La de ayer fue una jornada frenética no sólo en el Palacio de Hacienda, donde se resolvía una de las operaciones financieras más importantes del año, sino también en el Banco Central cuyo directorio estuvo más activo de lo habitual emitiendo normativa ad hoc. Por caso, la decisión de permitir a los bancos integrar encajes con los nuevos bonos indexados surgidos del canje de deuda que se cerró ayer a última hora. No fue la única.
Mientras en el Ministerio de Economía se extendía el período para la aceptación de ofertas, la autoridad monetaria emitió una comunicación que habilitó a los bancos a distribuir dividendos a partir de abril.
La norma reemplaza una comunicación -la A7659- en sentido contrario del BCRA, que en diciembre del año pasado prohibió a las entidades financieras distribuir resultados durante todo 2023. Hasta el momento de dicha suspensión, los bancos tenían autorizado distribuir 20% de sus utilidades.
Desde el mes próximo, en cambio, de acuerdo a lo establecido en la Comunicación A7719, las entidades financieras podrán repartir entre sus accionistas hasta 40% de sus ganancias en cuotas mensuales iguales y consecutivas hasta septiembre.
“A partir del 1.4.23 y hasta el 31.12.23 las entidades financieras que cuenten con la autorización del BCRA –de conformidad con lo previsto en la Sección 6. de las normas sobre “Distribución de resultados”–, podrán distribuir resultados en 6 cuotas iguales, mensuales y consecutivas por hasta el 40 % del importe que hubiera correspondido de aplicar las citadas normas”, establece la nueva norma.
Aunque la coincidencia entre las febriles negociaciones con los bancos para que acepten extender los plazos de parte de sus bonos en pesos que vence entre marzo y junio hasta 2024 y la decisión adoptada por el Banco Central respecto del reparto de sus beneficios entre los dueños de las entidades puede sugerir que la cuestión fue uno de los puntos salientes de las tratativas, fuentes oficiales desvincularon ambas medidas. Según dijeron, la decisión de permitir la distribución de dividendos se tomó “como todos los años, a esta altura del año”, fecha en la que suelen ocurrir las asambleas de accionistas de los distintos bancos.
Aclararon, asimismo, que la suspensión ordenada hace menos de tres meses, en la que se extendía hasta diciembre de 2023 la posibilidad de repartir utilidades se debía, en rigor, a dar tiempo para avanzar en el análisis técnico de los balances. Como a fin del año pasado vencía la norma que permitía distribuir hasta 20% de las utilidades, se suspendió en ese momento el reparto de ganancias hasta que se finalizara el análisis técnico de solvencia del sistema. Esa evaluación, es evidente, finalizó en los últimos días lo que habilita a las entidades a solicitar la correspondiente autorización para que sus accionistas puedan hacerse con al menos parte de las ganancias obtenidas durante el ejercicio anterior.
Junto con esa autorización, el directorio del Banco Central emitió también otra normativa, sobre la que advirtieron distintos analistas del mercado. La autoridad monetaria permitirá, de acuerdo a la nueva regla, que los bancos que participaron del canje integren encajes con los bonos surgidos de esa operación lo cual, a entender de varios economistas, tiene consecuencias inflacionarias.
Esto porque los encajes bancarios son la porción de los depósitos de los ahorristas que, por normas prudenciales, las entidades deben inmovilizar. Por ende, es dinero que no está en circulación. Sin embargo, al permitir integrar una parte en títulos públicos en vez de efectivo, los encajes se monetizan ya que el Tesoro utiliza los pesos para cubrir sus necesidades financieras inyectando en la economía, por vía indirecta, el dinero que originalmente debería quedar “congelado” en cuentas del Banco Central.
“Todo lo que se podía integrar en LELIQ se puede integrar con títulos públicos. Es monetariamente expansivo y aumenta la exposición del sistema financiero al sector público” opinó Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma
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