Según un estudio privado, los billetes argentinos de mayor denominación habrán perdido más del 90% de su poder adquisitivo a finales de este año. El informe, elaborado por la consultora Focus Market, recuerda que el billete de $1.000 comenzó su curso legal el 30 de noviembre del 2017. Seis años más tarde, proyecta finalizar el 2023 con un valor que equivale a $56,18 del año de su lanzamiento. Es decir que, lo que en 2023 se compra con un billete de $1000, en noviembre del 2017 se podía conseguir pagando solo $56,18.
Damián Di Pace, director de Focus Market, describió el escenario económico y justificó por qué concluyen que la pérdida de poder adquisitivo del billete de $1.000 llegará al 94% (de $1.000 a $56,18). “Los datos de la inflación de febrero son preocupantes, pero los de marzo parten de una variación general de precios del 6,5%. Además, en enero de 2023 el déficit fiscal se multiplicó 12 veces en forma interanual”, señaló.
Por otro lado, comentó que en febrero de 2023 la recaudación real cayó 9,8%. “Esos vacíos se debieron cubrir con emisión monetaria e intentos de colocación de deuda local. La moneda encuentra más incertidumbre que confianza en el actual contexto y las pautas que exige el FMI para domesticar el gasto público y déficit fiscal parecerían que no alcanzan para poder disminuir el impacto sobre la pérdida de valor del peso argentino” agregó el especialista.
Qué pasó con los otros billetes
Los otros dos billetes de mayor denominación son el de $500 y el de $200, los cuales comenzaron su curso legal en junio y octubre de 2016 respectivamente. De acuerdo al estudio, este año el de $500 terminará con un valor equivalente a $20,80 del momento de su lanzamiento. Por su parte, el de $200 habrá reducido su valor relativo a solo $8,58.
En resumen, a pesar de aumentar la nominalidad respecto al billete de $50 y $100, los de $200, $500 y $1.000 perdieron valor en menos tiempo debido a la inflación.
“Entre el timing de su creación en la casa de la moneda y su entrada en circulación, el billete ya nace devaluado. Eso mismo sucederá con el billete de $2.000, que de acuerdo a su lanzamiento terminará valiendo en términos reales $1.000 de hoy hacia fin de año. La nominalidad es corroída por la inflación que deteriora el valor del dinero y poder adquisitivo del billete más rápido que los tiempos y planificación deliberada para su lanzamiento”, apuntaron desde la consultora.
Asimismo, indicaron que la economía argentina tiene un problema importante, porque está comenzando a disminuir la demanda del peso argentino en relación a su emisión y a la oferta en el mercado.
“Ese dinero en circulación excedente, por encima de lo que necesitamos para satisfacer las demandas de la economía, está generando una pérdida de valor cada vez más veloz del peso argentino. A su vez, el contexto eleccionario y las internas políticas no colaboran en la generación de confianza y credibilidad por parte del gobierno para que su política fiscal y monetaria retomen la demanda de dinero”, explicó Di Pace.
Para ilustrar esta situación, los especialistas remarcaron que el billete de $1.000 debería valer hoy $10.000 para recuperar el poder adquisitivo de su lanzamiento en noviembre de 2017.
“El problema es la emisión a destajo de billetes que cada vez valen menos a mayor ritmo en el tiempo. A su vez, controlar los precios que hacen referencia a los bienes que se pagan con nuestros billetes tampoco está brindando una solución”, apuntaron.
“La inflación tiene un origen fiscal y monetario y lo que se está realizando es acotar la solución derivando el problema hacia adelante. El gobierno intenta morigerar impactos sobre la cotización del dólar paralelo por esta vía pero no lograr controlar la incertidumbre sobre la variación de precios en la economía con una moneda que sigue perdiendo valor frente a la divisa norteamericana, que además es escasa en el mercado libre y único de cambios para darle certeza a la producción y comercialización de bienes y servicios en la economía” cerró Damián Di Pace.
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