La semana dejó para el Gobierno algunos sinsabores en materia económica. No sólo se dilata la aprobación de las metas del último trimestre del año pasado, trámite que implica un desembolso imprescindible por USD 5.400 millones para hacer frente a los compromisos con el propio organismo y que incluye además la revisión, también imprescindible, de los objetivos de este año.
Tampoco el frente de la deuda en pesos, del que se esperaba una descompresión tras el acuerdo alcanzado el lunes con los bancos para postergar vencimientos más allá del próximo gobierno, aportó el alivio esperado dados resultados algo ajustados del canje. Pero la peor noticia de todas y que tendrá un impacto de consecuencias mayúsculas provino del clima y el campo: ante la ola interminable de calor, las proyecciones de la cosecha empeoran día a día y el cálculo de la magnitud de las pérdidas se corrige prácticamente en tiempo real. Todos en el mercado y, sobre todo, en los despachos de Economía y el Banco Central, calculan día a día cuántos dólares estarán disponibles hasta las PASO.
De más está decir que el pronóstico es durísimo. En los próximos cuatro meses, es decir hasta julio, el BCRA contaría con unos USD 9.400 millones menos que el año pasado. Esa cifra excede en más de la mitad las previsiones que tenía el Gobierno a principios de año cuando calculaba que la sequía restaría apenas unos USD 6.000 millones en todo el año. El cálculo resultó por demás optimista y ahora recalculan cual GPS.
De acuerdo a las proyecciones de la consultora Analytica, esa reducción dramática podría moderarse con la implementación de una nueva edición de dólar soja, que proyecta en $300. En ese caso, la caída en el flujo de divisas respecto al año pasado se achicaría a unos USD 7.420 millones. En otras palabras, el “dólar soja 3″ aportaría en el segundo trimestre unos USD 2.000 millones adicionales.
“Al comparar las proyecciones de este año con la sequía de la campaña 2017/2018, el BCRA recibiría hasta julio unos USD 4.273 millones más que entonces por ambos cultivos, asumiendo un “dólar soja 3″ y USD 2.293 millones más sin el programa de incentivo”, apuntó la consultora, que explicó que esa diferencia no corresponde a una mejor cosecha que en ese entonces sino a muchos mejores precios.
En cualquier caso, si bien la cifra que aporte “el dólar soja 3″ puede ser relevante para garantizar el pago de la importación de energía, no mueve el amperímetro en términos de acumulación de reservas acorde a las exigencias del Fondo Monetario y exigiría, de todos modos, un nuevo apretón sobre las importaciones, que la consultora considera deberán ajustarse aún 13,2%, lo que conlleva “severos efectos inflacionarios y recesivos”, según afirmó en su último informe semanal.
En cualquier caso, el mayor riesgo inflacionario está dado por la principal amenaza que plantea la escasez cada vez mayor de dólares: la inminencia de una devaluación que el Gobierno quiere evitar a toda costa en año electoral.
“¿Más chance de devaluación?”, se pregunta el economista Fernando Marull, en el último informe semanal de su consultora en el que plantea que el ministro de Economía, Sergio Massa, tiene por delante sus cuatro semanas más difíciles. “El dólar paralelo perfila a $400 y en la semana se informaría que la inflación en febrero fue en torno al 6.5% o 102% anual, es decir dos dígitos”, dijo y anticipó, en línea con las proyecciones de Analytica que el segundo trimestre va a ser aún más difícil. “Impacta la sequía y consecuentemente, se va a ajustar aún más el cepo a las importaciones (SIRA) para “cuidar” los dólares. Por el recorte de esta semana de la cosecha ( de soja y en maíz), que obligará a su vez a recortar más las importaciones, bajamos nuestra proyección de PBI a una caída de 3% en 2023″.
El círculo vicioso es una trampa perfecta: tras la confirmación en la semana que la sequía empeoró la cosecha de soja y el maíz, que se prevé ahora será USD 20.000 millones inferior a la de 2022, es resultado sólo puede dar recesión. “Menos dólares, menos PBI (-3%PBI ahora) y más déficit fiscal, porque el fisco perderá 1% PBI por menores retenciones”, afirmó Marull.
Seguir leyendo: