo un sector -el financiero- y hundir al planeta en una profunda recesión global como la que surgió tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008, hizo que los mercados sufrieran fuertes pérdidas.

A pesar de que el problema está lejos de estar superado y aún hay bancos americanos y europeos víctimas de la desconfianza inversora, más que de repentino deterioro de los indicadores de solvencia, hasta ahora nadie tiene en mente una nueva gran depresión, enfatizan analistas de todas las latitudes.

Pero lo cierto es que los temblores en Wall Street y los principales mercados europeos no fueron gratuitos. Ya hay un daño hecho. Y así como los problemas de liquidez que voltearon a SBV y a otro banco americano, Signature Bank -además de poner contra las cuerdas a bancos regionales americanos y al suizo Credit Suisse- encontraron a los Estados Unidos debatiéndose con una posible recesión producto del intento de frenar la inflación, también encuentran a la Argentina con sus propios problemas macroeconómicos que han comenzado a afectar a la microeconomía: empresas y familias.

Los temblores en Wall Street y los principales mercados europeos no fueron gratuitos. Ya hay un daño hecho

A las dificultades del Gobierno para conseguir financiamiento en pesos, una inflación que finalmente superó el umbral del 100% anual, un nivel casi nulo de reservas internacionales y, para mayor desgracia, una sequía histórica que promete reducir los ingresos de divisas comerciales por la cosecha en más de USD 20.000 millones este año, se le sumó en estos días el malestar de los mercados externos.

Temblores externos

El impacto fue el tradicional. El canal financiero es el más rápido en contagiar esos malestares. Los bonos soberanos argentinos, cuándo no, sintieron el sacudón. Los bonos globales retrocedieron entre 1,8% y 5% en la semana. El dólar contado con liquidación mantuvo su tendencia al alza, alcanzó los $404 frente a los $394 del viernes pasado.

Entre las acciones, una caída en lo que va del año que era del 2% al cierre de febrero para el S&P Merval de la Bolsa porteña se transformó en 9,7% de pérdida acumulada hasta este último viernes. El movimiento de los dólares financieros hizo que la baja en dólares fuera aún peor. En lo que va de marzo el S&P Merval medido en dólares contado con liquidación perdió 18,6%. El 2022 en el que la Bolsa porteña superaba a todas quedó ya lejos.

Silicon Valley Bank tuvo su cuota de responsabilidad en esto. Pero no toda, alertan los analistas locales.

Credit Suisse arrastraba su propia crisis desde hace tiempo, pero el nuevo celo de los inversores a la hora de analizar bancos hizo que fuera uno de los más golpeados (Reuters)
Credit Suisse arrastraba su propia crisis desde hace tiempo, pero el nuevo celo de los inversores a la hora de analizar bancos hizo que fuera uno de los más golpeados (Reuters)

“Nosotros calculamos que el 66% de los movimientos de los bonos soberanos, tradicionalmente, se explica por fenómenos externos. Es una porción importante, pero también indica que a los problemas globales nosotros le agregamos condimentos locales”, dijo Pedro Siaba Serrate de Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Entre los factores idiosincrácicos que aportaron al malestar financiero local estuvieron, según Siaba Serrate, la sucesión de estimaciones cada vez más pesimistas respecto de la cosecha de dólares que logrará este año el agro, el canje de deuda en pesos lanzado por el Gobierno que apenas logró postergar vencimientos comprometidos con tenedores privados y datos de inflación como el de febrero, un 6,6%, que pusieron muy lejos al objetivo de llegar a un número “que tenga un 3 adelante” en abril.

La parte de las pérdidas que se puede asignar al clima externo es una vieja conocida del frágil mercado local. El “vuelo a la calidad” que se da cada vez que hay una tormenta en el mercado y que hace subir los precios de activos de refugio como el oro o los bonos del Tesoro y hace bajar los precios de activos de riesgo como acciones americanas, bonos soberanos de países emergentes e índices bursátiles de mercados considerados riesgosos como la Argentina.

Calculamos que el 66% de los movimientos de los bonos soberanos, tradicionalmente, se explica por fenómenos externos. Es una porción importante, pero también indica que a los problemas globales nosotros le agregamos condimentos locales (Siaba Serrate)

“El adverso escenario externo resulta inoportuno para la etapa de transición doméstica en marcha, la cual ya de por sí aporta incertidumbre política y económica”, coincidió el analista Gustavo Ber. “Los ruidos bancarios globales no solo potencian la aversión al riesgo, sino que también tendrían impactos negativos sobre las monedas emergentes ya que se privilegia el flight to quality tanto hacia el dólar como los bonos del Tesoro de los EEUU cortos”, agregó Ber.

Ecos de 2008

Pero ese es el daño ya hecho. Queda por ver el daño por venir. En principio, los especialistas consultados no creen que por el momento el problema en los bancos estadounidenses y europeos tenga la forma del inicio de una crisis global como la de 2008. No pueden asegurar que no lo sea, pero el análisis no les indica eso.

First Republic Bank, un banco regional, sigue en el ojo de la tormenta a pesar de haber recibido un rescate de USD 30.000 millones de 11 grandes bancos (Reuters)
First Republic Bank, un banco regional, sigue en el ojo de la tormenta a pesar de haber recibido un rescate de USD 30.000 millones de 11 grandes bancos (Reuters)

“Destacamos el rápido accionar de los entes reguladores y de la Fed. La FDIC -la agencia que asegura los depósitos en EEUU- intervino el SVB casi de forma inmediata y, en conjunto con la Reserva Federal, el domingo tomaron medidas concretas para evitar la propagación en el sistema financiero. Como lo es el Bank Term Funding Program, que implica facilitar liquidez a los bancos a través de préstamos de hasta un año de duración, permitiendo así que las entidades de todo el sistema financiero, no se vean obligadas a desprenderse de los bonos del Tesoro a precios inferiores a los de compra, y, a su vez, puedan utilizar los mismos como seguro a cambio de obtener liquidez”, dijo Maximiliano Donzelli de IOL Invertir Online.

Pero aunque no termine siendo un nuevo Lehman Brothers, el impacto de la crisis bancaria se va a hacer sentir también. Más que nada, acelerando un futuro que hasta hace poco era probable y que a partir de ahora parece una certeza: el de una recesión en los Estados Unidos que contribuya a desacelerar al resto del mundo.

Se acentúan los riesgos de recesión mundial, lo cual impactaría negativamente sobre la ya desacelerada actividad local, y también podría sumar presión a los precios de las materias primas (Ber)

“Se acentúan los riesgos de recesión mundial, lo cual impactaría negativamente sobre la ya desacelerada actividad local, y también podría sumar presión a los precios de las materias primas, acentuando aún más el complejo panorama que está dejando la severa sequía” para acumular reservas en el BCRA, concluyó Ber.

Una Fed moderada

Aparentemente positivo podría ser el efecto sobre el ritmo de suba de tasas en los Estados Unidos. Este 22 de marzo la Fed debe decidir si subirá la tasa y cuánto. Poco antes del colapso de SVB, el mercado asignaba casi un 50% de probabilidades a una suba de 50 puntos básicos y otro tanto a una suba de 25 puntos básicos. Ahora, la probabilidad de una suba de 25 pb es del 80%, mientras que se le asigna un 20% a que finalmente la Reserva Federal no suba la tasa.

El endurecimiento de la política monetaria de los Estados Unidos era una mala noticia para los activos locales, en especial los bonos soberanos. Si el ciclo de subas de tasa se detiene antes de lo esperado, mejor. Pero para Siaba Serrate eso es sólo una ilusión.

“Si la Fed decide moderar las subas de tasa no vamos a sentir ningún beneficio. Cuando hay fuga a la calidad, los americanos van al dólar. Se refugian en sus propios bonos. Eso implica un enorme aumento de la demanda de dinero, algo que es fuertemente anti-inflacionario. Pero también es recesivo. Es un endurecimiento monetario hecho de otra forma”, dijo el especialista de PPI.

En lo que va de febrero el S&P Merval pierde más del 18% medido en dólares contado con liquidación (Reuters)
En lo que va de febrero el S&P Merval pierde más del 18% medido en dólares contado con liquidación (Reuters)

Es consenso entre todos los analistas consultados por Infobae que no ven un contagio para los bancos locales. Se trata de negocios muy distintos.

Aproximadamente el 40% del total de activos están invertidos en Letras y pases emitidos por el Banco Central (Donzelli)

“Los bancos locales prácticamente no están relacionados con lo que están viviendo los bancos estadounidenses. Es fundamental destacar la tenencia en activos del Tesoro. Aproximadamente el 40% del total de activos están invertidos en Letras y pases emitidos por el Banco Central. No vemos que haya una correlación ni un impacto directo. Para que ocurra un próximo rally, deben sucederse otras cuestiones más propiamente dichas de lo local que de lo internacional”, dijo Maximiliano Donzelli.

Seguir leyendo:

Guardar