En los próximos días se espera una nueva actualización de los precios de los combustibles -nafta y gasoil- en el marco del acuerdo firmado por las empresas petroleras y la Secretaría de Energía, que estableció subas mensuales de 4% promedio en diciembre, enero y febrero -ya aplicadas- y una de 3,8% en marzo, aún pendiente.
Sin embargo, todavía hay incertidumbre sobre qué pasará con los precios de la nafta y el gasoil a partir de abril y durante el resto del año. La expectativa del Gobierno es que haya una renovación del acuerdo de Precios Justos, que se había firmado por cuatro meses. Una versión, aun no confirmada, es que haya una renovación del acuerdo por cinco meses y un 3,5% de aumento mensual.
En los tres primeros meses del acuerdo, el precio de la nafta super en la ciudad de Buenos Aires pasó de $145,10 el litro en noviembre a $150,90 en diciembre, $156,80 en enero y $163,10 en febrero, con el último aumento aplicado. Es una suba de 12,4% entre noviembre y febrero.
El acuerdo aún vigente fue firmado a fines de noviembre y como contrapartida al tope mensual de aumentos contemplaba por parte del Gobierno una garantías de acceso a divisas para las empresas, en particular para sostener el stock de los lubricantes, además de realizar reducciones temporarias de la carga impositiva.
Los impuestos son precisamente un tema clave que aun no fue definido por la Secretaría de Energía. Hace varios trimestres que el Gobierno viene postergando la aplicación de los impuestos a los combustibles líquidos, que se actualizan por inflación e impactan en el precio final que pagan los usuarios en los surtidores.
La última postergación fue en enero pasado cuando se decidió que las actualizaciones de los montos fijos del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono que debían realizarse pasaran al 1° de abril de 2023. Con la reforma impositiva de 2017 estableció un monto fijo del impuesto que debe actualizarse trimestralmente de acuerdo a la variación del Índice de Precios al Consumidor.
Sin embargo, desde 2020, hubo varias suspensiones y postergaciones en la actualización. El decreto 561/2022 había fijado el 1° de enero de 2023 como fecha para aplicar las actualizaciones correspondientes a los últimos trimestres de 2021 y del primero, segundo y tercero de 2022. Con otro decreto (864/2022) ese plazo se extendió hasta el próximo mes de abril.
Además de las postergaciones mencionadas, se suma el último trimestre de 2022, que correspondería actualizar también a partir del 1° de abril.
¿Cuánto podrían aumentar los precios en el surtidor si se decide no postergar más los impuestos? Según un cálculo realizado por la consultora Energy Consilium entre ICL e IDC se podría incrementar $37 por litro en el caso de las naftas y $23 por litro en el caso del gasoil. El porcentaje dependerá del tipo de combustible (premium o normal) y del lugar del país.
Por su parte, la consultora Economía & Energía, estimó que la aplicación del impuesto implica un 12% de incremento en naftas y 8% en gasoil.
En el Mensaje del proyecto de Ley de Presupuesto para 2023 enviado por el Gobierno al Congreso se menciona que los ingresos estimados por los Impuestos sobre los Combustibles y al Dióxido de Carbono ascienden a $757.911,6 millones, un 86,6% más respecto de 2022. La variación se explica, principalmente, por las actualizaciones de las sumas fijas para determinar el impuesto y por las estimaciones de mayores litros vendidos.
Desde la Cámara de Expendedores (Cecha), que agrupa a los propietarios de estaciones de servicio, explicaron que hace tiempo solicitaron poder participar en la mesa donde se definen los acuerdos de precios. “Estamos acostumbrados que en períodos electorales una gran variable de ajuste sean los precios de combustibles, lo que golpearía fuertemente al sector teniendo en cuenta que nuestros costos siguen indefectiblemente el camino de la inflación, incluido los ajustes salariales, mientras nuestros ingresos estuvieron congelados durante 8 meses desde mayo 2021 hasta febrero 2022″, explicaron.
“Consideramos necesario y urgente poder participar en la concertación para explicar que, a la hora de fijar precios, se analice también nuestra situación. No formamos precios. Si un nuevo acuerdo establece porcentuales que luego han de quedar por debajo de la inflación, es obvio que nuestra situación empeorará. En cuanto al ajuste de impuestos es claro que se viene postergando y pareciera que una vez más se repetirá y allí es pura decisión del Estado si desea aumentar o no sus ingresos”, argumentaron.
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