El dólar libre llegó a negociarse la última semana a $369, en su precio más bajo desde el 13 de enero pasado, dos meses atrás. El billete conserva una ganancia de 23 pesos o un 6,6% en lo que va de 2023, lo que muestra un rezago respecto de la inflación, en torno al 13% desde que comenzó el año.
Están dadas las condiciones para una importante alza del dólar hacia fin de año, por tres factores que pesan mucho en el presente económico: la escasez de divisas producto de la sequía en el campo -anticipan un recorte de cosecha de USD 20.000 millones para la presente campaña-, la ausencia de reservas líquidas en las arcas del Banco Central y la inminencia de las elecciones, que siempre incentiva la dolarización de carteras.
En función de esto, el dólar libre anotó tres meses de amplias ganancias entre noviembre y enero, período en el que el precio del billete se encareció un 31,4%, pero desde un récord de $386 el 27 de enero comenzó a recortar posiciones.
El nuevo canje de bonos reprograma vencimientos para 2024 y 2025 y despeja dudas sobre un eventual incumplimiento en un año electoral
Los analistas económicos reconocen que esta estabilización de los dólares alternativos puede aguantar en un corto plazo, para abrir alternativas de inversión en provecho de las altas tasas de interés en pesos, lo que se llama el “carry trade”.
Entre las causas de la baja del dólar libre -una lateralización en términos nominales, pero una fuerte caída real por efecto de la inflación- destaca, justamente la escalada general de los precios, pues pasadas las vacaciones, las familias tienen que asumir importantes gastos en marzo, un mes de alta inflación por factores estacionales con el inicio de las clases. En este caso, quienes atesoraron dólares, ahora revenden a mayor precio para hacerse de pesos.
Por otra parte, con un dólar “turista” que hoy se vende a $415 para consumos en el exterior por encima de los USD 300 mensuales, quienes tienen que pagar el vencimiento de la tarjeta de crédito por gastos de viaje fuera del país ven más conveniente vender sus dólares “blue” que pagar a un tipo de cambio que hoy está $45 o un 12% más caro.
También hay una dinámica que es propia del arranque de cada mes: quienes pueden acceder a la compra de dólar “ahorro” -hoy a $341 tras impuestos por un 65%- se hacen de una ganancia inmediata de unos $30 por dólar o unos $6.000 por la reventa en el mercado negro de los dólares comprados “en blanco” en el banco, la maniobra que en la jerga se llama “puré”.
El Gobierno ya realizó dos canjes de deuda en pesos desde que Sergio Massa asumió la cartera de Economía, en agosto último
Por último, hay un comportamiento de los precios del dólar libre que tiene que ver con la evolución de las paridades de la moneda que se negocian a través de activos bursátiles. En este segmento el Tesoro nacional viene interviniendo con insistencia a través de un plan de recompra de títulos públicos del canje -en dólares con ley local y extranjera- que “planchó” las cotizaciones en las últimas semanas.
El “contado con liquidación” es negociado a $384 a través del Bono Global 2030 (GD30C), un precio que si bien es récord nominal, se encuentra dentro de un rango de leve fluctuación desde finales de enero. Hoy el “líqui” vuelve a pagarse más caro que el “blue”, algo frecuente en tiempos de “cepo”, mientras que el dólar MEP se pacta a $376 a través del Bonar 2030 (AL30D).
El 18 de enero el ministro Massa anunció un programa de recompra de bonos por USD 1.000 millones que aplazó la suba de los dólares libres
“Como en su momento había anticipado (el ministro Sergio) Massa, la intervención se centró en la parte corta de la curva con el GD30 a la cabeza representando más del 94% de la cartera. En línea con esto, sospechamos que parte de los bonos adquiridos fueron vendidos contra pesos para contener las presiones al alza sobre el contado con liquidación, de esta forma, la divisa osciló entre $365/370 el último mes y medio”, resumieron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
¿Vuelve el negocio financiero-cambiario?
Los analistas del Grupo IEB (Invertir en Bolsa) afirmaron que “contra intuitivamente y a pesar de los factores mencionados creemos que hay espacio para jugar al carry mientras ‘el lobo no está'. En tanto el Gobierno continúe interviniendo para contener los dólares financieros para controlar la ‘brecha’ cambiaria y aportar liquidez a la curva en pesos, están dadas las condiciones para continuar realizando carry. No obstante, sabemos que el lobo, cuando se despierta no lo hace tranquilamente, con lo cual monitorear los drivers que apunten a ello es imperativo”.
“Aquellos inversores que optaron por hacer carry durante febrero fueron los claros ganadores. Sea por una cuestión de expectativas o por intervención del BCRA, la realidad marca que el contado con liquidación se mantuvo sin cambios durante el último mes, mientras que el rendimiento de la deuda soberana en pesos se ubicó en un promedio en torno al 6%”, continuó el al análisis del Grupo IEB.
Portfolio Personal apuntó que “los fondos Money Market fueron los que canalizaron la mayoría de los flujos en el último mes. Esto en un marco en el que entendiendo que, a pesar de la aceleración inflacionaria, la liquidez inmediata ‘paga’. En especial, si las tasas ayudan y la incertidumbre sobre la deuda se mantiene alta, con lo que estirar duration con exposición a riesgo soberano puede pesar sobre las carteras”.
“En concreto, toda una dinámica que dada las expectativas sobre la coyuntura, podría mantenerse en los próximos meses. Aunque no descartamos cierta atención creciente sobre las estrategias de cobertura si se aceleran las presiones sobre los precios y el tipo de cambio -cuando se va transitando este año electoral-”, acotaron desde Portfolio Personal.
Las rotaciones de cartera preelectorales podrían sacar a la brecha de su letargo y limpiar rápidamente cualquier ganancia de carry trade (GMA Capital)
“A la hora de pensar en invertir pesos, con el diario de hoy, el 2023 termina en junio. Hay que monitorear las decisiones monetarias que toma el Gobierno para analizar si extendemos la duration de nuestras inversiones. Creemos que en todo 2023 habrá cumplimiento, sin embargo lo más sano es colocar corto e ir decidiendo sobre la conveniencia o no de renovar. Las altas tasas de las Letras a tasa fija (Tasa efectiva anual promedio 121%) hacen que el rendimiento sea mucho mejor que el de un plazo fijo mayorista (TEA 91%), a la vez que son positivas en términos reales. Incluso son más rentables que el plazo fijo minorista”, definió Ignacio Morales, analista de Negocios Financieros de Wise Capital.
“Si bien las Lecer también tienen un rendimiento positivo en términos reales, las Ledes hoy nos parecen una mejor inversión ya que la inflación implícita es muy superior a la que espera tanto Wise Capital como el REM. Si el canje permite ‘rollear’ para 2024 y 2025 buena parte de los vencimientos, no sólo se descomprime el frente monetario, sino que en el corto plazo se restringe un factor importante que empuja a la inflación al alza. En este caso, habrá compresión de la tasa corta y las Ledes serán las grandes ganadoras”, acotó Ignacio Morales.
Cede la brecha, persiste la tensión cambiaria
En menos de dos meses la recompra de bonos en dólares, a través de la cual el Banco Central le puso “techo” a las cotizaciones bursátiles del dólar, junto con el firme sostén que le dio a la deuda en pesos el acuerdo de canje con bancos, no solo contuvieron las presiones alcistas para el dólar, también permitieron un recorte de más de 20 puntos en la brecha cambiaria, que tocó el 108% a fines de enero y ahora se asienta en la zona del 85 por ciento.
Al respecto, GMA Capital Research destacó que “la recompra de deuda habría tenido un efecto directo en contener la brecha. Esto dejó interesantes retornos en dólares incluso en alternativas que no lograron ganarle a la inflación. Sin embargo, cualquier llamado de atención del FMI a la intervención sobre los dólares financieros y las primeras rotaciones de cartera preelectorales podrían sacar a la brecha de su letargo y limpiar rápidamente cualquier ganancia de carry trade”.
“Las últimas proyecciones de la cosecha y su impacto en las exportaciones argentinas obligan a recalcular el flujo de divisas y el crecimiento para 2023″, indicó la consultora Delphos Investment, mientras que estimó que “las reservas brutas (del BCRA) caerían alrededor de 10.000 millones de dólares, producto del consecuente ajuste de las importaciones en un entorno de menor actividad interna”.
“Sigue resultando muy llamativa la desconexión que presentan los tipos de cambio financieros del devenir de la coyuntura macroeconómica para los próximos meses, muy afectada por el shock en las exportaciones agropecuarias”, estimó Delphos.
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