La serie Z se identifica con una línea de autos deportivos de Nissan, del mismo modo que ocurre con la serie M de BMW, la AMG de Mercedes, y tantas más. Los Z comenzaron su ciclo hace más de 50 años, en 1969, tomando como punto de partida la segunda marca de la casa madre, Datsun, que producía automóviles básicamente para Estados Unidos y Japón.
El Datsun Z fue el primer deportivo con esta denominación, puesto a la venta en 1970, y significó un cambio completo para esa marca, que estaba identificada con vehículos económicos y austeros, completamente contrastantes con un coupé que tenía 150 CV de potencia gracias a su motor de 6 cilindros y 2,4 litros.
Lograba tocar los 195 km/h de velocidad final, tenía una disposición de 2+2 plazas con techo rígido y podía ofrecer a los usuarios, una coupé moderna y ágil, que no se podía comparar con una Ferrari, un Corvette o un Jaguar, pero también tenía un precio cuatro veces menor.
El éxito de ventas fue absoluto y desconcertante. Nissan no comprendía lo que había sucedido. El Datsun Z alcanzó las 100.000 unidades el primer año, y había que estar preparados para una respuesta de la competencia.
Se hicieron tres evoluciones sumando más potencia y peso con motores de 2,6 y 2,8 litros de cilindrada. En el medio, hubo una actualización de carrocería con paragolpes reforzados en 1974. El compromiso entre la carrocería y la potencia, dimensiones y peso del motor 2,8 era delicado de mantener, y hacían al auto difícil de manejar. Así surgió la idea de un nuevo vehículo: el Datsun 280 ZX.
Fue en 1978 que se lanzó al mercado, tomando “la posta” del Z 2,8 al que llamaron también 280 Z. El ZX era más largo, más blando y mucho más equipado, y dio inicio a una historia que consiguió quedar como el emblema de un diseño que no era propio sino heredado. Los “ojos hundidos”, o los faros empotrados en los largos guardabarros delanteros, venían del Z, pero son aún hoy, la huella digital del Datsun 280 ZX.
El auto mantenía el bajo peso de 1.280 kilogramos y su motor de seis cilindros en línea y 2,8 litros, al comienzo tenía carburadores y ofrecía 135 CV, pero eran muy poco para su carrocería por lo que luego se mejoró a 145 CV, todavía con carburadores, y finalmente se incorporó la inyección electrónica Bosch L-Jetronic, lo que le permitió subir la potencia a 170 CV en 1981.
El auto era capaz de alcanzar los 200 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 8.5 segundos, lo que lo asemejaba a un clásico de prestigio como el Porsche 911, nada menos, pero con un costo mucho menor. En Estados Unidos se ofrecía con una caja automática de tres marchas o una manual de cinco velocidades.
El auto era capaz de alcanzar los 200 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 8.5 segundos
En cuanto a su equipamiento, aire acondicionado y control de crucero, como equipo de serie, además de contar con dirección servoasistida, y suspensión independiente y frenos a disco en las cuatro ruedas. Con el correr de los años, Datsun incorporó el motor turbo con una primera versión de 180 CV y una segunda, en 1983, que alcanzaba los 200 CV de potencia.
A nivel de carrocería, se ofreció en dos versiones, la de techo rígido y la tipo “Targa”, con techo semicubierto. Había dos medidas de largo, una de 4,42 metros con disposición 2+2 plazas, y una más larga, de 4,62, que tenía cuatro asientos, aunque siempre con acceso a través de las largas puertas laterales únicas, que tenían la particularidad de no tener parante. Así, cuando se abría con el vidrio bajo, solo se trataba de la puerta de chapa y nada más.
El último “restilyng” llegó en 1982, cuando se cambiaron los paragolpes por unos más voluminosos y modernos, además de un cambio de forma de la ventanilla triangular trasera, las llantas y el capó.
El Datsun 280 ZX perduró hasta 1984, cuando Nissan tomó el éxito como propio, lanzando el Nissan 300 ZX, un auto de líneas más modernas y suaves, que ya no tenía la marca personal del Datsun en sus faros delanteros, sino unas ópticas planas respecto al perfil de la trompa.
En Argentina, el Datsun 280 ZX tuvo un impacto suplementario y muy particular. En 1982, coincidiendo con el retiro de las pistas de Carlos Alberto Reutemann, dos visionarios como fueron Carlos Pairetti y Jorge Cupeiro, entendieron que los amantes del automovilismo deportivo quedarían “huérfanos” de un espectáculo que los seduzca para mirar carreras.
Así, importaron una treintena de Datsun 280 ZX y crearon el Club Argentino de Pilotos (CAP), una categoría monomarca en la que participaban los mejores pilotos argentinos de todas las especialidades.
Los autos mantenían la mecánica original, no solo del motor sino de suspensiones y frenos, y se les agregó un alerón trasero de grandes dimensiones, la correspondiente jaula antivuelco y una trompa plástica en la que quedaban tapados los faros delanteros.
Pero lo más importante del CAP, fue que se trató de la primera serie de automovilismo argentino que se televisó en directo para todo el país por la pantalla de ATC (Argentina Televisora Color), lo que la convirtió en una atracción inmediata para curar el dolor de haber perdido a Lole en la Fórmula 1. El Club de pilotos fue tan trascendente, que la gente lo conoció como “los Datsun”, dejando una huella indeleble por la transformación que significó para el deporte motor en Argentina.
La categoría siguió compitiendo hasta 1990, incluso incorporando los Nissan 300 ZX como una serie superior, y luego, la fortaleza mecánica de los 280 ZX los convirtieron en otras categorías zonales que con el tiempo se fueron diluyendo.
Si bien la mayoría de los autos quedaron en desuso por el natural desgaste de tantos años compitiendo, aún circulan algunos en la Argentina, como una coupé de 1981 que está en venta tras ser completamente restaurada, con 245.000 kilómetros en su odómetro, y por la que su dueño pide nada menos que 21.000 dólares.
Ese es el valor que tiene un verdadero clásico deportivo de los 80 para los fieles seguidores de las coupé deportivas con motores de seis cilindros.
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